¿Qué va a pasar en los mercados a partir de ahora?

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Horia Varlan, Flickr, Creative Commons

¿Qué va a pasar en los mercados a partir de ahora? Es la gran pregunta que se hacen actualmente los inversores tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Para saberlo, hemos preguntado a cinco grandes gestoras de fondos sobre el comportamiento que podrían experimentar las distintas clases de activo a partir de ahora.

BlackRock. En la mayor gestora del mundo por activos bajo gestión esperan una oleada de ventas en los activos de riesgo y una búsqueda de activos considerados refugio. “Pensamos que los mercados emergentes son especialmente vulnerables debido a su dependencia de las exportaciones y el sentimiento inversor. Esperamos una elevación de las curvas de rendimientos y un mejor comportamiento relativo de los valores del sector sanitario, que se beneficiarán de una posible flexibilización del marco normativo por parte de Trump”, afirman.

Schroders. En la entidad ven improbable que el nuevo entorno sea favorable para los mercados. “La perspectiva del proteccionismo y el menor crecimiento mundial golpearán a las bolsas y a los activos de riesgo en todo el mundo”, indica Keith Wade, economista jefe de la entidad. Coincide con BlackRock cuando afirma que los mercados emergentes son especialmente vulnerables por su dependencia del comercio mundial. En renta fija, el experto considera que los rendimientos de los bonos podrían subir al demandar los inversores una mayor compensación por el riesgo de inflación, mientras que las bolsas previsiblemente verán revisadas a la baja sus valoraciones. “Probablemente veamos unos niveles considerables de volatilidad, ya que el entorno de tipos bajos de los últimos años, que ha dado apoyo a las valoraciones bursátiles y ha impulsado a los valores similares a los bonos, va a alterarse profundamente”. A su entender, las rebajas de los tipos del impuesto de sociedades compensarán en parte lo anterior y sectores como la energía y los servicios financieros podrían beneficiarse de una mayor liberalización.

En BNY Mellon creen que la victoria de Trump provocará una caída de las tires de los bonos del Tesoro estadounidense, ventas generalizadas entre los activos de riesgo y la apreciación de ciertas divisas, como el yen o el franco suizo. También consideran probable que las bolsas registren fuertes correcciones y, al igual que Schroders, auguran un significativo repunte de la volatilidad. “Los mercados mundiales seguirán nerviosos hasta que se despeje la incertidumbre sobre la dinámica entre Trump, el Partido Republicano y el Congreso estadounidense y se aclare qué implica esta victoria”, señala Paul Markham, gestor de Newton, filial de BNY Mellon. Aunque es mucho más difícil anticipar claramente qué supondrá una victoria de Trump para los mercados, más allá de una extrema inestabilidad a corto plazo, el experto cree que es posible que resulte reflacionaria en los próximos seis a doce meses, puesto que ha indicado que invertirá grandes cantidades en ciertas áreas de la economía, como las infraestructuras, que podrían considerarse inflacionarias si reciben el capital suficiente. “Esta situación, junto con el hecho de que la nota de solvencia de Estados Unidos podría verse cuestionada por la incertidumbre presupuestaria, podría acabar provocando un aumento de las tires de los treasuries en los próximos seis a doce meses”.

Fidelity. A Donald Trump se la ha considerado, en general, como un candidato que podía suscitar una incertidumbre sin precedentes en áreas como el gasto público, la política monetaria, el comercio y la legislación. Por consiguiente, Ángel Agudo, gestor del Fidelity America, se muestra convencido de que los bonos del Tesoro de EE.UU. y el oro podrían beneficiarse inicialmente de los movimientos que desencadenen unos inversores en busca de seguridad. A corto plazo, también espera mayores fluctuaciones del dólar estadounidense debido a las incertidumbres que rodean a la política comercial. “En las bolsas, tras una racha inicial de volatilidad, la rebaja del tipo del impuesto de sociedades (si se aplica tal y como se ha propuesto) sería positiva a corto-medio plazo. En unas elecciones marcadas por los fuertes contrastes en las políticas de los candidatos, hubo un ámbito de inusual acuerdo entre Clinton y Trump: el gasto público. Tanto Clinton como Trump han estado de acuerdo aumentar la inversión en infraestructuras y armamento, por lo que el mercado ya lo descuenta en parte, pero en las dos áreas existen oportunidades de inversión muy interesantes”.

Invesco. Como inversores a largo plazo con una elevada convicción, en la gestora no se plantean modificar su proceso o filosofía en respuesta a las elecciones u otros acontecimientos a corto plazo. “Y a los inversores tampoco les conviene hacerlo. A nuestro juicio, independientemente del partido que ocupe el poder, el mejor planteamiento sería el siguiente: construir una cartera diversificada diseñada para atender sus necesidades a largo plazo, y ceñirse a su plan a lo largo del tiempo. Actualizar el plan cuando sus necesidades cambien y no abandonarlo debido a la volatilidad del mercado”, aseguran. El hecho de no modificar su enfoque como consecuencia de la política, no significa inacción. De hecho, en la entidad recomiendan estar muy atentos a lo que ocurra en Washington en los próximos meses y evaluar las posibles consecuencias de los objetivos políticos de la administración entrante para la economía estadounidense, los mercados mundiales en general y ciertos sectores del mercado en particular.