¿Qué implica la prórroga dada a España para cumplir con sus objetivos de déficit?

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MyTudut, Flickr, Creative Commons

La Comisión Europea (CE) decidió flexibilizar la semana pasada los plazos para que los países de la Unión Europea puedan cumplir con los objetivos de déficit, un movimiento que muchos han interpretado como una victoria de los argumentos a favor del crecimiento defendidos por Francia frente a la visión alemana de ‘la austeridad ante todo’.

En su último informe, los economistas del equipo de renta fija de UBS Global AM Joshua McCallum y Gianluca Moretti argumentan que la verdad es más compleja de lo que sugieren los estereotipos: “Alemania está a favor del crecimiento pero opina que la sostenibilidad de las finanzas es un requisito necesario para el crecimiento y Francia es consciente de que la austeridad es necesaria, pero cree que el crecimiento es esencial para la sostenibilidad. Lo verdaderamente importante es que, con su decisión, la Comisión Europea no pretende reducir los niveles de consolidación fiscal, sino el ritmo de aplicación de las medidas”.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la eurozona requiere que los países del euro mantengan un déficit presupuestario inferior al 3% del PIB pero, desde el inicio de la crisis, todos los países de la eurozona han superado este límite, excepto Alemania, Luxemburgo y Finlandia. Como explican los expertos de UBS, “la semana pasada, la CE decidió relajar la presión sobre los incumplidores y ampliar el plazo para el cumplimiento de los objetivos de déficit en tres años para España, dos años para Francia y Eslovenia y un año para Holanda y Portugal”.

Sin embargo, McCallum y Moretti recuerdan que “disponer de más tiempo no significa que las medidas de austeridad no tengan que aplicarse en algún momento. Por ejemplo, España podrá relajar sus esfuerzos de consolidación este año y el que viene, pero eso implica que 2015 y 2016 serán años difíciles. Es una patada hacia delante de manual, pero a veces lo correcto es hacer algo así”.

La decisión de la CE reconoce que el aumento del déficit tiene un componente cíclico pero la mayor parte de la relajación de objetivos afecta al déficit estructural, sobre todo para España y Portugal. “Resulta obvio que el agresivo ritmo de consolidación fiscal no era realista en un contexto de prolongada debilidad económica interna y externa, por lo que la relajación de los objetivos de déficit puede considerarse una victoria del realismo y la viabilidad política sobre la ideología”.