Ranking por rentabilidad de los ETF sobre el S&P 500… y tres reflexiones muy interesantes

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La rentabilidad no es el factor fundamental por el que se suelen guiar los selectores de ETF para elegir el producto más adecuado, pero es un factor que los profesionales acostumbran a comparar con retrospectiva. Si se analizan los resultados generados en los últimos cinco años por los fondos cotizados que replican, por ejemplo, índices tan populares como el S&P 500 se puede apreciar que existe una diferencia de 23 puntos básicos entre el producto que ha generado una mayor rentabilidad con el que ha obtenido un menor retorno.

Todas las estrategias seleccionadas para hacer este análisis cuentan con el rating Gold de Morningstar y están domiciliadas en Europa. La que en el último lustro ha logrado obtener unos mejores resultados ha sido el BNP Paribas Easy S&P 500 ETF, con una rentabilidad anualizada en este periodo del 10,76%. Forma parte de la gama de ETF y fondos índice de BNP Paribas AM. Dentro del equipo de gestión indexada y cuantitativa, la entidad francesa gestiona 22.200 millones de euros, con un equipo formado por 10 gestores con una experiencia media de 20 años. El BNP Paribas Easy S&P 500 ETF le saca cinco puntos básicos al segundo –el X Trackers S&P 500 Swap de DWS- y nueve al tercero –el Lyxor S&P 500 ETF-.

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Del análisis de los resultados se pueden extraer algunas conclusiones interesantes. La primera: que no existe una relación directa entre el TER del producto y la rentabilidad. Al menos, en lo que respecta a los ETF sobre el S&P 500. Un mayor TER de un ETF sobre otro no significa que el producto vaya a tener un peor comportamiento relativo que los fondos cotizados comparables que presenten unos ratios de gastos totales inferiores. Lo evidencia el hecho de que los tres ETF con un TER más elevado son, precisamente, los que mejores resultados han obtenido en los últimos cinco años.

La segunda reflexión es que la réplica sintética es más adecuada desde el punto de vista de eficiencia para recoger el comportamiento del S&P 500 que la réplica física. No parece casual que los cuatro ETF que se anotan un mayor retorno en este periodo sean productos que hacen una réplica vía swap, mientras que los cuatro que registran la peor evolución sean de réplica directa.

“Esto se debe principalmente a que los ETF sintéticos evitan el pago de impuestos correspondientes a la retención que se practican a los dividendos en acciones de compañías estadounidenses, mientras que los físicos no pueden hacerlo (la retención es del 15% para los fondos domiciliados en Irlanda y del 30% para los que tienen su domicilio en Luxemburgo)”, explican desde Morningstar.

La última conclusión que se puede extraer del análisis de los resultados es que, sea cual sea el ETF sobre el S&P 500 que el inversor hubiese seleccionado, cualquiera de ellos habría batido a la media de la categoría Morningstar US Large Cap Blend Equity. Y lo habría hecho por, como mínimo, 247 puntos básicos, que es la distancia que separa al UBS ETF S&P 500, que es el fondo cotizado que menor rentabilidad ha generado, frente a la media de la categoría de fondos activos de renta variable americana que siguen un estilo blend.