¿Quién es Polen Capital y cuál su propuesta estrella en el mercado español?

Daniel Davidowitzy (Polen Capital)
Foto cedida

Polen Capital es una gestora estadounidense independiente fundada en 1979 con el objetivo de centrarse en la comercialización de estrategias de inversión de alto valor añadido y quality growth a clientes de todo el mundo. Es una de las entidades en las que ha entrado como socio IM Global Partner, la firma de José Castellano. El producto por el que destaca es el Polen Capital Focus U.S. Growth, fondo de renta variable americana gestionado desde su creación en 2013 por Daniel Davidowitz y Damon Ficklin, quienes apuestan por una cartera hiper concentrada, al estar integrada actualmente 21 valores compañías de gran capitalización. El fondo disfruta este año de Sello FundsPeople, con la calificación de Consistente. En FundsPeople, hemos hablado con Davidowitzy para que nos cuente su visión de mercado y las características que hacen especial a su producto.

Lo primero que nos cuenta es la filosofía y estrategia que sigue. Su objetivo es, en primer lugar, preservar el capital de los clientes y posteriormente fomentar su crecimiento. “Creemos que la mejor manera de hacerlo es adherirse a los tres principios principales de la filosofía de inversión de Polen Capital: crecimiento de alta calidad, un horizonte de inversión a largo plazo y una cartera concentrada. Esto significa que buscamos invertir únicamente en las que, a nuestros ojos, son las mejores empresas del mundo, e invertimos con la mentalidad  de propietario, teniendo en cuenta no solo el estado de un negocio hoy, sino también sus perspectivas de crecimiento futuro dentro de varios años”, explica.

Según Davidowitzy, albergan en la cartera un número tan reducido de empresas porque muy pocas compañías cumplen los estándares de inversión de la gestora. “Hoy en día, tenemos 21 empresas en nuestra estrategia Focus Growth, y las participaciones suelen oscilar entre 15 y 25, dependiendo de nuestra evaluación de las oportunidades de inversión disponibles. Normalmente, la concentración de la cartera se percibe como una estrategia más arriesgada, pero en realidad pensamos que invirtiendo únicamente en las que, a nuestro entender, son las mejores empresas del mundo, podemos reducir el riesgo para nuestros clientes”. Ellos lo que buscan es invertir en empresas que, a su juicio, puedan proporcionar no solo crecimiento, sino un crecimiento duradero en cualquier entorno de mercado.

“Para nosotros, ello significa encontrar e invertir en empresas que ofrezcan productos y servicios importantes para sus clientes, que presenten ventajas competitivas casi inmunes y que sean sólidas desde el punto de vista financiero, de modo que ni siquiera las grandes perturbaciones en el sistema puedan evitar, en la mayoría de los casos, que inviertan invertir de cara al futuro para diferenciarse aún más de los competidores. El resultado final de este enfoque, desde nuestro punto de vista, es un proceso de inversión que incorpora un margen de seguridad conformado por varias fases para las empresas en las que invertimos el capital de los clientes”, enfatiza.

Evitan tomar decisiones top-down porque piensan que este tipo de resultados son imposibles de predecir de manera precisa y consistente. “En realidad, nos dedicamos a estudiar y tratar de entender las empresas. Queremos entender sus ventajas competitivas, los factores favorables a largo plazo (u obstáculos) derivados de esas ventajas competitivas, sus fundamentales y su cultura”. En su opinión, hoy en día, más allá del enorme coste humano, el COVID-19 está teniendo un impacto sin precedentes en las empresas a escala mundial, y podríamos no comprender sus repercusiones por completo durante meses, o incluso años.

“Sectores como el de los viajes y el ocio podrían tardar muchos años en recuperarse, mientras que otros sectores que ya están protagonizando un fuerte crecimiento podrían registrar una aceleración de ese crecimiento. El trabajo en remoto, el comercio electrónico, los pagos digitales, los servicios sanitarios virtuales, la entrega a domicilio de alimentos y la informática en nube son áreas que no solo están registrando un aumento a corto plazo en su uso sino que también podrían beneficiarse de ventajas permanentes a medida que los consumidores y las empresas se adapten a un entorno cambiante”, indica.

