Reflexiones en voz alta de Mark Mobius en su última visita a España

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Funds People

Los más de 25 años que Mark Mobius lleva en Franklin Templeton le han permitido al que hoy es uno de los gestores de mercados emergentes más reputados de la industria ser testigo del desarrollo que ha experimentado este segmento de mercado a lo largo de todo este tiempo. “En 1987 empecé a gestionar un patrimonio de 100 millones de dólares desde una oficina de Hong Kong con ayuda de dos analistas chinos que hoy siguen en la compañía. Entonces nos resultaba difícil encontrar un lugar en el que invertir esa suma de dinero. El universo se centraba en Hong Kong, Filipinas, Malasia y México. Buena parte del resto eran países comunistas poco proclives a dar la bienvenida a la inversión extranjera. Hoy gestionamos 55.000 millones de dólares que se reparten en un universo muy amplio. El cambio ha sido enorme”.

En una presentación celebrada en Madrid, Mobius reconoce que en este tiempo ha habido años mejores y años peores para esta clase de activo, si bien “lo que está claro es que a largo plazo los emergentes se han comportado mejor que el resto del mundo”, una tendencia que el experto también viene apreciando en los últimos cinco meses. De todos estos años extrae una importante conclusión que considera importante tener en cuenta: “los periodos de caídas del índice global de mercados emergentes han sido, de media, muy cortos, mientras que las franjas temporales en las que el índice ha subido han sido mucho más largas”. Esto demostraría la importancia de elevar exposición a una zona geográfica que –según Mobius- se ha dejado de lado en los últimos años. “La bolsa estadounidense se ha comportado tan bien que el inversor se ha olvidado de los emergentes”, afirma.

El presidente de Templeton Emerging Markets asegura que esta infraponderación a la que está siendo sometida esta clase de activo en las carteras está empezando a cambiar. El momento, en su opinión, no puede ser mejor, sobre todo si se tienen en cuenta los ratios fundamentales: “el PER de los emergentes es de 10 veces, frente a las 15 de los desarrollados, mientras que el precio valor en libros es de 1,5 veces. La capitalización actual de los mercados emergentes representa el 32% del total. La mayoría de los inversores no tienen tanta exposición al activo. No digo que haya que incrementar el peso de las acciones emergentes en la cartera hasta este porcentaje, pero sí que el inversor debería invertir más”, asegura. Para Mobius, la palabra clave que debe justificar la mayor sobreponderación de este mercado es crecimiento.

Con la excepción de 1999, los países emergentes han presentado en los últimos 25 años tasas de crecimiento superiores a los del mundo desarrollado. “La renta per cápita está creciendo a un ritmo muy rápido. Cuando viajo a un país, visito alguno de sus centros comerciales y observo lo que hace la gente. Siempre están abarrotados. Es cierto que la renta disponible sigue siendo baja, pero está incrementándose”. Una de los sectores donde más ha apreciado ese crecimiento es en el tecnológico, sobre todo en la venta de teléfonos móviles. “Las ventas de teléfonos inteligentes ha aumentado drásticamente. Si alguien posee un teléfono inteligente, tiene Internet, lo que le permite comprar, realizar transacciones bancarias, compartir información, criticar al poder… Esto es un aspecto nada desdeñable en el mundo emergente. La victoria en la India de Narendra Modi viene explicada en parte por la revolución tecnológica”.

En este sentido, Mobius considera que las economías emergentes siguen presentando importantes ventajas, como un ratio de deuda con respecto al PIB que se ha ido reduciendo o unas reservas de divisas extranjeras que han crecido significativamente desde el año 2004, hasta alcanzar los ocho billones (de los que tres están en China). “Esto ha hecho que muchas agencias de calificación hayan revisado al alza sus ratings sobre estos países. El 50% de los emergentes han visto elevada su nota en los últimos años, frente al 11% de los desarrollados. Esta es una de las razones por las que el inversor cada vez se siente más cómodo con las emisiones de títulos de deuda emergente y por la que las emisiones han aumentado”, explica el experto.

Reparto de una cartera global de emergentes: predilección por Asia

Este mayor volumen de emisiones no solo se circunscribe al mercado de bonos. “A menudo, al inversor le preocupa la liquidez que ofrece la renta variable emergente. Los flujos netos que ha recibido a lo largo de los últimos años esta clase de activo han sido muy altos. La liquidez ha aumentado significativamente como consecuencia de las nuevas OPV, muchas de las cuales son de gran calidad. A esto hay que añadir que muchas empresas afincadas en mercados emergentes cotizan en bolsas como la de Nueva York”. Si tuviera que hacer el reparto geográfico de la cartera de un cliente que invierta en emergentes, Mobius considera que “el 40% debería estar en Asia, en tanto que el porcentaje restante debería dividirse a partes iguales entre Latinoamérica, Europa del Este y África”, región esta última en la que afirma “hay que estar por sus fuertes perspectivas de crecimiento económico”.

“África es una región que superará a Asia emergente en términos de crecimiento”, asegura. Sin embargo, por ahora la predilección de Mobius sigue estando en la región asiática, de la que dice avanza a una velocidad mayor que el resto. Tailandia (28,5%), China (21,3%), India (18,5%) e Indonesia (12,9%) son los principales países en los que invierte el Templeton Asian Growth Fund. “La región cuenta con la ventaja de tener una pirámide poblacional sana, lo que significa que la productividad va a aumentar, justo lo contrario de lo que ocurre en el mundo desarrollado”. China jugará un papel importante en este sentido. “El gigante asiático se está convirtiendo en una sociedad capitalista. El sector privado va a entrar en áreas que hasta ahora estaban reservadas para las empresas públicas”. En su opinión, las reformas que está implementando el país son de especial relevancia, ya que hará a su economía más eficiente.

