¿Qué hay detrás del trepidante avance de las inversiones alternativas?

De izq. a dcha.: Álvaro Villanueva (CaixaBank Wealth); José Luis Segimón de Manzanos (BBVA AM); Lola Ybarra (Santander Private Banking) y Manuel Gutiérrez-Mellado (BlackRock). Firma: FundsPeople.

Las inversiones alternativas están seduciendo a todo tipo de inversores, lo que ha provocado un crecimiento exponencial de estos activos. ¿Qué factores están impulsando este vertiginoso desarrollo?, ¿qué cambios ha experimentando la industria? Sobre ello reflexionan expertos de varias gestoras en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por BlackRock.

Clientes distintos, apuestas diferentes

Lola Ybarra, directora global de Productos e Inversiones de Santander Private Banking, explica la evolución de estas inversiones en su entidad. Las primeras incursiones se iniciaron antes de 2017, pero de forma muy limitada. “Realmente la apuesta más importante por los mercados alternativos tuvo lugar durante el año 2018 en España y, especialmente, en nuestras unidades de Banca Privada Internacional (Miami y Ginebra). En ambos casos el objetivo era buscar diversificación y rentabilidades atractivas que no se encontraban en los mercados públicos, pero con estrategias distintas".

El impulso se produjo a consecuencia del entorno de tipos de interés bajos en el mercado nacional. “En este contexto, los clientes buscan alternativas de inversión que les permitan obtener rentabilidades más atractivas, aunque tengan que sacrificar liquidez a corto plazo (la denominada prima de iliquidez). Empezamos con los productos más fáciles de entender y más diversificados (fondos de fondos de private equity) para luego incluir fondos de infraestructuras (plantas fotovoltaicas), inmobiliarios… y así completar la oferta".

En cambio, en la parte internacional, explica, con un cliente de mayor poder adquisitivo y más acostumbrado a este tipo de inversiones, la apuesta fue de otra índole. La estrategia se enfocó en seleccionar gestoras líderes y reconocidas para cada una de las estrategias de inversión en activos ilíquidos, y crear subfondos propios para poder dar acceso a nuestros clientes de banca privada a unos productos habitualmente orientados al segmento institucional y con importes mínimos de entrada muy elevados.    

El efecto llamada de los institucionales

En el caso de CaixaBank, Álvaro Villanueva, CIO Alternative Assets de CaixaBank Wealth, explica que llevan desde 2006 operando en este mercado. “Desde el primer momento es un producto que el cliente ha aceptado muy bien”. Comenta, además, que aunque no es una industria nueva, tiene más de 50 años, “se ha empezado a democratizar en los últimos años”.

Coincide en destacar que esto se ha producido por la caída de los tipos de interés y la situación de mercado vivida en 2010. “Esto provocó que los endowments, los fondos de pensiones, los grandes inversores institucionales tuvieran que buscar alternativas de inversión”. Sin olvidar que en los últimos años estos activos se han visto favorecidos por un entorno que les ha permitido lograr importantes retornos.

La apuesta de los inversores institucionales ha supuesto un efecto llamada a otros de menor tamaño, de banca privada, “que han empezado a entrar masivamente, al calor, además, de una mayor cultura financiera, un mayor conocimiento de algo que se veía con mucho riesgo por desconocimiento”. También destaca el importante desarrollo de la planificación financiera, que ha ayudado a que esos inversores de banca privada entren en el mundo alternativo sabiendo lo que aporta y lo que se está jugando.

Por último, reflexiona sobre la iliquidez, a la que considera un arma de doble filo. “Se suele ver como algo negativo en momentos de mercado complejos, pero la realidad es que si no tienes tensiones de tesorería, esa iliquidez juega a tu favor porque te ayuda a no tomar decisiones precipitadas”.

Los fondos de fondos, el vehículo ideal

José Luis Segimón de Manzanos, director de Inversiones en Mercados Privados de BBVA AM, hace hincapié en la distinción entre fondos y vehículos que invierten en activos subyacentes líquidos y aquellos que lo hacen en el universo ilíquido. “De hecho creo que es mucho menos alternativo parte del mundo ilíquido. ¿Quién no tiene una casa? ¿Quién no ha financiado un proyecto a un familiar o ha invertido capital en una compañía o ha prestado dinero a alguien?”. “Ese tipo de operaciones personalizado en grandes fondos que han ido creciendo mucho se han convertido en una industria dentro del mundo de la gestión de activos”. Insiste en que estos proyectos existen con anterioridad a las bolsas de valores o a los mercados de bonos.

Explica que el inversor institucional fue el pionero de la inversión en activos ilíquidos “porque macheaban sus necesidades de dinero para el año siguiente con unas inversiones que, con poca volatilidad porque no cotizaban, les estaban dando flujos constantes”. Como han tenido rentabilidades ciertas con menos volatilidad y, además, buenas, han seguido apostando por estos mercados. No solo ellos. También los clientes más pequeños de banca privada a través de fondos de fondos. Este vehículo, a su juicio, “es ideal para diversificar el riesgo y bajar el listón de entrada mínima para dar acceso a más inversores. Es beneficioso tener en cartera todo tipo de activos financieros, líquidos e ilíquidos”.

El importante acicate de la regulación

Además de todos los factores mencionados que han dado alas a los mercados alternativos, hay otro que ha servido de acicate, la regulación. Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable de Inversiones Alternativas en España, Portugal y Andorra para BlackRock, explica que los retornos financieros que se pueden conseguir en estos mercados privados no son el único aliciente. “Hay que recordar que ese retorno va unido a cómo se financia la economía real, algo que interesa a los gobiernos y a la propia economía”.

Y en este entorno, “se han producido cambios regulatorios que han contribuido a que los mercados privados ayuden a financiar la economía real. De hecho, el número de compañías cotizadas se está reduciendo y el de privadas aumentando”. Añade que “antes la única alternativa que tenía una empresa para levantar capital era probablemente cotizar. Y ahora hay un mercado mucho más profundo de inversores privados que quieren ayudar a financiar”.

Capital privado en las infraestructuras

Y este cambio, el hecho de que las empresas tengan otras alternativas, lo ha propiciado la regulación. Destaca, además, que en EE.UU las compañías se financian en un 80% a través de los mercados de capitales y en un 20% de los bancos. Pero en Europa es al revés, “y eso creemos que se va a ir equilibrando. De hecho, las estrategias de crédito privado han tenido un boom importante desde la crisis financiera”.

Por último, comenta que la parte de inversión de infraestructuras históricamente la han liderado los gobiernos. Pero ahora, con ratios de deuda pública sobre PIB altos y con la necesidad y prioridad de ayudar a los ciudadanos en un entorno pospandemia complicado, “es un buen momento para que venga capital privado a financiar estos desarrollos de infraestructuras que redundan en el beneficio de la sociedad”.

En definitiva, concluye que la regulación ha hecho que estructuralmente los mercados privados financien más partes de la economía real. Y, además, ha facilitado la democratización del acceso a estos activos. “Y eso redunda en que el mercado de capitales se ensanche, que las compañías tengan más alternativas de financiación y que cada uno decida si quiere acudir a mercados públicos, privados, al sector financiero o a otras formas de financiación que cada vez se están popularizando más”.