¿Qué riesgos y oportunidades perciben los inversores institucionales para el año que viene?

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La convergencia de fuerzas políticas, económicas y monetarias trae un claro pronóstico para 2017: espere más volatilidad. Es una de las conclusiones que ha alcanzado la edición de 2016 de la Encuesta Global a Inversores Institucionales de Natixis Global AM, en la que se pregunta a 500 profesionales con capacidad de toma de decisión ubicados en Asia, Latinoamérica, Reino Unido, EE.UU., Europa y Oriente Medio.

La novedad que presenta el estudio este año es que se dividió la actividad de sondeo por periodos, de manera que se preguntó a 340 participantes antes de las elecciones presidenciales en EE.UU. y a otros 160 después. “En muchos casos, los resultados han tenido un efecto significativo sobre su previsión”, explican los autores del estudio.  A continuación, se detallan las conclusiones más importantes.

Gestión activa versus pasiva

“Después de siete años marcados por repuntes esporádicos de la volatilidad, las fuerzas económicas y geopolíticas están convergiendo para hacer de la volatilidad la preocupación número uno de los institucionales para 2017”, afirman los autores del informe. Bancos centrales y eventos políticos pueden ser contribuidores centrales a este repunte de incertidumbre. “Pero estos eventos no marcan el final de la volatilidad geopolítica; es más probable que sólo sean el principio. Todavía están por venir elecciones en Francia, Alemania y Holanda, donde el sentimiento populista es elevado, y también están los resultados de la agitación en Corea del Sur y Brasil, así como el plan de Reino Unido de invocar el artículo 50”, detallan desde Natixis Global AM.

Dicho esto, la encuesta refleja que los inversores ven a la volatilidad como una preocupación de primer nivel, pero también como una oportunidad para el crecimiento de activos. “Con la probabilidad de que el mercado pase de estar guiado por los bancos centrales a estarlo por el crecimiento de beneficios, los profesionales de la inversión están volviendo otra vez a la gestión activa, en búsqueda de retornos”, aseveran los autores del estudio.

Un resultado curioso es que, después de las elecciones, se incrementó en un 9% el número de inversores que indicó que su objetivo número uno para 2017 será conseguir el mejor retorno ajustado por el riesgo, hasta el 24%. En cambio, cayó el número de los que citaron la preservación de capital como su principal objetivo, del 16% al 8%. 

La segunda derivada de la previsión de mayor volatilidad es que traerá consigo una mayor dispersión en los mercados de renta variable. Es igualmente otro argumento a favor de la gestión activa en opinión de los institucionales: la mitad de participantes indicó que las inversiones pasivas han distorsionado los precios relativos de las acciones y la compensación por rentabilidad riesgo en el pasado. Casi un 75% afirmó que las condiciones actuales son más favorables para la gestión activa.

Adicionalmente, más de ocho de cada diez inversores sondeados indicó que ha elegido opciones de gestión activa antes que pasiva para generar alfa, mientras que tres de cada cuatro declararon estar dispuestos a pagar una comisión mayor a cambio de obtener rendimientos superiores a la media del mercado.

Otro dato interesante del estudio es el cambio de percepción sobre la gestión pasiva en sí misma. Por ejemplo, al preguntar a los institucionales por sus proyecciones sobre construcción de cartera, se detectó que las asignaciones a instrumentos de gestión pasiva se redujeron un 3,3% en el último año. De cara al próximo trienio, los encuestados sólo planean incrementar un 1% su asignación a gestión pasiva, frente al 7% que indicaron en la encuesta efectuada en 2015.

“Esto subraya la necesidad de evaluar las inversiones pasivas tanto por sus méritos como por sus limitaciones”, aseveran desde Natixis Global AM. En este sentido, el estudio ha reflejado que los institucionales están empleando instrumentos pasivos por dos razones: “Para gestionar las comisiones y para evitar a los gestores activos que están más cercanos a los índices (closet trackers)”.

Aumenta la demanda de activos alternativos

Al prever que el mercado pueda ser doblemente golpeado por el repunte de la volatilidad y tipos de interés al alza, los institucionales participantes afirmaron que estarían dispuestos a recortar exposición en renta fija. Para lograr una correcta diversificación de las fuentes de riesgo de la cartera, un 50% declararon estar dispuestos a incrementar su asignación a activos alternativos, frente a un 38% que afirmó que diversificaría por sectores y regiones y un 36% que optaría por estrategias de retorno absoluto.

La encuesta detectó que tres de cada cuatro institucionales cree que los inversores están tomando demasiados riesgos, en el contexto de la caza de rentabilidad, un dato que refleja una disonancia: “Basándonos en sus propias decisiones de asignación de activos, se podría pensar que también son culpables del mismo comportamiento”, afirman los autores del estudio.

Confianza moderada

Además de constatar el fuerte cambio de expectativas que ha tenido el resultado electoral sorpresa en EE.UU., la encuesta también ha recogido una caída de la confianza de los institucionales. Antes del 8 de noviembre, dos tercios de los encuestados expresaron confianza en la capacidad de su organización para afrontar los riesgos asociados al rendimiento de las inversiones. Entre los encuestados después del 8 de noviembre, sólo un 53% mostraron confianza en sus capacidades, “un signo claro de que el potencial para que se produzcan cambios políticos  y la volatilidad del mercado añaden un nuevo giro a los planes de los institucionales”.

El resultado es que algunos de los inversores que participaron en el estudio están reevaluando sus expectativas para el año que viene. Si bien el 70% de esos encuestados declararon que tienen confianza en que se logren las expectativas actuales de retorno de sus instituciones, la mitad anticiparon que sus organizaciones reducirán su previsión de retornos para los próximos 12 meses.