Para áreas como el comercio electrónico y los pagos digitales, el cambio del canal físico al online ya estaba en marcha antes de la COVID-19. “Creemos que es probable que este cambio se acelere a medida que los consumidores se acostumbren cada vez más a adquirir bienes tanto discrecionales como no discrecionales a través de las plataformas de comercio electrónico y conforme el uso de los pagos sin contacto se generalice”.

Además, Davidowitzy considera que otras tendencias, como el trabajo en remoto, podrían protagonizar un cambio repentino, ya que los empleadores y empleados se han visto obligados a adoptar rápidamente la idea de trabajar desde casa, lo que, a su vez, puede conducir a una mayor predisposición a hacerlo a más largo plazo.

Más concretamente, las empresas que buscan identificar para posteriormente invertir en ellas son negocios con un crecimiento excepcional de los beneficios, impulsados por una ventaja competitiva sostenible, una solidez financiera superior, equipos de gestión contrastados y potentes productos o servicios. “Estas empresas también deben cumplir con nuestros cinco requisitos de inversión: sólido balance; elevada rentabilidad sobre fondos propios; márgenes de mejora que presenten una tendencia estable o de mejora; abundante flujo de caja libre y crecimiento orgánico de los ingresos”.

“Creemos que condicionar la inversión en empresas con estrictos estándares garantiza que solo invertimos en compañías financieramente sólidas y nos ha permitido históricamente ofrecer a nuestros clientes rendimientos atractivos en todos los entornos del mercado, pero también protección frente a caídas en los contextos de mercado más complicados. Tal vez el tipo de empresas en las que no invertimos sea un factor igual de importante: esto es, empresas muy cíclicas o negocios masificados”.

De acuerdo con su experiencia, este tipo de empresas no suelen poder mantener elevadas rentabilidades del capital a lo largo de los ciclos económicos, ofrecen ventajas competitivas débiles (si las hay), tienen flujos de caja volátiles y a menudo dependen del endeudamiento para financiar sus modelos de negocio. “En nuestra opinión, este tipo de empresas son las más susceptibles de sufrir grandes pérdidas, a veces permanentes, para sus inversores, un resultado que tratamos de evitar a toda costa”.

Aunque han comprado y vendido algunas inversiones en un horizonte temporal más corto, su periodo de inversión es superior a cinco años. “Con esta perspectiva, nos planteamos vender una inversión si creemos que existe una amenaza potencial para la ventaja competitiva de la empresa o un factor de deterioro para las perspectivas de crecimiento de los beneficios a largo plazo de la empresa. También tenemos en cuenta las valoraciones, pero resulta más probable que ajustemos una posición cuando el precio de mercado se encuentra en el extremo superior de nuestra horquilla de valoración en lugar de liquidar la posición por completo, siempre que los fundamentales de la empresa cumplan nuestras expectativas”.

También pueden liquidar o reducir una posición si encuentran una oportunidad aún más convincente y necesitan generar efectivo para invertir en ella o, en algunos casos, si no están de acuerdo con las decisiones de asignación de capital tomadas por el equipo directivo de la empresa. “No aplicamos una dinámica de venta automática ni objetivos de precio”, destacan. El máximo de sus posiciones individuales normalmente suele oscilar entre el 10% y el 12%, con unas ponderaciones sectoriales limitadas al 50%.

Durante el pasado mes de marzo, realizaron algunos cambios en la cartera: liquidaron tres posiciones (Nestlé, Booking Holdings y O'Reilly Automotive) e incorporaron una nueva compañía, Autodesk, además de incrementar las posiciones existentes en Abbott Labs y Facebook. “No hemos realizado cambios en la cartera desde entonces”, concluyen.