El 2022 no ha estado exento de sobresaltos. A la crisis del Covid y la guerra entre Rusia y Ucrania se han unido los bruscos cambios en la política monetaria para intentar hacer frente a la inflación. ¿Qué es lo que más preocupa a las entidades a corto y medio plazo?
Recesión a la vista: estos son los principales riesgos que observan las gestoras españolas para los próximos meses
Los principales riesgos están relacionados con la evolución de la inflación. En este sentido, seguiremos de cerca cualquier factor que pueda afectar la cadena de oferta global ya sea por motivos geopolíticos como la guerra en Ucrania, o la política de Covid cero en China. La evolución de la inflación marcará el ritmo de la política monetaria actual, restrictiva como no veíamos desde hace mucho y que a su vez está directamente relacionada con el crecimiento económico, los beneficios empresariales y en último término el comportamiento de los activos financieros. Mención especial merece la economía China y los efectos que pueda tener el frenazo del sector inmobiliario en el crecimiento del país.
1/10Dentro del panorama económico actual, tenemos a la inflación y a la crisis energética en Europa como los principales protagonistas, así como cuál será la actuación de los bancos centrales en cuanto a su política monetaria y decisiones sobre tipos de interés, y de qué manera todos estos factores van a afectar a la evolución de las diferentes economías.
2/10La posibilidad de una recesión más prolongada o de mayor intensidad en Europa no está todavía adecuadamente reflejada en los precios, y ese es el principal riesgo en los próximos meses.
3/10En los próximos meses creemos que los mercados permanecerán volátiles en un entorno de inflación alta y desaceleración económica hasta que empiecen a salir buenos datos de inflación que provoquen un cambio en la retórica de los bancos centrales. Los principales riesgos que podrían deteriorar el escenario son un mayor endurecimiento monetario ante una inflación persistente, mayor debilidad de China y un contexto de racionamiento del gas en Europa. Por otra parte, si se llegase a una solución en el conflicto bélico, asistiríamos a fuertes caídas en los precios energéticos y subidas de los mercados.
4/10Las perspectivas no son muy positivas. Por un lado, parece claro que los bancos centrales van a seguir subiendo los tipos de interés, incluso si el crecimiento económico se resiente, mientras los datos de inflación sigan altos. Por otro, la crisis energética que estamos empezando a sufrir va a tener un impacto muy negativo en la capacidad de consumo de las familias y en los márgenes empresariales, al tiempo que limitará la capacidad de maniobra de los bancos centrales por sus efectos sobre la inflación.
5/10El factor que más nos preocupa es que se siga alargando la guerra en Ucrania y sus consecuencias sobre el suministro de gas a Europa. La industria europea va a tener que interrumpir parte de sus procesos de producción, bien por el precio del gas, o bien por racionamiento en el suministro. Esto nos puede acercar a un proceso de estanflación, malo tanto para las bolsas como para los bonos.
6/10En el entorno actual, tanto las tensiones inflacionistas como el endurecimiento de las políticas monetarias, cuyos efectos de segunda ronda no nos parecen todavía descontados, hacen aumentar el riesgo de un deterioro de los resultados empresariales. Los mercados han retrocedido en las últimas semanas a pesar de que el segundo trimestre los resultados empresariales sorprendieron positivamente, porque las previsiones de las compañías han sido modestas. Nos parece, sin embargo, que las expectativas de beneficios son todavía demasiado optimistas. Así, somos algo más cautos en activos de riesgo, pero no creemos que debamos rebajar estructuralmente los niveles de riesgo. Sí creemos, en cambio, que en este entorno de debilidad, los inversores deberían ajustar su exposición al riesgo comprando protección, particularmente en Europa. Estamos, pues, algo más vigilantes en bolsa europea. Por otro lado, las divergencias en el cuadro macroeconómico de los países emergentes son una fuente de oportunidades. En suma, mantenemos una exposición a una amplia gama de activos para conseguir una cartera diversificada (materias primas, divisas) y con suficientes coberturas.
7/10La tendencia que siga la inflación en los próximos meses será clave, no solo por el efecto que tenga en la cartera sino porque marcará el tono de los bancos centrales en los próximos meses, y porque puede acelerar la ralentización de la actividad económica que es patente desde hace varios meses. Las presiones inflacionistas que hemos observado desde comienzo del año siguen presentes (impacto en commodities del conflicto en Ucrania, disrupciones en las cadenas de suministros y exceso de liquidez derivado de anteriores políticas expansivas), por lo que será necesario seguir de cerca los acontecimientos, tratar de adecuarse al cambiante escenario, e implementar estrategias de cobertura que protejan la inversión de movimientos drásticos de mercado.
8/10Una prolongación de la guerra en Ucrania que siga comprometiendo los mercados de energía nivel mundial.
9/10La principal preocupación sigue siendo la evolución de los precios de la energía y las implicaciones que los cortes de gas ruso puedan tener sobre la economía europea. En relación con las acciones de política monetaria, el alza de los tipos de interés supone una oportunidad de inversión, después de unos años con rentabilidades muy bajas en los mercados de deuda, si bien será muy importante una comunicación adecuada por parte de las autoridades, para evitar tensiones adicionales.
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