¿Qué tipo de estrategias en fondos de renta variable estáis buscando para incorporar a las carteras?
Desde Abante siempre invertimos a largo plazo y creemos que hay que mantenerse invertido, por lo que hacemos varios cambios al año, pero no rotamos las carteras continuamente. Tenemos unas cuantas ideas esperando a poder entrar en cartera, pero también queremos esperar a que las ideas actuales funcionen y podamos entrar en otras estrategias.
¿En cuales miráis más producto indexado y en cuales optáis por gestión activa?
A la hora de construir las carteras de renta variable consideramos tanto productos indexados como fondos de gestión activa según el mercado y la oportunidad que vemos en cada momento. En el caso de producto indexado, en Estados Unidos desde hace muchos años tenemos una posición importante en ETF del S&P 500. Además, complementamos nuestra exposición en la región tanto con fondos de gestión activa value y de small caps, como un ETF que replica la evolución del S&P 500 Equal Weight.
Sin embargo, en el resto de regiones, siempre hemos preferido elegir fondos de gestión activa, porque creemos que a largo plazo son mercados donde puede haber mayores ineficiencias de las cuales los gestores activos pueden aprovecharse y generar alfa a largo plazo. Es el caso de Europa, Japón y emergentes.
Y en el caso de los fondos globales, tenemos mayoritariamente fondos de gestión activa, pero desde hace unos años incorporamos el ETF de Mínima Volatilidad a las carteras como elemento diversificador y que añade un sesgo de calidad defensivo.
Temáticas que están ganando interés en las carteras y temáticas que han agotado ya su potencial.
Hemos cerrado otro año en el que Estados Unidos ha vuelto a liderar las rentabilidades y las compañías más grandes del índice lo han hecho mejor que el resto. Esto ha seguido provocando que el S&P 500 siga concentrándose y que el peso de las 10 compañías más grandes se sitúe por encima del 38%. Debido a esto, una de las ideas que tenemos en las carteras y que jugamos de diferentes maneras es la desconcentración del índice americano. Por un lado, tenemos exposición al S&P 500 Equal Weight, donde creemos que, a medida que el resto del índice vuelva a crecer a niveles parecidos o superiores que las 7 Magníficas, debería empezar a tener un buen comportamiento. También estamos positivos en las pequeñas compañías, debido a que las valoraciones son atractivas, el crecimiento esperado es superior al doble dígito, y al impulso que pueden tener con las medidas que Trump quiere tener en este segundo mandato.
Por otro lado, en Europa creemos que puede tener sentido incorporar una idea más value. El mercado ha descontado ya un escenario bastante negativo y si vemos algo de recuperación económica en los próximos trimestres, todos aquellos sectores más cíclicos pueden ser interesantes mirando hacia futuro. Aparte, las valoraciones de este segmento comparado con los últimos 10 años son atractivas y puede haber sorpresas positivas en el crecimiento de beneficios.
En cuanto a temáticas que hemos reducido, podría destacar que hemos bajado nuestro peso en infraestructuras en las carteras, después de una segunda parte de año muy positiva para las Utilities en Estados Unidos y las empresas relacionadas con el transporte de gas. Aunque pensamos que a largo plazo estas compañías se pueden ver beneficiadas por el aumento esperado de la demanda de electricidad y la exportación de gas, las valoraciones ya no son tan atractivas como hace 12-18 meses. De todos modos, en las últimas semanas, con las subidas de las TIR, al ser compañías con algo más de sesgo bond-proxy hemos visto como vuelven poco a poco a niveles que pueden ser más interesantes.
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