¿Qué decepcionará antes al mercado este verano? La Fed gana puestos

Jerome Powell, Reserva Federal
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Si en las últimas semanas los mercados han seguido revalidando los buenos resultados que habían tenido en el primer semestre del año ha sido gracias a los bancos centrales, que han confirmado una y otra vez que las políticas monetarias seguirán siendo acomodaticias e incluso que habrá nuevas bajadas de tipos. Las razones que alegan son la debilidad de la economía pero lo que les permite seguir con estas hojas de ruta es sobre todo que no hay ningún riesgo de inflación en el horizonte.

Es por ello que las buenas noticias que llegan desde el lado económico suelen ser interpretadas como algo negativo desde el punto de vista de mercado. “A corto plazo, perseguir al mercado no parece la decisión más inteligente. La mayor parte del diferencial de valoración que destacamos a principios de año se ha cerrado ya. Además, el péndulo que impulsa al mercado podría oscilar un poco, desde unos bajos tipos de interés (buenas noticias) hacia un crecimiento débil (malas noticias). Asimismo, el cambio del entorno de "malas noticias son buenas noticias" al modo "malas noticias son malas noticias" es el mayor riesgo al que se enfrentan los inversores en este momento, importante en un momento en que el máximo de beneficios ha quedado atrás y en el que prevalecen las disputas comerciales”, afirman en Amundi.

De momento, lo, cierto es que el mercado sigue moviéndose al son de los bancos centrales y sobre todo al son de lo esperan que hagan los bancos centrales y el viernes volvió a quedar demostrado. En EEUU se publicó un dato de paro que resultó mucho mejor de lo esperado. En junio se crearon 224.000 empleos, frente a los 160.000 que se esperaban y  de ahí que los mercados comenzaran a temer que quizá en julio no se produciría esa subida de 25 puntos básicos que ya descontaban los mercados. La reacción: subida de la rentabilidad del Tnote a niveles del 2% y la caída de los principales índices bursátiles.

Si estas caídas no fueron a más fue porque a este buen dato de creación de empleo no le acompañó ni la tasa de desempleo ni el dato de salarios, que se quedaron en niveles del 3,7% y 3,1% respectivamente.  Aun así desde ING consideran que “tomándolo todo en conjunto, es un informe alentador que sugiere que la economía en general se está alejando de la incertidumbre comercial de Estados Unidos y China”. Es por ello, que desde Self Bank consideran que “Estos buenos datos de empleo harán que la Fed se lo piense dos veces antes de bajar tipos en la próxima reunión de julio, algo que estaba descontando la mayor parte del mercado. Aun así, las encuestas siguen dando como escenario central esa bajada, aunque el porcentaje de probabilidades es ahora menor.”, afirman.

Por su parte, Philippe Waetcher, economista jefe de Ostrum AM, filial de Natixis IM, también incide en que desde el punto de vista de la economía no debería haber prisa por un recorte de tipos. “El informe de desempleo de EEUU de junio muestra que la caída observada en mayo (72 000) fue temporal. La cifra de junio fue de 224 000 y 191 000 para el sector privado. El promedio para ambas medidas es cercano a las cifras observadas en 2016 y 2017. No es necesario que la Fed actúe con rapidez. En 2017, la Fed se estaba ajustando sin problemas”, afirma en su blog.

Sin embargo, más allá de que se produzca o no esa subida de tipos y de ver qué impacto tiene a corto plazo en mercado, en lo que no dudan los expertos es que la era de tipos bajos que se inició hace ya 11 años, aun puede durar unos cuantos años más. “Los tipos están bajos en términos históricos, y podrían continuar estándolo aun cuando el banco central decidiera volver a subir los tipos de interés en los próximos meses”, apunta Darrel Spence, economista de Capital Group.