Reino Unido y Europa pactan su futura relación: primeras reacciones de las gestoras

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Europa y Reino Unido comienzan a definir los detalles de su futuro el día después del Brexit. La Comisión Europea cerró ayer jueves un borrador de la Declaración Política sobre la futura relación entre ambas. Un acuerdo que se suma al pacto sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea que se somete a votación este domingo en una cumbre europea. ¿Es el final de la incertidumbre para los mercados? Quizás sea pronto para celebrar.

De momento sigue en el aire cómo será la salida de Reino Unido el 31 de marzo de 2019. Ya que, aunque se entiendan con Europa, a la primera ministra, Theresa May, aún le quedaría pasar por el Parlamento británico y, ahí enfrentarse tanto a quienes buscan un Brexit más duro como quienes se ponen tajantemente a una separación.

Este segundo pacto trae “acuerdos generalmente satisfactorios”, como lo define Simon Fraser, anterior Secretario Permanente de la oficina de asuntos Exteriores y la Commonwealth, en una conference call organizada por Amundi. “La UE ha negociado con buenas intenciones, pero está claro que no va a permitir que Reino Unido recoja los beneficios sin ninguna obligación”. 

Aunque es un primer borrador, Frase recuerda que los detalles se negociarán más bien después de que Reino Unido se haya ido de la UE. Hay acuerdos financieros que se han pactado, así como la frontera con Irlanda del Norte, pero aún quedaría por definir temas de materia comercial. 

Esto, además, en unas semanas en las que May se prepara para presentar el acuerdo del Brexit ante su Parlamento el próximo 10 de diciembre. ¿Hay posibilidad de que se apruebe? “Será un viaje muy movido”, reconoce Fraser. En su opinión, es posible, pero porque las alternativas son o bien un Brexit destructivo o una debacle política y la convocatoria de nuevas elecciones. Claro que también recuerda: tal y como la historia ha enseñado, no hay que dar por sentado siempre la conclusión más lógica. “Ninguno debería infraestimar la irracionalidad del mercado”, sentencia.

Didier Borowski, director de análisis macroeconómico de Amundi, coincide en vaticinar un periodo de bastante estrés. “Reino Unido tiene poco margen de maniobra”, afirma. De momento, su escenario central es que se llegue a un acuerdo. Aunque habrá un precio a pagar –que ya se está dejando notar- el fin de la incertidumbre podría ser un alivio para la divisa británica e incluso podría llevar a un repunte del consumo y de la inversión en el país. 

Dicho lo cual, no es un escenario optimista. Estos debates se suceden en un contexto muy distinto a cuando se votó el Brexit. El comercio global está bajo presión y la economía europea comienza a dar señales de desaceleración. Fraser coincide y recuerda que Europa ahora tiene más problemas, como Italia.

Y aún así, en el peor escenario imaginable, en el que no se llegase ni a un acuerdo de Brexit el 31 de marzo, la debacle no sería definitiva. Habría un impacto económico inmediato en Reino Unido, reconocen ambos expertos, incluso una posible recesión, pero no sería sistémico. “Habría que monitorizar ciertos sectores, como el manufacturero”, explica Borowski, “pero el impacto directo en el comercio de cada país que forma la UE es limitado”.