¿Qué pistas aporta el Reloj de la Inversión de Fidelity sobre el rumbo de los mercados y de la economía?

Reloj
Alan Cleaver, Flickr, Creative Commons

Tres grandes temas macro están marcando este comienzo de año, bajo el punto de vista de Kevin O’Nolan, gestor de Fidelity International. Habla de la debilidad de los emergentes, exacerbada por la ralentización del crecimiento chino. También de la espiral bajista del precio del petróleo, cuya profundización está incrementando el riesgo de contagio hacia los mercados de crédito y renta variable. Y habla en último lugar del entorno de crecimiento desinflacionista en el que se encuentra actualmente la economía mundial. O’Nolan dedica un poco más de tiempo a hablar de este último asunto.

“Los mercados están atravesando una fase de recuperación desincronizada que se puede comparar con la experimentada al final de la década de los 90”, afirma. Va más allá, al declarar: “Existe la necesidad de poner en contexto los últimos tres años (el periodo 2012-2015) con lo que sucedió a finales de los 90, por ser un periodo de crecimiento similar y niveles parecidos de inflación”. 

O’Nolan considera que “el crecimiento ha sido cercano a cero en los últimos seis a nueve meses, pero el escenario en conjunto es positivo”. Se refiere a que “los fundamentales no han cambiado a pesar de la volatilidad”, por lo que la renta variable sigue siendo la principal apuesta de Fidelity para 2016 y así lo refleja el Reloj de la Inversión, del que se hace cargo O’Nolan desde la marcha de Trevor Greetham en febrero de 2015. 

El punto rojo indica qué fase atraviesa actualmente la economía global (reflación, recuperación, recalentamiento de la economía y estanflación) y qué activos se ven más afectados. En la gestora consideran que la economía global se aproxima a la fase de recalentamiento, aunque no ven señales fuertes de que esto vaya a suceder por la reciente caída de la inflación, como consecuencia del retroceso continuado de los precios del petróleo. “El entorno es positivo, pero no tanto como hace seis meses”, resume el experto. 

Indicios macro

A continuación, pasa a detallar algunos signos macro que justifican estas tesis. En primer lugar se fija en la divergencia entre países desarrollados y emergentes. O’Nolan señala que el pasado diciembre ha sido el segundo mes consecutivo en el que el ISM manufacturero de los países desarrollados cae por debajo de los 50 puntos, algo que no sucedía desde 2009 y que alentó los temores a una desaceleración. Sin embargo, recuerda que “también se vieron indicios de desaceleración a la mitad de ciclo en periodos anteriores, como por ejemplo el comprendido entre 2002 y 2008, con la diferencia de que esta vez el nivel de consumo y desempleo es distinto”. “Creemos que la caída del ISM manufacturero no es un punto de inflexión”, añade. 

El segundo factor en el que se fija el experto es en el regreso del endeudamiento al alza. Si se le suma el ensanchamiento de los diferenciales, se traduce en el incremento de riesgo de impago, algo que contrasta con las bajas tasas de default registradas en los últimos años. O’Nolan señala que esta tendencia se ha acentuado especialmente en el mundo emergente: “Hemos visto que la deuda está creciendo en los emergentes más rápido que el conjunto de la economía y creemos que es debido a una mala asignación de capital, como consecuencia de la caída del precio del petróleo y la ralentización estructural de China, entre otros motivos”.  De hecho, el experto muestra su preocupación por el repunte de la rentabilidad de los bonos de países emergentes exportadores de petróleo y los de compañías estadounidenses high yield del sector energético: “El aumento del riesgo de impago es el principal porque podría producirse un contagio financiero a otros mercados”, comenta. 

Esta incertidumbre se refleja en el incremento de la volatilidad: un vistazo al índice VIX – que mide el pánico de los inversores respecto a la bolsa estadounidense- refleja una tendencia alcista desde 2014. No obstante, el gestor prefiere enfocar esta escalada desde el punto de vista práctico: “Usamos los indicadores de volatilidad para medir el grado de pánico y buscar oportunidades de compra”. 

“En el entorno actual la renta variable no es una preocupación, sólo lo será en la última fase del ciclo de subidas de tipos de la Fed. Es mucho más preocupante la renta fija, el mercado está poniendo en precio dos subidas de tipos frente a las cuatro previstas por la Fed”, concluye O’Nolan.