Razones para invertir en bolsa asiática si busca altos dividendos

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Foto cedida

A pesar de la reciente desaceleración de la economía mundial, Asia sigue siendo la región de más rápido crecimiento del mundo. El FMI prevé un crecimiento del 5,9% en 2013, una cifra mucho más favorable que el 1,5% proyectado para las economías avanzadas para el próximo año. Mientras tanto, las valoraciones de la renta variable se sitúan en niveles atractivos y los balances se mantienen sólidos. “A medida que mejore el panorama de crecimiento de la región, esperamos que las empresas comiencen a adoptar una actitud de creciente optimismo respecto de sus perspectivas. Si a esto sumamos un exceso de ahorro para consumo en Asia, seguimos convencidos de que es un momento atractivo para invertir en Asia a medio-largo plazo”.

Según Michael Kerley, director de Renta Variable Pan Asiática de Henderon Global Investors, los dividendos son un factor importante en la región. “A lo largo de los últimos años, los rendimientos han sido muy codiciados por ser un catalizador sumamente importante de las rentabilidades en todos los mercados mundiales. El segmento de alta rentabilidad por dividendo de Asia ha ofrecido una rentabilidad relativa superior al índice general. “A partir del año 2000 las empresas asiáticas han generado abundante efectivo y actualmente su prioridad es recompensar a los accionistas. Esto es atractivo para los inversores en busca de ingresos pues permitirá que gran parte del excedente de efectivo se reparta en dividendos”, afirma.

El ratio de reparto de dividendos —el porcentaje de ganancias que se distribuye en dividendos— se sitúa en un mínimo histórico del 38%, lo que según Kerley implica que hay un amplio margen para que mejore. Tal y como recuerda el experto, en la década de los 90, menos del 60% de las empresas cotizadas en la región Asia ex-Japón repartía dividendos. Este porcentaje ha aumentado hasta superar el 80% en 2011. “Esta tendencia alcista es generalizada en los países de la región asiática”.

En términos generales, las economías siguen apoyándose en fundamentales sólidos y esto se ve reflejado en fuertes ganancias corporativas, lo que les da la capacidad de recompensar a sus accionistas mediante mayores distribuciones de dividendos. “A medida que las ganancias han ido aumentando, los precios de las acciones no han seguido el mismo ritmo, lo que se ha traducido en valoraciones atractivas. Dadas las expectativas de ganancias para los próximos doce meses, los precios de la renta variable parecen interesantes dado que el ratio precio-beneficio por acción es inferior a su promedio de 10 años”, indica el experto de Henderson.

Para Kerley, la desconexión vivida durante los últimos años entre la rentabilidad y los fundamentales corporativos subyacentes es poco frecuente. “Los mercados se rigen por factores mundiales, tales como los problemas de la deuda soberana en Europa, que han inducido a los inversores a comprar y vender títulos de Asia en función de las noticias. El hecho de que el beneficio por acción (EPS) continúe superando al índice pone de manifiesto que al sector corporativo de Asia le sigue yendo bien. Creemos que esto refleja una oportunidad atractiva de compra, pues no es habitual ver una división tan grande entre los fundamentales corporativos subyacentes y la rentabilidad del mercado”, señala el responsable.

Las mejores oportunidades están en China

Actualmente, las acciones asiáticas están en la extraña posición de ofrecer a los inversores un nivel de ingresos marginalmente superior al de la deuda gubernamental correspondiente. Pero, ¿dónde se pueden encontrar las mejores oportunidades? “Por países, seguimos pensando que China ofrece la mejor combinación de valor e ingresos en la región y está en mejores condiciones para responder a cualquier futuro brote de volatilidad en la economía mundial. En los últimos años, el país se ha convertido en uno de los principales motores del crecimiento mundial, que marca la dirección del mercado tanto en el ámbito regional como mundial. A medida que evoluciona la población y crece su grado de urbanización, las clases medias en ascenso están creando una mayor demanda de bienes de consumo, que en su mayor parte se producirán en el mercado interno”.

A pesar de los atractivos fundamentales de las empresas chinas, el mercado se ha visto afectado por la confianza de los inversores y, en nuestra opinión, parecen muy infraponderadas. “Los inversores buscan crecimiento y China probablemente sea uno de los mercados clave para apuntalar ese catalizador, lo que hace presagiar una revaloración del mercado de renta variable. Ahora que el gobierno apunta a un crecimiento del PIB del 7,5%, creemos que se han sentado las bases para una mayor relajación de la política monetaria y, en consecuencia, el impulso de crecimiento en China debería comenzar a ser positivo”.

Según explica el gestor de Henderson, los consumidores en Asia están acumulando gran cantidad de ahorro canalizado mediante depósitos bancarios y, tras los recortes de los tipos de interés en muchas economías asiáticas, muchos ahorradores están recibiendo rentabilidades reales negativas en sus depósitos en términos ajustados por inflación. “En China, la cantidad ahorrada por los inversores locales equivale a 14 billones de dólares o, lo que es lo mismo, un 184% del PIB del país. Así pues, los inversores de la región tienen grandes posibilidades de movilizar su ahorro en activos de alto rendimiento, como son las acciones”, sentencia.