¿Qué están haciendo los gestores ante el desplome de los mercados?

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Simon Adriaensen, Flickr, Creative Commons

La catarsis que están viviendo los mercados en este arranque de año está provocando cambios muy importantes tanto en el sentimiento de los inversores como en las estrategias que siguen los gestores. Ayer, nuevo desplome, con caídas superiores al 2% para el EuroStoxx 50. No hay duda de que la crisis china, el hundimiento del precio del petróleo y la debilidad de los datos macro en EE.UU. son factores que están generando dudas y nerviosismo. Los datos que se están conociendo de enero no son buenos y no hacen más que alimentar la intranquilidad. El último ha sido el ISM de EE.UU. de enero. El índice de clima empresarial americano muestra una industria en contracción por cuarto mes consecutivo, que se da en 10 de los 18 sectores, con los más ligados a la exploración energética (petróleo, madera) o al contexto internacional (sector agroalimentario) siendo los que más sufren. Otros, en cambio, arrojan perspectivas positivas (electrónica, química), indican desde Groupama AM. Las consecuencias: un mercado en pleno proceso de recálculo del precio de los activos.

Esto está forzando a muchos gestores a redefinir estrategias. Muchos de los que están al frente de estrategias direccionales de renta variable protegen sus carteras haciendo uso de los derivados. Según explica Enrique Castellanos, responsable de Formación del Instituto BME, los mercados suelen ser asimétricos. Es decir: cuando suben lo hacen despacio (baja la volatilidad) y cuando caen lo hacen muy rápidamente (aumenta la volatilidad). Aparece entonces el problema de lo que se denominan pérdidas asimétricas. “Esto es algo bien conocido por todos los gestores: si un valor disminuye de 10 a 5 ha caído un 50%, pero volver de 5 a 10, el punto de partida, supone subir un 100%. Por esta razón es tan importante la gestión de riesgos. No se puede permitir alcanzar un nivel de pérdidas que sean difíciles de recuperar y condicionen el futuro de la inversión y muchos gestores han visto cómo las pronunciadas caídas se han llevado por delante parte del patrimonio". Los derivados forman parte de la gestión y su uso en periodos de turbulencias como el actual cobra fuerza (conocer algunas estrategias).

Los gestores de muchos fondos mixtos también están reduciendo riesgo o lo han hecho ya. Ha sido el caso de Edouard Carmignac en el Carmignac Patrimoine, que ha recortado drásticamente el peso de las acciones, hasta el 2% actual. Tras la fuerte corrección registrada el pasado verano, el equipo optó por crear una cartera más defensiva ante la expectativa de que se produjesen nuevos episodios de tensión en los mercados, como finalmente así ha ocurrido. También lo han hecho Arnoldo Valsangiacomo y Luca Pesarini en el Ethna-Aktiv, quienes durante las últimas tres semanas han reducido sus posiciones en renta variable del 40% al 10% mediante la venta de futuros del Nasdaq, el S&P 500 y el EuroStoxx 50. Los gestores de esta estrategia también han abierto una posición del 20% en treasuries con vencimiento a cinco años como cobertura, así como otra del 10% sobre el dólar como protección, por si la situación se complica.

El movimiento realizado por los responsables de este fondo ejemplifica claramente la tendencia al risk off que existe actualmente en el mercado y la huida hacia activos refugio. Esta inercia ha hecho que la rentabilidad a 10 años del bund alemán siga cayendo y ya esté en el entorno del 0,3% (el dos años alemán está en el mínimo histórico del -0,45%). Los tipos negativos en Europa está presionando a muchos gestores, que cada vez se encuentran con menos activos válidos en los que poder conservar sus posiciones en liquidez sin que les cueste dinero. Klaus Kaldemorgen, por ejemplo, se vio forzado en el segundo semestre de 2015 a destinar buena parte de las posiciones que mantenía en efectivo en el DWS Concept Kaldemorgen a la inversión en bonos gubernamentales de corta duración. La motivación de este cambio era evitar las tasas de interés negativas en depósitos a corto plazo. Mientras, el oro, otro de los activos refugio por antonomasia, gana atractivo. Las turbulencias de los mercados está apoyando su recuperación en 2016.

El oro se encuentra actualmente en correlación negativa con el crudo, ya que la caída de los precios energéticos aumenta el estrés en el sistema, mientras reduce las perspectivas de crecimiento de los productores, muchos de los cuales son países de mercados emergentes. A pesar de su impacto deflacionario, unos precios de crudo más bajos se traducen en mayores precios del oro y, con la perspectiva para el petróleo actualmente apuntando hacia mínimos, sigue siendo una buena alternativa, explica Ole Hansen, jefe de estrategia en materias primas de Saxo Bank. El cambio de sentimiento con respecto al metal amarillo es evidente. Prueba de ello es que los hedge funds han modificado la dirección de sus apuestas sobre el metal. Después de cuatro semanas consecutivas de compras, la apuesta especulativa en los futuros del oro ha pasado de un récord de cortos a un máximo de tres meses el pasado martes.

El interés por el oro ha aumentado. Iain Stewart, director de inversiones del equipo Real Return de Newton (BNY Mellon IM), subraya el papel que el metal amarillo juega en el BNY Mellon Global Real Return. "Dentro de una cartera, el oro es un activo real que no da rentas, pero que es susceptible de actuar como una divisa refugio. El oro no se consume en el marco de la actividad económica, sino que se acumula gradualmente a lo largo del tiempo sin degradarse, lo cual le otorga la capacidad de actuar como unidad monetaria”, asegura. En el equipo canalizan esta idea a través de un ETC de oro físico, principalmente. Los ETP sobre oro físico acaban de registrar la cuarta semana consecutiva de entradas. En 2016 estos productos han captado 150 millones de dólares, indican de ETF Securities.