El caso de China

Entre los acontecimientos que Mobius considera clave no solo se incluyen reformas en el ámbito de las empresas públicas: también hay en marcha reformas agrarias, fiscales, liberalización financiera, conservación ambiental y flexibilización de la política de un solo hijo. “La reforma del sistema “hukou” aceleraría el sistema de registro familiar de China, que apunta a la transición de residentes rurales a urbanos”. Este último aspecto tendrá, según Mobius, importantes implicaciones, sobre todo en el desarrollo de infraestructuras y la urbanización del país. “China tendrá que construir vías férreas para satisfacer las necesidades de la población. Si se compara la red de metro de Shanghai con la de Tokio se evidencia esta necesidad”, asegura.

En lo que respecta al mercado inmobiliario, Mobius asegura que “antes en China se vendían viviendas vacías, sin ningún tipo de instalación en su interior, ya que se construía por especulación. Ahora se construye para que la gente viva en ellas”. Hasta el momento, muchos ciudadanos han preferido invertir en ladrillo en lugar de tener el dinero en el banco. También reconoce que han surgido burbujas en determinadas áreas, lo que a su juicio no debería ser motivo de preocupación. Tampoco lo debería ser –a su juicio- la ralentización experimentada por el crecimiento económico del país. “China ha pasado de crecer a un ritmo del 10% a hacerlo al 7,3%. Lo que a menudo se olvida es que la base de la economía se está expandiendo. Cuando el país crecía a un ritmo de dos dígitos, generaba 800.000 millones de dólares, cuando ahora es de 900.000 millones".

Otro de los factores que suelen preocupar al inversor es la gobernanza corporativa, que Mobius considera es mala en todas partes. “La contabilidad no es transparente porque los auditores son personas elegidas por la propia dirección de la compañía, por lo que éstos deben agradar a los que son sus jefes. Nuestra obligación es ejercer la labor de detectives y hacer preguntas cuando los números no cuadran. Dicho esto, en el caso de China, la gobernanza corporativa es mejor que en otros países, ya que las empresas no solo tienen que rendir cuenta ante los auditores, sino que también ante el Gobierno. Eso no significa que no podamos ver casos de corrupción, como así ha sucedido”, explica.

El caso de Latinoamérica: corrupción e ineficiencia gubernamental

La mala gobernanza a nivel público sería uno de los aspectos que estarían frenando el desarrollo en áreas como Latinoamérica. “La región no ha crecido tan rápido como hubiese sido deseable. La corrupción y la ineficiencia de las administraciones públicas son el mayor problema que sufre Latinoamérica. Las protestas en Brasil responden al descontento ciudadano por el excesivo derroche de las administraciones y por la corrupción”. En su opinión, la actitud mantenida hasta ahora por algunos gobiernos de la región está cambiando. Sería el caso, por ejemplo, de Argentina. Mirando con más detalle, Mobius cree que también hay países latinoamericanos donde se pueden encontrar grandes oportunidades, como México o Colombia, mercados que son los que ve más interesantes.

El caso de Europa del Este y la crisis de Ucrania

Rusia es, en estos momentos, uno de los mercados en los que el gestor está vigilando de cerca. Cree que, antes o después, Europa y Moscú llegarán a un acuerdo para neutralizar el problema ucraniano, conflicto que apenas ha tenido impacto en el MSCI Emerging Markets pero sí ha provocado una fuerte corrección de la bolsa de valores rusa que ha dejado a Moscú cotizando a múltiplos de una vez valor en libros. “Esto destapa oportunidades muy interesantes”, afirma Mobius. La crisis con Ucrania también ha pasado factura al rublo, que se ha depreciado significativamente. Aunque a menudo el inversor suele pensar que la depreciación de la divisa es un factor que pesa sobre las compañías afincadas en el país, no siempre es el caso.

Destruyendo mitos

“No hay que asociar debilidad de la divisa con la evolución de la compañía en bolsa, ya que hay muchas empresas que, por su modelo de negocio, se benefician de la depreciación. Es muy importante entender correctamente cuál es el modelo de negocio de la empresa”, indica. Otro mito que Mobius quiere desterrar es el del tapering y el del efecto de los tipos de interés en Estados Unidos sobre los emergentes. “Tapering significa reducción, no cancelación. Una subida de los tipos no significa que los mercados vayan a bajar. Hemos dedicado tiempo a analizar la correlación entre los tipos de interés americanos y los mercados de valores y no hemos encontrando una correlación. Hay más factores que influyen y que deben ser tenidos en cuenta”, asegura el experto.

El gurú también subraya que el mercado sigue esperando inflación, algo que no llega. En este sentido, recuerda que los bancos centrales están expandiendo sus balances: adquieren los activos de los bancos, que reciben un dinero con el que compran deuda pública para fortalecer sus balances. “La velocidad del dinero se reduce. En todo el mundo se está imprimiendo un dinero que va a ninguna parte. El dinero ha entrado en los bancos, pero no ha salido. Cuando lo haga habrá inflación, algo que llegará. El número de operaciones corporativas aumentará: la fiesta en el mercado acaba de empezar”, asegura. El experto introduce una reflexión: “Occidente busca inflación. ¿Cómo puede ser esto posible si la mitad de la población vive de las pensiones?”, se pregunta.