¿Qué implicaciones tiene la decisión de la OPEP sobre el crudo y la inflación?

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London Commodity Markets, Flickr, Creative Commons

Los países miembros de la OPEP se reunieron el pasado jueves en una cumbre para determinar si tomaban medidas para frenar la caída de los precios del crudo. La decisión que se ha adoptado se ha inspirado en el famoso dicho “laissez faire, laissez passer”, es decir, en la confianza de que el mercado se regulará por si solo, por lo que se mantiene la cuota de producción de 30 millones de barriles al día. La respuesta de los inversores no se hizo esperar, provocando una fulminante corrección del precio del del brent, cuyo precio descendió hasta el entorno de los 71 dólares por barril. 

“Una caída de los precios del petróleo provocada por el lado de la oferta es positiva para el escenario de inflación en el medio plazo”, opina Martin Enlund, jefe de análisis de Nordea. No obstante, añade que “esto importa poco para los bancos centrales, cuya credibilidad se está poniendo en cuestión. Más bien incrementa los riesgos para unos bancos centrales ya desafiados”. El analista recuerda que el BCE y otras autoridades monetarias están muy preocupadas por los efectos secundarios de la política de mantener los tipos muy bajos durante mucho tiempo, con impacto directo sobre las divisas y la inflación. En este contexto, el experto insiste en que “una caída en los precios del petróleo es buena para el poder adquisitivo, buena para el crecimiento y positiva en realidad para el escenario de inflación en el medio plazo, pero sólo importa si las expectativas de inflación siguen bien ancladas”. Y los bancos centrales se están centrando cada vez más en la evolución de la inflación. 

Enlund advierte de que la evolución reciente del precio del crudo “puede desencadenar muy pronto caídas sustanciales en la tasa de inflación de EE.UU. Esto podría dar pie a especulaciones sobre un retraso en las subidas de tipos de la Reserva Federal”. No obstante, el representante de Nordea cree que los mandatos de la Fed sugieren que “todavía tiene razones suficientes para mantener el plan hacia la normalización monetaria”. 

¿Una decisión razonable o descabellada?

Desde ETF Securities, el analista Nitesh Shah piensa que “aunque la OPEP se resistiera a las peticiones de recortar la producción, creemos que el cártel tendrá que reducir al final la oferta para ayudar a estabilizar los precios del petróleo a nivel global” (produce cerca del 40% de todo el suministro global). El pronóstico de Shah es que la inacción mostrada la semana pasada “incrementa la necesidad de un gran recorte para la cumbre de la OPEP de junio de 2015”. La razón reside en que muchos países miembro necesitan que el petróleo cotice por encima de los 100 dólares el barril para mantener su equilibrio presupuestario, aunque también apunta a que muchas explotaciones de shale gas y shale oil en Estados Unidos también dejan de ser rentables a precios actuales. “Creemos que los países de la OPEP se reunirán para trabajar a favor de su interés común en vez de entrar en una guerra de precios”, añade. 

“El mercado se regulará a sí mismo, pero esto viene con una dolorosa carga compartida entre todos los participantes”, afirma por su parte Norbert Ruecker, responsable de análisis de materias primas de Julius Baer. “El crecimiento de la producción estadounidense de shale oil se ralentizará y el riesgo de víctimas entre compañías durante el proceso se ha incrementado”, indican al respecto.

No hay que olvidarse tampoco de que descenderán los ingresos que obtenían los países productores por la venta de petróleo (Venezuela, Irán), pero esto a su vez podría sacudir los mercados financieros en opinión del experto de Julius Baer. “El dolor de hoy debería reducir las explotaciones marginales de shale gas, en aguas profundas o en arenas, llevando a mayores reducciones de costes e implicando precios más bajos durante más tiempo”, indica Ruecker por un lado. Sin embargo, por el otro lado, piensa que en el corto plazo el mercado está sobrecomprado y “los precios se estabilizarán finalmente, al menos mientras la demanda muestre signos de fortaleza”. 

“Lo que molestó al mercado no fue tanto la decisión de mantener la cuota (que era bastante consensuada), sino la falta de explicaciones sobre cómo se respetará dicha cuota y el hecho de que no haya ninguna otra reunión de la OPEP prevista antes de junio del próximo año”, indica por su parte Emmanuel Painchault, director de materias primas e infraestructuras en Edmond de Rothschild AM. Éste aporta las siguientes cifras: la OPEP produce actualmente 30.900 millones de barriles al día y la previsión de la organización para el próximo año es de 29.500 millones de barriles.

Sobre la decisión de la OPEP, Painchault opina que “sin duda se trata de la decisión más racional que el cártel podría tomar”. “Si hubiesen decidido reducir las cuotas de producción, eso habría significado firmar un cheque en blanco a los productores de shale oil durante más tiempo”, añade. El experto concluye asegurando que “no significa el final de la OPEP como algunos analistas de mercado han dicho, es sólo la confirmación de que su agenda es mucho más a largo plazo de lo que los mercados pueden pensar”. 

¿Qué va a pasar con los actuales precios bajos?

Painchault identifica tres derivadas sobre la cotización actual del petróleo. En primer lugar, cree que “la demanda debería mejorar dado que unos precios más bajos incentivarán a los consumidores a utilizar más petróleo”. “También se especula con que China está utilizando estos precios bajos para acelerar el abastecimiento de sus reservas estratégicas”, añade.

En segundo lugar, constata que “los presupuestos de inversión de las compañías petroleras tendrán que ser recortados y especialmente en las cuencas de shale oil en Estados Unidos”, debido al ya comentado umbral de rentabilidad fijado en los 100 dólares el barril. “Su capacidad (de las petroleras) para asumir más deuda es limitada puesto que ya tienen bastante y los bancos están menos dispuestos a dar créditos con los bajos tipos actuales” indica el director de materias primas e infraestructuras, lo que le lleva a vaticinar que “la producción de shale oil en Estados Unidos podría reducirse a la mitad”. No sería no obstante un cambio de hoy para mañana: “Esto podría llevar tiempo ya que las compañías petroleras de Estados Unidos suelen tener stocks que mitiguen a corto plazo el precio bajo del petróleo”.

El experto de EdR advierte de que va a haber numerosas compañías, no sólo petroleras, que tendrán que reducir sus gastos: “ Vamos a escuchar a todas las compañías hablar de las limitaciones presupuestarias que a su debido tiempo se traducirán en volúmenes menores. Las grandes empresas como Total o Exxon no tendrán que darse tanta prisa en poner en práctica estos recortes dado que sus balances son sólidos en el inicio de esta crisis en el precio del petróleo”, concluye en este apartado.

La tercera observación es más bien un ejercicio de ponerse en el peor escenario posible, que la OPEP se mantenga firme con sus cuotas. “Ello implicaría una reducción de la producción en 0,9 millones de barriles al día... pero nadie cuenta con esto todavía”, concluye el experto.