¿Qué impacto tiene la caída del precio del petróleo sobre las divisas, la renta fija emergente y la deuda estadounidense? Amundi responde

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Tax credits, Flickr, Creative Commons

Hasta ahora, las divisas emergentes han aguantado con dignidad la constante caída de los precios del petróleo, con las excepciones reconocidas del rublo, el peso colombiano y, en menor medida, el real brasileño y algunas divisas de Europa Central (el lei rumano, la corona checa y el florín húngaro). Marc-Ali Ben Abdallah, estratega y analista económico en Amundi, analiza el impacto de las caídas presentes y futuras del precio del petróleo sobre estas divisas y sobre la deuda emergente.

Esta semana marca un cambio en el sentimiento sobre las perspectivas de crecimiento. Sin incluir el rublo ni el peso colombiano (que ha publicado su segunda mayor caída desde finales de junio, un 9,3%), las otras divisas emergentes se habían comportado por sí mismas… hasta ahora”, advierte Ben Abdallah. El experto hace notar que, desde finales de junio, el regreso de la volatilidad implícita se había notado más en las divisas de países desarrollados que sobre las emergentes, a lo que añade el giro en el sentimiento de los inversores sobre los mercados de renta variable que ha marcado el repunte del VIX. “En vez de las ganancias esperadas por el incremento del poder adquisitivo de una los consumidores, impulsado por los precios más bajos del petróleo, ahora hay miedo a una desaceleración de la economía global".

El estratega recuerda que la rápida caída del crudo “es sinónimo de un deterioro de los balances fiscales de las economías basadas en el petróleo”. Pone como ejemplo que, con el barril a 60 dólares, sólo Kuwait, Abu Dhabi y Noruega pueden preservar su equilibrio fiscal. Además de las divisas, este deterioro también está provocando que varias referencias de deuda de países exportadores estén comportándose peor que la media del mercado, acusando el impacto del repunte de los diferenciales. Ben Abdallah aporta más datos: desde comienzos del año, la deuda venezolana ha caído un 32,8%, mientras que la deuda rusa ha cedido un 8,5%, la ecuatoriana un 3,9%, la kazaja un 3,7% y la angoleña, un 1,5%.

“Dicho esto, el shock no está limitado a las economías emergentes. También es un desafío para el high yield estadounidense”, avanza el estratega de Amundi. ¿La razón? Que por debajo del umbral de los 55 dólares el barril, va a ser difícil que las compañías energéticas estadounidenses con rating B y CCC –que suponen un tercio de la industria- puedan cumplir con sus compromisos financieros. El experto constata que el índice sectorial energético de high yield ha entrado en números rojos, al dejarse un 15%.

“Los mercados de crédito emergentes están afrontando la convergencia de varios riesgos sobre los que sus autoridades económicas tienen poco control”, señala Ben Abdallah. Éste apunta como ejemplo de un acicate a los altibajos en los ingresos la buena salud del mercado laboral estadounidense, cuyo número de puestos de trabajo (4,8 millones) batió un máximo de 14 años en octubre. “Como resultado, la creación de empleo debería seguir siendo elevada en los próximos meses. Esta tendencia refuerza la probabilidad de la Reserva Federal de regresar a una política monetaria ortodoxa. El resultado es que los inversores tienen miedo de un incremento de la correlación entre la parte corta y la parte larga de la curva de tipos estadounidenses, que podría llevar a un resurgimiento de la volatilidad de los bonos que podría a su vez desestabilizar los mercados de crédito emergentes”, resume el experto.

No obstante, su punto de vista es que “es improbable que estos progresos sean simultáneos”. “La Fed no optará por un endurecimiento de su política monetaria en caso de que regrese la volatiliad”, añade. Ben Abdallah pronostica en cambio que “la caída de los precios de la energía dará como resultado la reducción de la capacidad de producción y el incremento de la demanda”. Por ello, el experto concluye su análisis asegurando que el resultado final del espectacular desplome de los precios del crudo se dará al final de la consolidación actual: “Se reforzará el carry sobre la deuda emergente, específicamente por las consecuencias desinflacionarias de ese shock”.