El gobierno de Mauricio Macri sigue dando pasos de gigante en un tiempo récord para normalizar la situación económica del país. El último de ellos ha sido la firma de un acuerdo con los acreedores del país, resolviendo un conflicto que ya duraba 15 años mediante el pago de 4.653 millones de dólares. La reacción de las gestoras internacionales a este acuerdo no ha podido ser más positiva.
“Este acuerdo entre Argentina y los acreedores que no aceptaron el canje es obviamente histórico y muy positivo para el país. Esto les permitirá, después de quince años viviendo en una autarquía financiera, acceder de nuevo a los mercados de capitales” declara Jean-Jacques Durand, gestor de renta fija emergente y divisas de Edmond de Rothschild AM. En su opinión, este acuerdo “allana el camino para un rebote en la economía, una vez que ya han sido resueltos algunos de los otros problemas heredados de la anterior administración”.
El gestor, que dispone de una amplia experiencia de inversión en países latinoamericanos, subraya que encuentra sorprendente “la velocidad a la que la administración de Mauricio Macri ha abordado los distintos problemas, la mayoría de ellos en sus primeros cien días en el poder”. En conjunto, Durand considera que “el trabajo por delante es enorme pero el potencial para el país es considerable, dado el importe de la inversión acumulada que se ha quedado al margen durante los últimos años con la esperanza de una normalización de las políticas económicas”. También da pistas sobre los indicios a los que deben prestar atención los inversores en los próximos meses: “Será interesante ver cómo el mercado absorbe los posibles 15.000 millones de dólares en emisiones ligadas al pago de los acreedores que no aceptaron el canje. Esta será la primera prueba en términos de rendimientos en la que los inversores pondrán precio al crédito de esta “nueva Argentina”.
Brett Diment, director de deuda de mercados emergentes de Aberdeen, califica el acuerdo con los acreedores de Argentina “como si un albatros gigante hubiese levantado sus garras del cuello de Argentina, y además llega justo en el momento preciso”. Aclara que el momento es el más adecuado porque “el litigio y la falta de acceso al capital internacional ha tenido un efecto devastador en el país durante años, e incluso este año el país se estaba enfrentando a una verdadera restricción financiera”. En cambio, una vez resuelto el litigio el país está en condiciones para volver a financiarse en los mercados, lo que abre nuevas oportunidades para los inversores. “Todavía hay muchas cosas que Argentina tiene que hacer para volver a la senda económica correcta, pero este acuerdo constituye un gran paso en la dirección correcta", sentencia Diment.