¿Qué potencial alcista le queda al petróleo?

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London Commodity Markets, Flickr, Creative Commons

Tal y como anticipaban los mercados, la segunda y última reunión de la OPEP en el año – con Viena como telón de fondo- ha terminado con una extensión del recorte de la producción hasta finales de 2018 tanto por parte de los países que integran el cártel como sus países aliados, incluyendo a Rusia. En un análisis previo, las firmas anticipaban reacciones negativas ante cualquier escenario que no contemplase esta extensión. Por tanto, ¿qué deberían esperar los inversores de aquí en adelante?

Sophie Chardon, estratega de Lombard Odier, subraya de esta actualización del acuerdo el pequeño margen de sorpresa de esta reunión: Nigeria y Libia, previamente exentos del acuerdo, también acordaron limitar su propia producción a su nivel de 2017. Chardon afirma que esta reunión “envió otra señal positiva al mercado petrolero”, y destaca que la comunicación empleada “fue crucial y tuvo éxito”, lo que ha garantizado la estabilidad de la cotización del Brent (de referencia en Europa) y del WTI (de referencia en EE.UU.) en los días posteriores a esta reunión.

“Creemos que esta reunión es una confirmación de que la diplomacia petrolera y el racional económico prevalecen a pesar de las recientes tensiones geopolíticas”, continúa la estratega. Ésta recuerda que Arabia Saudí, Rusia, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait son los principales contribuyentes a los recortes, y necesitan garantizar la estabilidad del precio, dada su alta dependencia económica de la evolución del oro negro. El pronóstico de la experta es que, en el medio plazo, “los factores técnicos y fundamentales que sustentan al mercado del petróleo probablemente seguirán siendo favorables”, aunque comenta que ahora la tendencia alcista “es limitada”.

Así, el rango objetivo que manejan en Lombard Odier se sitúa entre los 50 y los 65 dólares el barril para 2018, con un promedio de 57 dólares por barril en el precio Brent. “Creemos que la OPEP está obligada a permanecer en un modo de gestión de mercado en el futuro inmediato, lo cual es una buena noticia, ya que ahora entramos en un período de precios estacionalmente más débiles”, añade Chardon.

En cuanto a la producción del petróleo de esquisto, la estratega cree que el entorno actual de precios podría prolongarse siempre que los productores estadounidenses “sigan sin poder aumentar significativamente su gasto de capital “. No obstante, advierte que, si el WTI consigue mantenerse por encima de los 55 dólares, entonces “existe un riesgo significativo de que estos productores puedan usar las mayores cantidades de flujo de caja para acelerar la actividad de perforación y finalización, alimentando más la volatilidad del mercado”.

Cuidado con el posicionamiento de mercado

Nicolas Robin, gestor de carteras de materias primas en Columbia Threadneedle Investments, opina que “un mayor grado de visibilidad sobre los recortes en la producción, combinada con un crecimiento sano de la demanda de petróleo y una producción de petróleo de esquisto más lenta de lo anticipado han asegurado que el objetivo de reducir los inventarios globales de petróleo está progresando adecuadamente”. Según Robin, la combinación afortunada de estas tendencias es la que explica la firme recuperación que han experimentado los precios del crudo en los últimos dos años: cabe recordar que en 2015 se alcanzaron niveles de shock al batir mínimos históricos de 30 dólares el barril.

A pesar de estas buenas perspectivas, no es todo de color de rosa. El gestor denuncia que “el posicionamiento del mercado es extremadamente largo, y las posiciones largas especulativas están sobrepasando los niveles vistos durante el primer trimestre”. En línea con lo expuesto por la estratega de Lombard Odier, la mejora de los precios “han permitido a los productores de petróleo de esquisto hacer coberturas e incrementar la extracción”. En cambio, el experto muestra su preocupación por el impacto de las reformas impulsadas en Arabia Saudí por el príncipe heredero, Mohammed Bin Salman, por que afirma que “han hecho que Oriente Medio sea menos estable de lo que ha sido durante mucho tiempo, lo que podría tener impacto sobre la producción”.

Como resultado de esta visión de mercado, la gestora ha optado por seguir estando constructiva con el petróleo en el medio plazo, aunque el gestor aclara que actualmente infraponderan a los valores del sector de la energía, por  considerar que “los márgenes del refino actualmente son muy altos y están destinados a comprimirse”.

“El rally del petróleo de los últimos meses dio un empujón de confianza a la OPEP, pero la organización está lejos de controlar el precio del petróleo”, comenta por su parte Norbert Rücker, responsable de análisis macro y de materias primas de Julius Baer. El experto recuerda que los dos aliados inesperados del cartel han sido el buen tono de los mercados financieros desde el verano y la materialización de la tan deseada expansión global sincronizada: “El sólido momento económico alimenta el uso del petróleo, y la demanda creciente ha sido el factor que ha guiado el ajuste en la oferta del crudo”, afirma. Rücker corrobora los temores del gestor de Columbia Threadneedle sobre el posicionamiento del mercado, pues comenta que “la construcción de significativas posiciones largas sobre futuros del crudo hechas por hedge funds expandieron el rally y desplazaron la curva de futuros del petróleo hacia una situación de backwardation”.

La predicción de Rücker es que, de aquí en adelante, se ralentice el ajuste del equilibrio entre oferta y demanda en el mercado global del crudo, y que “se revierta parcialmente”. Son dos las razones en las que se apoya: “Por una parte, el crecimiento de la demanda del crudo debería ralentizarse en el mundo occidental, donde el ciclo de negocio está muy avanzado. Por otra parte, debería acelerarse la producción de petróleo”.

En este sentido, el experto se fija en que, en EE.UU., los inversores en petróleo de esquisto cada vez están demandando unos beneficios más sostenibles en vez de crecimiento, “pero con el crudo por encima de los 55 dólares por barril, las compañías de esquisto probablemente generen ambos”. A esto se añade que se ha incrementado el número de pozos abiertos y el consecuente repunte de la actividad de perforación, razón por la que en Julius Baer prefieren tener una postura cauta, al ver más potencial bajista que alcista. “La recogida de beneficios sigue siendo un riesgo clave a vigilar”, concluye Rücker.