Razones para ser (moderadamente) optimistas con Europa

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loungerie, Flickr Creative Commons

 ¿Se deja llevar por la euforia o reflexiona antes de invertir? Si es de los segundos, el jefe de renta variable europea de Threadneedle, Philip Dicken, da una serie de razones para ser moderadamente optimista con esta clase de activos. La primera de ellas – también la más importante- es la voluntad del BCE de actuar como barrera de seguridad ante cualquier contingencia. Dicken cree que Mario Draghi, su presidente, ha ejercicio liderazo, por tres motivos: al lanzar los LTRO, al respaldar los mercados de deuda pública cuando necesitaron ayuda, y al rebajar los tipos de interés. 

La segunda razón para el optimismo es el repunte de los indicadores adelantados (también la confianza empresarial), que Dicken cree que se traducirá en “en una mejora del PIB y el crecimiento de los beneficios en 2014”. El jefe de renta variable de Threadneedle también cuenta con el impacto positivo que supondrá la disminución de las políticas de austeridad: apoyándose en un análisis de UBS, muestra que el lastre fiscal resultante de la austeridad se reducirá hasta prácticamente 0 en 2014 y 2015, frente a la horquilla de entre el 1,5% y el 0,7% registrado en 2012 y 2013.  

La tercera razón viene de las propias valoraciones de la renta variable: el experto observa que las primas de riesgo se mantienen en niveles elevados, aunque estén disminuyendo. A medida que caigan las principales fuentes de riesgo y se mantenga el crecimiento al alza, la prima irá cayendo “y los inversores en renta variable se sentirán más seguros al comprar acciones, impulsando así los mercados al alza”, explica. Dickens puntualiza que este proceso ya está en marcha, debido a “la mayor cantidad de renta variable europea adquirida por los inversores estadounidenses, tras una ausencia de cinco años”. 

Otro argumento a favor de las valoraciones es que el ratio PER de las acciones europeas “sigue resultando interesante desde el punto de vista histórico”. El experto vaticina que “con la mejora del PIB y las expectativas de aumento de los beneficios, el entorno resulta atractivo en lo que respecta a la asignación de activos y la selección de valores”. 

Crecimiento de beneficios, condición indispensable

Si el optimismo de Dicken es moderado es porque no sólo da razones, sino que también pone requisitos para poder confiar en las bolsas europeas. El primero, es el condicionamiento de que crezcan los beneficios europeos, que todavía están un 20% de su máximo anterior (los estadounidenses están un 14% por encima). El experto cree que en parte esta diferencia viene dada por la caída de los márgenes de beneficio en Europa, aunque espera que esta se reduzca con la mejora del panorama económico en el Viejo Continente.

Dicken considera normal la divergencia entre precios y beneficios vista en el repunte bursátil visto en el mercado europeo durante los últimos 18 meses. Explica que, “tradicionalmente, tras un nivel cíclico mínimo en los índices de gestores de compras (PMI), los mercados de renta variable tienden a revalorizarse antes de que los beneficios se recuperen”. El experto subraya que “este tipo de reacción es bastante habitual y, en el pasado, a una revalorización de este tipo le ha seguido un periodo de ratios de precios/beneficios (PER) planos a medida que mejoraban los beneficios”. Dicken cree que esa es la situación actual, lo que supone un argumento adicional para esperar una mejora de beneficios. 

De hecho, en Threadneedle han revisado recientemente al alza sus perspectivas de beneficios para Europa sin Reino Unido hasta el 5% para 2013 y el 10% para 2014. El experto matiza que “evidentemente, estas previsiones de crecimiento de los beneficios no son elevadas, pero contrastan poderosamente con las recientes revisiones a la baja y deberían generar un entorno más atractivo para los inversores”. Además, considera que la conjunción de crecimiento de beneficios con expansión monetaria en Europa darían la réplica a un Estados Unidos en plena fase de retirada de la expansión cuantitativa. 

Dicken identifica como los sectores que experimentarían mayores mejoras en sus beneficios a los domésticos, como los medios de comunicación o empresas de contratación. No le vuelve la espalda a la banca: aunque consciente de que aún tiene retos que afrontar, el jefe de renta variable europea recuerda que “garantizar que los bancos sigan prestando dinero a la economía real redunda en el propio interés de los gobiernos y reguladores europeos”. 
El atractivo del sector dependerá en gran parte de los resultados del test de estrés que se realizarán el año que viene, y al respecto el responsable opina que “más que suponer un nuevo problema, las pruebas de estrés serán parte de la solución a las dificultades del sector bancario”. Por ello, desde la gestora se ha incrementado selectivamente las posiciones en bancos de la zona euro.