Recuento de daños en Brasil: algunas pinceladas de BBVA y CaixaBank

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Sala de Imprensa Dilma13, Flickr, Creative Commons

Celebración de Juegos Olímpicos en 2016, recesión en 2015 y visos de continuar este año, el caso de corrupción en Petrobras o las manifestaciones contra Dilma Rousseff y Lula da Silva. El mix de todos estos factores influyen en el alejamiento de Brasil de las principales estrategias de inversión internacionales.

El PIB brasileño cayó un 3,8% en 2015, entrando el país en recesión económica. CaixaBank Research justifica este deterioro como “consecuencia del desplome de la demanda interna principalmente y, en particular, de la inversión”. Según el servicio de estudios de CaixaBank, “las perspectivas inmediatas siguen siendo malas y se prevé que en 2016 la economía siga en retroceso. Complican el escenario la permanencia de desequilibrios macroeconómicos elevados y el impasse institucional en el que se encuentra el país”, explica.

El reciente repunte de la aversión al riesgo global, la caída de los precios de las materias primas y el agravamiento de la crisis local, incluido el deterioro de la calificación soberana de Brasil, han favorecido caídas adicionales en los precios de los activos financieros locales. Sin ir más lejos, aunque el Bovespa gana un 13,3% en lo que va de año, lo cierto es que ha retrocedido un 5% durante el último año y un 28,6% durante los últimos cinco años, aproximadamente. Las correcciones actuales de los mercados bursátiles locales y de los diferenciales de deuda han sido de media superiores a las pérdidas registradas en otros mercados emergentes. “De hecho”, recuerda BBVA Research, “en general fueron más marcadas que las correcciones observadas en países productores de petróleo, como México, Colombia y Rusia, que están más expuestos a la actual caída de los precios de la materia prima”.

De cara al futuro, estima el servicio de estudios de BBVA, lo más probable es que los mercados financieros brasileños sigan con turbulencias. “Esto se producirá no sólo porque deberían seguir reflejando la volatilidad creada por el proceso de recuperación de la economía de EE.UU. (y por consiguiente de la velocidad de normalización de su política monetaria) y el proceso de transición por el que está atravesando actualmente la economía china, sino también porque deberían responder a la evolución de la crisis interna, que todavía está lejos de su fin”, pone en contexto.