¿Qué esperar de los bonos convertibles tras su tormenta perfecta?

Antony Vallée (Alken)
Foto: cedida por Alken.

Los bonos convertibles se han visto sometido a una importante presión en el 2021 y el 2022 en medio de unas condiciones de mercado muy inusuales. La retirada de los incentivos monetarios, el aumento de la inflación, la subida de los tipos de interés y el cambio de enfoque del mercado, que ha pasado de centrarse en el crecimiento a hacerlo en los activos de menor duración, han sido vientos en contra para una clase de activo que en los últimos tres años se ha beneficiado enormemente de una gran exposición al sector tecnológico.

Antony Vallée, gestor de las estrategias de renta fija y convertibles en Alken, explica que los bonos convertibles tienen un perfil de riesgo-rentabilidad muy interesante porque, en un entorno de mercado normalizado, sirven para captar los repuntes del mercado de renta variable con el apoyo de tener un suelo de deuda que amortigua las caídas de la bolsa. “Los bonos convertibles con una delta elevada son más sensibles a las variaciones de rentabilidad del mercado de renta variable, mientras que cuanto más bajo es la delta, más se comportan los bonos convertibles como deuda convencional”, explica.

Si observamos la situación desde 2021, cuando caen las rentabilidades de los activos a nivel global, y los beneficios para los inversores no parecen tan evidentes, los sectores que acudían en masa a la financiación convertible eran más empresas de crecimiento, a menudo empresas tecnológicas inmersas en el proceso de digitalización de la economía. Y son precisamente estos sectores, junto con la renta fija, cuya sensibilidad al alza de los tipos de interés la convierte en un activo a evitar, los que más han sufrido en los últimos 18 meses.

“Por lo tanto, esta clase de activo acaba de atravesar una tormenta perfecta en la que todos los factores que podrían afectar a su rendimiento se han visto afectados de forma correlacionada. En la actualidad, después de fuertes caídas y de la retirada masiva de fondos del sector, el mercado de convertibles ofrece una amplia gama de oportunidades en distintos sectores”, indica.

Se trata de un mercado en constante evolución en el que, hasta hace un par de años, las empresas tecnológicas o las empresas oportunistas con un perfil muy concreto eran los principales emisores. “Dado que el mercado espera una recesión, es muy probable que las empresas y los sectores que acuden al mercado de convertibles cambien y muy probablemente veamos a muchas empresas cíclicas emitiendo convertibles cuando ningún inversor esté interesado en ellas, lo que probablemente sea una buena oportunidad. Por otro lado, para el inversor institucional es una vía para ganar exposición a la renta variable global y de calidad con la mitad de volatilidad, además de sus ventajas por el tratamiento de Solvencia II”.

Razones para invertir

Según Vallée, la oportunidad de invertir en este activo hoy en día es clara y única por varias razones. “A tres años vista, las perspectivas de las tres variables que afectan a la clase de activo, el entorno de tipos, la renta variable y el crédito han mejorado notablemente desde el punto de vista de la asimetría riesgo/rentabilidad. Con una rentabilidad media del 6% y una sensibilidad media a la renta variable del 30%, el mercado de convertibles paga actualmente a los inversores por esperar”.

¿Y esperar a qué? De acuerdo con el experto, al resurgimiento del mercado primario que ya empieza a vislumbrarse, a que el mercado de renta variable repunte en un momento en que el mercado es muy negativo, la liquidez es alta y ya se descuenta un entorno de recesión. “Esta clase de activo es especialmente adecuada para beneficiarse de los cambios en el entorno del mercado. En particular, cuando los inversores mueven el mercado para pasar de la fase de desesperación a la de esperanza, esperando que las cosas mejoren, los convertibles permiten anticiparse a ese movimiento sin asumir demasiado riesgo”.

A su entender, esta clase de activo se beneficiará en gran medida del resurgimiento del mercado primario, ya que los nuevos bonos serán emitidos por empresas que necesitan financiación y no solo por empresas oportunistas, lo que significa que las condiciones serán atractivas para los inversores, incluyendo el pago del cupón en algunas emisiones, mejorando su perfil de riesgo/retorno.