Renta fija europea: ¿vuelta a la normalidad o nuevos periodos de estrés?

Tanguy
Foto cedida

¿Vuelta a la normalidad o camino a nuevo periodo de estrés? Esa es la pregunta que se hacen estos días muchos inversores respecto al mercado de renta fija europeo después de haber visto cómo la volatilidad de los últimos días derivaba en un nuevo ensanchamiento de los diferenciales periféricos. “Siempre hemos sido conscientes de que los periodos de volatilidad podrían mantenerse en vista de la inestabilidad política que sufren algunos países de la eurozona. En nuestra opinión, el riesgo más importante en estos momentos en los periféricos es el político”, asegura en el último Investment Talks Tanguy Le Saout, director de Renta Fija europea de Pioneer Investments.

En opinión del experto, el reciente aumento de los diferenciales de los mercados periféricos es temporal. “Creemos que la mejoría de las condiciones financieras y las reformas estructurales en los países periféricos hace previsible que en 2013 se de continuidad a la tendencia hacia la normalización”. En esto ha tenido mucho que ver el programa de Operaciones Monetarias Directas (OMT), un plan que en opinión de Le Saout ha sido tan creíble que no ha sido necesaria su activación para que haya dado resultado. “Dado que la solicitud de ayuda financiera es condicionada, la OMT está mostrando su eficacia en una especie de disuasión nuclear”, afirma.

Por su parte, el director de Renta Fija europea de Pioneer Investments considera que los países que han ajustado sus presupuestos y puesto en marcha reformas profundas “han tenido definitivamente un papel en el cambio de las expectativas del mercado, aunque todavía deberían ser conscientes de que todavía queda mucho trabajo por hacer”. ¿Existe complacencia? Según Le Saout, los esfuerzos deberían continuar no sólo en los países periféricos afectados por la crisis y la recesión, sino también en Francia, donde las reformas que debería aprobar el Gobierno deberían centrarse en la mejora de la competitividad de su economía.

“El riesgo de autocomplacencia existe y los mercados financieros continuarán recordando a los gobiernos que no se debe dar marcha atrás”. En este sentido, el experto cree que España será un país que se mantenga bajo estrecha vigilancia. “Creemos que el Gobierno español tendrá que recortar su déficit presupuestario para evitar otra rebaja de la deuda, algo que podría desencadenar otro ataque adicional de volatilidad en los mercados de bonos”, indica. Por lo pronto, el regreso de los flujos de capital hacia los periféricos es coherente con la búsqueda global de rentabilidad. “Este regreso al mercado de renta fija europeo no solo se está produciendo por el lado del inversor nacional, sino que también internacional, indica.

Le Saout considera que las empresas están ansiosas por obtener financiación barata, ya que la aversión al riesgo se está alejando. “Siempre que las políticas empresariales sigan siendo conservadoras, también en la reducción de costes, no debe existir preocupación por el exceso de apalancamiento o la rebaja de la deuda. La disminución de los diferenciales de crédito hace que las oportunidades se presenten menos convincentes, si bien en términos generales las valoraciones siguen siendo atractivas, también en el sector bancario, que se ha beneficiado de la mayoría de las iniciativas aprobadas por el BCE”, asegura el experto de Pioneer Investments.

¿Debe preocupar la apreciación del euro?

Para Le Saout, un euro más fuerte es la primera consecuencia de la renovada confianza de los inversores extranjeros en la eurozona. “Sin embargo, deberíamos reconocer que la divisa comunitaria se ha fortalecido considerablemente debido a la política monetaria extremadamente laxa puesta en marcha por EE. UU. y Japón, mientras se espera que la autoridad que preside Mario Draghi relaje las condiciones a través de sus propias medidas no convencionales. El BCE no quiere ver un aceleración de esta tendencia, ya que un euro fuerte podría poner en peligro la recuperación. Por otro lado, la reducción del coste de los bienes importados, como el petróleo, podría ayudar a mantener controlada la inflación.