¿Qué traman los bancos centrales? Repaso a los últimos movimientos destacados

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Images_of_Money, Flickr, Creative Commons

Si algo está claro, es que en 2016 continuará el influjo de los bancos centrales sobre los mercados, con una más que previsible divergencia de políticas monetarias dentro del mundo desarrollado. Los principales bancos centrales no se han cruzado de brazos hasta que llegue ese momento, más bien al contrario puesto que el goteo de noticias no cesa. Las gestoras internacionales analizan los movimientos y noticias más recientes.

La primera en romper el hielo es Schroders. Su economista jefe, Keith Wade, se centra en la publicación del último dato sobre creación de empleo en EE.UU., que sorprendió positivamente al alza. Durante el mes de octubre, el desempleo cayó hasta el 5% y, de forma destacada, los salarios crecieron un 2,5%. “Ahora estamos consiguiendo algunas pruebas de que se está alimentando el ajuste del mercado laboral a través de salarios más elevados”, reflexiona Wade.

Este crecimiento refuerza a su vez la probabilidad de que puedan subir los tipos de interés en diciembre, habida cuenta de la influencia del crecimiento salarial sobre los niveles de inflación. No obstante, el economista se muestra escéptico: “Si vemos una subida de tipos, que no está clara al haber todavía otro mes de datos por llegar, esperaríamos que fuera acompañada por una declaración ‘dovish’”, indica en primer lugar. En segundo lugar, en el caso de que comience el mes que viene el ciclo de subidas, pronostica que será muy suave: “El balance de riesgos inflacionarios ha dado pistas hacia una inflación superior, pero con la inflación actual cerca de cero, los salarios creciendo sólo de forma modesta y el dólar al alza, haciendo parte del trabajo de la Fed, hay poca necesidad de subir tipos agresivamente”. 

Desde PIMCO, el gestor y estratega Tony Crescenzi opina que los últimos datos sobre creación de empleo correspondientes a octubre “suponen apostar directamente hacia una subida de tipos de 25 puntos básicos, hasta un rango entre 0,25% y el 0,5% en su próxima reunión del 16 de diciembre”. A diferencia del economista de Schroders, Crescenzi considera que “pocos datos publicados hasta entonces tendrán opciones de reducir significativamente esta probabilidad”, porque los últimos datos han sido superiores a las referencias que ha dado la Fed en las últimas semanas para no subir tipos todavía. “Aunque no está garantizada, la probabilidad de una subida de los tipos de interés en diciembre sugiere que los inversores necesitan posicionar sus carteras para tipos más elevados de aquí en adelante”, añade el experto. 

Mientras tanto, en Europa…

El BCE también podría tener planes para diciembre. De hecho, el escenario base de AXA IM es que la autoridad monetaria “intentará hacer algo percibido como dovish en su reunión de diciembre”, comenta el estratega y analista Laurent Clavel. Éste recuerda que el mercado ya está poniendo en precio una ampliación del QE a la europea después de los mensajes de Mario Draghi en las últimas dos reuniones del BCE, así como un recorte en la facilidad de depósito. No obstante, la posibilidad que barajan desde AXA IM es más bien que se aceleren las adquisiciones de deuda, y a lo mejor la ampliación de los activos en los que se puedan invertir a través de la compra de crédito. “Sin embargo, no anticipamos un recorte en la tasa de refinanciación (refi) hasta territorio negativo, por sus beneficios limitados”, declara Clavel en referencia a que los bancos de la eurozona “tienen suficiente liquidez”. 

Desde la firma han calculado las consecuencias en el corto plazo derivadas de un recorte en la facilidad de depósitos de entre 10 y 20 puntos básicos. Entre ellas destacan la posibilidad de un abaratamiento mayor del euro, el repunte de la volatilidad, un aplanamiento generalizado de la curva de rentabilidad (en el que probablemente los mercados periféricos serían los más beneficiados), que los bancos decidan llevar a negativo los intereses de sus depósitos (al menos los destinados a grandes corporaciones) y que otros países de Europa – principalmente Suiza, Suecia y Dinamarca- adopten nuevas políticas monetarias para contrarrestar los efectos de las del BCE. 

El último banco central del que se han tenido novedades recientes es el de Inglaterra, que se reunió la semana pasada. Han sido varias las ocasiones en las que se ha especulado con la posibilidad de que el BoE se adelante a la Fed, siendo el primer banco desarrollado en elevar el precio oficial del dinero en años. La tesis volvió a reavivarse, puesto que ocho miembros del Comité de Política Monetaria (MPC, por sus siglas en inglés) del BoE votaron en contra de mantener los tipos de interés en el 0,5%, frente a un único voto a favor. 

No obstante, desde J.P.Morgan AM la estratega Stephanie Flanders y la analista Nandini Ramakrishnan consideran que lo más sorprendente “han sido las nuevas previsiones del BoE, que sugieren que la inflación podría mantenerse en o por debajo del objetivo del 2% durante los próximos 18 meses, incluso aunque el tipo de interés de referencia no variase hasta finales de 2016”. Para ambas expertas, “estas previsiones resultan notablemente dovish en un entorno en el que la Fed y su presidenta, Janet Yellen, han vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de que se produzca una primera subida de tipos en diciembre”.

Las dos representantes de J.P.Morgan AM descartan que la combinación de unas expectativas menores de inflación y un calendario de subidas de tipos potencialmente más lento sean una señal de que la recuperación de la economía británica vaya por mal camino. Se basan en unas declaraciones recientes de Mark Carney, gobernador del banco central, en las que ha afirmado que “la resistencia de la confianza interna y la fuerte demanda privada contribuirán a eliminar el exceso de capacidad que registra la economía a lo largo del año que viene”.

Flanders y Ramakrishnan recuerdan adicionalmente que a Carney le gusta enfatizar que las acciones del BoE no están ligadas a las de la Fed... pero creen que no debe ignorarla: “Un mundo en el que la Fed se sienta lo suficientemente cómoda como para empezar a subir sus tipos de interés en diciembre es un mundo en el que el BoE podría acabar revisando otra vez las previsiones presentadas en este informe”, concluyen.