¿Qué visitar en Málaga? Nos lo cuentan los directores territoriales de banca privada asentados en la ciudad

Después de 16 años trabajando en Madrid en diversas entidades, recaló en Málaga en 2001. Su familia es oriunda de un pueblo de Málaga, concretamente de Pizarra, por lo que con este traslado a principios de los 2000 siente que ha vuelto a su tierra de origen.

Sobre Málaga capital nos cuenta que “no puedes dejar de dar un paseo por el centro histórico y disfrutar de sus múltiples museos”. Menciona cuatro como el Museo Picasso Málaga, el Museo Carmen Thyssen Málaga, el Centre Pompidou Málaga y el Museo del Palacio de la Aduana. Si tiene que elegir algún pueblo fuera de Málaga, le gusta especialmente Ronda y Frigiliana.

Para comer en Málaga elige La Cosmopolita. Es una casa de comidas donde se practica la cocina de mercado y se rescatan recetas populares malagueñas con un toque de innovación. La tortilla de changurro y la ensaladilla rusa tibia son sus platos preferidos.

Sergio lleva trabajando 19 años en Málaga, tiempo suficiente para disfrutar de la evolución y transformación de la ciudad.  Artacho elige como destino para recomendar la Comarca de la Axarquía en Málaga. “Una gran desconocida para la mayoría de visitantes que recorren la provincia”, apunta. Nos explica que en la Axarquía puede aún disfrutarse de playas y acantilados naturales como los de Maro, pueblecitos blancos con encanto como Frigiliana o Cómpeta, “reconocido además por su vino dulce”, puntualiza, o también “como la muy pintoresca Nerja con rincones que harán las delicias de los aficionados a los selfies”, añade.

A la hora de degustar Málaga, Sergio se queda con Casa Guardia o el Pimpi para un aperitivo en Málaga Capital. Fonda Casa Pepa en Carratraca con su comida tradicional o Venta El Túnel con su típico plato de los Montes. Pero tratándose de Málaga, insiste en que “el visitante no debe irse sin pasar por un chiringuito como el Cabra con una variada carta de pescados y “pescaito” y donde especialmente entre mayo y agosto disfrutará de unos deliciosos espetos”.

En el caso de Pelayo él es cántabro, pero lleva algo más de 8 años en Andalucía. Su actividad diaria hace que me mueva por toda la comunidad. Dice sentirse como en casa desde el primer día y se siente un privilegiado por vivir en esta región.

Le encanta visitar Málaga y, sobre todo, pasear la ciudad. Caminar por la calle Larios y disfrutar de los maravillosos edificios, sus tiendas, bares y restaurantes. Le agrada encontrarse el teatro romano, uno de los vestigios más importantes de la presencia romana en la ciudad. “Su respetuosa restauración y su uso para representaciones y eventos culturales en la actualidad, fusiona la antigüedad con la vida contemporánea de la ciudad”, explica. También menciona la Alcazaba, un magnífico ejemplo de la arquitectura militar islámica en España. Le encantan las vistas panorámicas de la ciudad y del puerto desde sus murallas, que vuelven a unir el pasado y el presente de esta localidad.

Su restaurante favorito es Kaleja, una palabra árabe que significa callejón. El restaurante se sitúa en plena judería en una callecita estrecha. Nos explica que “la forma de cocinar de Dani Carnero, con brasas y candelas, es respetuosa con la tradición y respetuosa con la materia prima que utiliza”.  Reinterpreta platos tradicionales andaluces con un toque contemporáneo. Ofrece un ambiente elegante y acogedor, con una decoración que fusiona elementos modernos con toques rústicos. Una atmosfera íntima y relajada, ideal para disfrutar de una experiencia gastronómica memorable.

Sonia Medina es oriunda de la ciudad. Tras un periodo en Madrid, donde estudió la carrera y comenzó a trabajar en Banca privada, en 2007 decidió regresar a Málaga. Comenta que en los más de 15 años trabajando en ciudad, ha observado el cambio tan importante que ha experimentado Málaga en todos los sentidos.

Uno de los cambios que considera más relevantes de Málaga es cómo la ciudad se ha abierto al mar, con el Palmeral de las Sorpresas y Muelle 1. “Ahora los malagueños y visitantes tienen la posibilidad de pasear desde el centro hacia el este de la ciudad, manteniendo el contacto con el mar, algo que permite relajar cuerpo y mente”, afirma.

En cuanto a gastronomía, destaca que Málaga tiene una oferta gastronómica increíble, con multitud de restaurantes que ofrecen todo tipo de comida de gran calidad. En concreto, subraya dos platos muy malagueños, el gazpachuelo y los espetos de sardinas. “Disfrutar de unos espetos de sardinas bien preparadas, en cualquier chiringuito de Málaga, es un lujo para los sentidos”, sentencia.

Un flechazo es lo que tuvo y tiene Pedro Martos con Málaga. Nos dice que fue el 14 de febrero del 2000 cuando comenzó su andadura en Unicaja y volvió a Málaga, después de haber estado trabajando durante un tiempo en Madrid. También fue el momento de acercarse a su querido pueblo, Álora, ubicado en pleno Valle del Guadalhorce, a una media hora en coche desde Málaga hacia el interior de la provincia.

A cualquiera que recale en Málaga y busque una experiencia, Pedro le invitaría a disfrutar de la naturaleza recorriendo el Caminito del Rey, situado a 60 kilómetros de Málaga y muy cerca de Álora. Está elevado casi 100 metros de altura sobre el fondo del desfiladero por donde fluye el río Guadalhorce. Nos explica que se trata de una caminata muy favorable, descendente, no entraña dificultad alguna. La duración del recorrido ronda las tres horas y los meses más recomendados para hacer la escapada son abril, mayo y junio.

Para comer, Pedro nos recomienda el Asador Don Joaquín, en carretera de Álora, km 2,5. Se queda con toda la carta, pero si tiene que elegir, nos invitaría a degustar su exquisito chivo malagueño con productos de temporada de la huerta local.