Las fuentes de riesgo
Pese a que los fondos de deuda pública suelen estar rodeados de una imagen de seguridad, en estos momentos es preciso recordar una frase muchas veces repetida: la renta fija, nunca es tan fija. Y ahora menos que nunca.
Según publica Expansión, los productos especializados en bonos europeos tienen varias fuentes de riesgo. La primera de ellas es la duración. Cuanto más largo sea el periodo que queda hasta el vencimiento de la emisión, más sensible es la cartera a cualquier acontecimiento que ocurra o que se espere. Si el bono tiene un cupón del 2% para los próximos diez años se verá penalizado si se pueden encontrar en mercado emisiones al 5% que otro bono al 2% al que sólo le quede un año para el vencimiento, ya que en ese momento el inversor podrá reinvertir al 5%. Por eso, a estos fondos les afecta también mucho la evolución de los tipos de interés.
Otro riesgo es el de crédito, o la probabilidad de recuperar la inversión. Cuanto más alta es la calificación crediticia de un emisor menos posibilidades, en teoría, hay de que quiebre. En épocas de incertidumbre, las emisiones de países de menor calidad crediticia se ven más penalizadas al ser objeto de más dudas. En el caso de que el fondo contenga emisiones en monedas diferentes al euro, la evolución de las divisas será una variable importante para la rentabilidad final.
De forma que, pese a que en principio, los fondos de bonos europeos son más seguros y menos volátiles que los que invierten en acciones o en deuda de alta rentabilidad (high yield), el inversor debe tener presente que también sufren los movimientos de los mercados.
Alguno de los riesgos que tienen, como el de crédito, han aflorado a raíz del caso griego y su contagio a otros países, como España. Según Ángel de Molina, director de análisis de Tressis, en un entorno normal los fondos de deuda gubernamental «se la jugarían a que el BCE va a subir los tipos de interés un cuarto de punto o medio punto, pero cuando se habla de quiebra de un Estado».
Estos son los temores de los inversores, aunque la UE aprobara hace dos semanas un mecanismo para poner a disposición de los estados con problemas de deuda hasta 750.000 millones de euros. Pero los recelos no desaparecen en un día. Victoria Torre, responsable de producto y análisis de Selfbank, explica que la incertidumbre es especialmente mala para la renta fija, y en Europa ésta ha estado en niveles bastante elevados por los problemas de déficit fiscal de muchos estados.
Una consecuencia de esa inquietud es el alza de la rentabilidad de los bonos, subida que significa que los inversores piden más por comprar los títulos ante el aumento de la percepción de riesgo. Pero, ¿qué implica este alza para el partícipe de un fondo de deuda gubernamental?
El efecto es importante en estos momentos si el producto tiene exposición a países europeos periféricos. Aunque el aumento de la rentabilidad puede generar oportunidades, un ahorrador debe tener en cuenta que si la percepción de la solvencia de estas naciones se deteriora, el precio de los bonos se reduce. Si estos títulos forman parte de la cartera del fondo y los inversores se ponen nerviosos, el mercado demandará para comprar nuevos bonos de las mismas características un mayor cupón, por lo que caerá el precio de las emisiones en poder del fondo.
Daniel Aymerich, analista de fondos de Inversis, advierte que «cuanto más se amplíe el diferencial de riesgo menos vale el bono en cartera, de forma que si fuera necesario o quisiera venderlo no darían por él lo que nos gustaría. Esto es un peligro».
En situaciones de mercado cambiantes como la actual, hay que mirar a la gestión activa. Ante situaciones complicadas, los expertos de los fondos prefieren productos con flexibilidad.
También son una buena opción los fondos de inversión de deuda internacional frente a los centrados en alguna región porque «cuanto más amplio es el conjunto de oportunidades, se consigue una mayor diversificación, lo que debería generar mayores rentabilidades para un nivel de riesgo más bajo», según explica Nick Gartside, responsable de renta fija mundial de Schroders.
Victoria Torre, de Selfbank, destaca dos fondos de inversión de deuda concretos para afrontar estos tiempos turbulentos: BNY Mellon Euroland Bond y Templeton Global Total Return.