¿Qué gestoras están revolucionando sus modelos de cobro de comisiones?

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Raymond Hui, Unsplash

La presión que están ejerciendo los ETF y los fondos indexados en Estados Unidos, donde ya atesoran el 40% del total del patrimonio gestionado por la industria americana, está obligando a las gestoras a redefinir su modelo de comisiones, con el objetivo de atraer a un inversor que en los últimos años se ha cansado de pagar elevadas comisiones por fondos que ni siquiera han sido capaces de batir a sus índices. El auge de la gestión pasiva y de los productos de bajo coste en general está forzando al sector a reaccionar. El camino que están siguiendo muchas entidades está siendo el más sencillo: el de reducir comisiones. Según un estudio realizado por Morningstar en Estados Unidos, el porcentaje de gastos totales (TER) medio ponderado por patrimonio ha experimentado desde el año 2000 una progresiva tendencia a la baja que ha dejado el coste medio en torno al 0,6%, el nivel más bajo de la historia.

Sin embargo, existen otras vías, como por ejemplo la de reformular los modelos de cobro de comisiones, un camino que muchas entidades parecen reacios a seguir. No hay muchas que, por ahora, estén dispuestas a recorrerlo. Un sondeo realizado por Funds People entre los responsables de 50 gestoras internacionales desvela que el 80% de las entidades no tiene previsto cambiar su política de precios, mientras que el 12% prefieren no hacer ningún tipo de comentario sobre esta cuestión. Sólo el 8% (cuatro firmas) han desvelado por ahora cuáles son sus planes y han mostrado sus cartas. La última que lo ha hecho ha sido Fidelity, que ha adoptado un nuevo modelo de tarifas que aplicará a partir del 1 de marzo en varias de sus estrategias de renta variable, al que han denominado Comisión de Gestión Variable (CGV). Funciona como una escala gradual y posibilita una doble forma de compartir el riesgo y la rentabilidad.

La gestora reducirá un 0,10% la comisión anual de gestión en las nuevas clases de acciones con CGV. La parte variable de la comisión aumenta o disminuye dependiendo de si el fondo supera o se ve superado por el índice de referencia acordado previamente, después de comisiones y gastos. Esta escala llega hasta un máximo de +0,20% sobre la comisión anual de gestión (tope) y desciende hasta un -0,20% por debajo de la comisión anual de gestión (suelo). Los niveles máximos y mínimos de la comisión se alcanzan cuando el fondo supera o se ve superado por el correspondiente índice de mercado en un +2% o un -2% en tasa anual, calculado sobre un periodo continuo de tres años. La comisión sólo comenzará a aumentar desde el nivel de partida cuando el fondo haya superado al índice de mercado después de comisiones y gastos (leer más sobre el modelo de Fidelity).

El modelo de Candriam

Sin embargo, Fidelity no está sola en esta aventura. Hay más entidades que aplican modelos similares. De hecho, unas ya lo han implementado hace tiempo, como por ejemplo Candriam, que hace más de cinco años que decidió modificar la estructura de comisiones de la gama de fondos tradicional (gama direccional con objetivo de batir a un índice de referencia) para alinear al máximo posible los intereses de los clientes con los de la gestora y cobrar menos comisiones en caso de que sus fondos de gestión activa no sean capaces de batir a los índices. En las clases destinadas a inversores institucionales realizó un ajuste importante de las comisiones de gestión fijas y, en paralelo, añadieron comisiones de gestión variables que tienen la particularidad de que sólo las cobran si se bate al índice de referencia.

Para proteger a los inversores respecto a una excesiva asunción de riesgos, dichas comisiones de rentabilidad sólo se cobran en su totalidad en diferido, ya que cuentan con un mecanismo de dilución de 1/3 por año. De tal manera que, si en el año 1 se bate al índice, la comisión de rentabilidad sólo se cobrará en su totalidad si durante los 3 siguientes años se sigue batiendo al índice. Es decir, es necesario mantener una consistencia en la rentabilidad adicional respecto al índice. El resultado de esta nueva estrategia de cobro de comisiones ha sido un importante incremento de activos provenientes de inversores institucionales.

El modelo de Allianz Global Investors

Otras lo acaban de implementar, como es el caso de Allianz Global Investors u Old Mutual Global Investors. La firma alemana lo ha puesto inicialmente en práctica en Estados Unidos y Reino Unido. En EE. UU., para cada fondo indican una comisión de gestión básica y un objetivo de rentabilidad frente a la tasa crítica de rentabilidad. El test de rentabilidad se basa en la rentabilidad neta registrada en un periodo de doce meses consecutivos, calculada a partir del valor liquidativo de la clase de acción frente a la tasa crítica de rentabilidad. Tras determinar la rentabilidad para el periodo de doce meses, se incrementa o se reduce la comisión de gestión conforme a la ratio de rentabilidad del fondo, hasta el límite máximo o mínimo definido. Una vez ajustada, se aplica esta comisión al patrimonio neto del fondo durante el periodo de doce meses.

En el Reino Unido, la gestora calcula la comisión de rentabilidad para la clase de acción y suma (se incluye en el valor liquidativo de la cartera) en base a la rentabilidad adicional neta acumulada por esa clase de acción (neta de gastos y comisiones y siempre que supere al índice de referencia). La comisión de éxito se paga únicamente cuando se registre una rentabilidad adicional neta positiva al cierre del ejercicio fiscal (o cuando finalice el periodo de tenencia del inversor, si es inferior). “Estos modelos de comisiones no son los indicados para cualquier mercado y para cualquier cliente, y presentan retos para los gestores en la planificación de sus presupuestos, pero harán que el precio sea más atractivo para aquellos que cambiaron a la gestión pasiva en los últimos años”, afirma  Andreas Utermann, consejero delegado y director de inversiones global de Allianz Global Investors.

El modelo de Old Mutual Global Investors

En el caso de Old Mutual Global Investors, la gestora ha lanzado en noviembre de 2017 unas nuevas clases con comisiones de gestión anuales y con comisión de éxito (performance fee) para alguno de sus fondos, como el Old Mutual North American Equity. El fondo ya tenía las clases habituales (A, I), pero a estas nuevas las denominaron P1 y P2 (P de performance). El objetivo que persiguen a través de este nuevo modelo es ser competitivos en términos de comisión fija con los ETF. De esta manera, la comisión es más baja, pero la ventaja es que sigue siendo un producto de gestión activa que bate al índice, como es el caso de esta estrategia. La comisión de éxito que cobra es del 20%, siempre que haya batido al índice por encima de una marca (high water mark). La comisión fija es de 15 puntos básicos para la clase limpia y de 80 para la clase con retrocesión. Por ahora aplicarán este sistema solo en este producto, aunque de cara al futuro la intención de la entidad es implementarlo también en otras estrategias.