¿Qué factores explican uno de los peores meses de las materias primas en la historia reciente?

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Artemuestra (Flickr Creative Commons)

Las principales materias primas siguen pulverizando previsiones al continuar probando la zona de mínimos. De esta forma, a la espectacular caída del crudo que se ha presenciado en las últimas semanas (en la sesión de ayer el Brent terminó en torno a los 50 dólares el barril y el WTI en 45,8 dólares) se le ha sumado en la última semana la de los metales preciosos. La lidera el oro, que ayer rozó la cota psicológica de los 1.000 dólares la onza (terminó la sesión en torno a 1.084 dólares, su nivel más bajo en cinco años) y le han secundado la plata y el cobre, empujando al segundo a mínimos de seis años, así como otros metales de uso industrial como el aluminio, el platino, el paladio, el estaño o el níquel. Entre las materias primas blandas ha destacado el batacazo del azúcar, también en mínimos de seis años y medio. 

Las caídas están siendo tan profundas que ya hay quien habla de uno de los peores meses de la historia para las materias primas. ¿A qué se debe este castigo bajista? Todos los ojos apuntan a un gigante que lleva padeciendo problemas desde junio: China. Keith Wade, Azad Zangana y Craig Botham, economistas de Schroders, indican que “la preocupación en torno al riesgo de hard landing en China se ha incrementado con la reciente caída de los precios de las materias primas, con el precio del cobre señalando una desaceleración mayor del crecimiento”. El trío recuerda así que la evolución de este metal ha sido un útil indicador de la actividad en China, especialmente en periodos agitados como el de la crisis financiera y reiteran que “en el presente está señalizando desaceleración más que un hard landing”. 

Haciendo gala de pragmatismo, los tres expertos se preguntan a continuación si las caídas de las commodities podrían estar indicando una situación más alarmante para la economía mundial. “El escenario para las materias primas está influenciado por factores idiosincráticos como ajustes en la oferta, con frecuencia en relación con la geopolítica”, recuerdan, al tiempo que indican que los cambios condicionados por este factor “son más propicios al crecimiento que aquellos guiados por una demanda global más débil”. 

Otra razón por la que Wade, Zangana y Botham se muestran pragmáticos respecto a las caídas de las materias primas es debido a un factor común a la mayoría, el fortalecimiento del dólar: “La divisa ha subido en los útimos meses después de una pausa al principio del año, hacienda caer el precio de las materias primas en todos los sectores. Sobre esta base, una fortaleza mayor del dólar podría llevar a las materias primas a niveles vistos a medidados de la década del 2000”, advierten. 

La fuerza del billete verde, emparejada con los dispares datos del PIB estadounidense del primer y el segundo trimestre, lleva al trío de expertos a plantearse una tercera derivada, sí sería factible pensar que EE.UU. está al borde de otra recesión: “La economía puede estar cerca del final de su expansion, al empezar a subir los salarios y ralentizarse la producción. Se suelen ver como signos de que el ciclo está envejeciendo, y los ciclos suelen terminar en una recesión”. Según datos de los expertos de Schroders, EE.UU. está en su séptimo año de expansion; este ciclo sería el quinto más largo desde 1958, aunque también el más débil al presentar una tasa media de crecimiento anualizado del 2,2%. 

“La débil demanda China ha pesado sobre los precios de las materias primas. El stock de cobre está en máximos de 18 meses. En un entorno en el que el precio del cobre está cotizando en mínimos de seis años, los mayores productores del mundo, Freeport McMoRan, First Quantum y Antofagasta planean recortar la producción al estar luchando por seguir siendo rentables”, indican los expertos de ETF Securities. Este plan de ahorro incluye restricciones del uso de la energía, retraso de proyectos y recorte de gastos, que para la firma “amenazan con restringir la oferta, lo que creemos que será de apoyo para el precio del cobre”.

Desde Julius Baer, el responsable de análisis de materias primas Norbert Ruecker ve varios puntos de coincidencia con las anteriores gestoras: abundante oferta, fortaleza del dólar, preocupación en torno a China y fuerte sentimiento bajista: “Bajo nuestro punto de vista, la debilidad de las últimas semanas no es el resultado de la escasez del crecimiento de la demanda, sino de la abundancia del crecimiento de la oferta”, detalla en primer lugar. No obstante, en lo tocante a la demanda indica que, si bien es cierto que la demanda china se ha reducido, en cambio “la demanda del mundo occidental parece sana en general”, al haber sorprendido al alza por ejemplo la demanda de petróleo en Norte América y Europa este año. En cuanto al momento de ventas, Ruecker comenta que “los hedge funds y otros inversores acumularon un número excesivo de posiciones cortas en los mercados de commodities, lo que alimentó el sentimiento negativo y contribuyó a la caída”. 

Aunque el representante de Julius Baer cree que las materias primas están sobrevendidas, recomienda evitar la caza de gangas: “El difuminado superciclo sigue siendo el titular de la historia y la deflación estructural va a mantener a los precios de las materias primas más bajos durante más tiempo”. 
 
Daños colaterales

¿Qué resultado puede dar la combinación de precios a la baja de las materias primas y caída en las estimaciones del crecimiento global? “No debería ser una sorpresa que la rentabilidad de la deuda esté cayendo otra vez”, afirma Russ Koesterich, estratega jefe de BlackRock. “No está claro que el entorno actual de crecimiento lento, baja inflación y fuerte demanda institucional justifique rentabilidades mucho más elevadas”, añade. De esta forma, para el experto que referencias como la rentabilidad del bono de EE.UU. a diez años volviera a caer por debajo del 2,2% o el bund por debajo del 0,65% no significa otra cosa que “los inversores están reaccionando a los signos de crecimiento global ralentizado, la caída de los precios de las materias primas y a expectativas de inflación más modestas”.