Renta versus apreciación de capital: ¿cuál ha aportado más retorno a una cartera de renta fija? ¿y a una de renta variable?

Procsilas_Moscas
Procsilas Moscas, flickr, Creative Commons

No es ningún secreto que el cupón pagado por los bonos ha sido una importante fuente de rentabilidad a largo plazo en las últimas décadas en la renta fija, de la misma forma en que el dividendo ha contribuido a los retornos de renta variable. Ahora bien, ¿cuánto ha contribuido exactamente? ¿Ha sido un retorno superior o inferior a la apreciación del activo en el mismo periodo? Deutsche AWM aborda estas problemáticas en el informe "El reto de la rentabilidad", con algunas estadísticas y gráficos significativos. 

Los autores del informe efectúan una comparativa entre el retorno medio anual bruto y el total del índice de renta fija global Barclays Global Aggregate index generados desde diciembre de 1989, que se puede observar en el gráfico adjunto. Utilizan el retorno sobre el precio del índice como una forma de medir el cambio en las valoraciones de los componentes del índice, mientras que el retorno total mide los cambios en las valoraciones junto con el impacto de los cupones reinvertidos. 

La diferencia entre ambas medidas ofrece así una aproximación del impacto de las rentas a lo largo del tiempo, y les permite calcular que, si un inversor hubiera asignado 1.000 dólares a los componentes del índice analizado hace 26 años, en junio de 2015 habría obtenido un retorno de 1.139 dólares sólo por la apreciación del bono. Si se le suman los cupones, la cifra habría ascendido a 4.425 dólares, por lo que concluyen que la renta pagada contribuyó a cambiar en un 96% el valor absoluto de la cartera durante el periodo estudiado, frente al 4% de la apreciación del capital. En términos anualizados, se podría afirmar que el índice creció a un ritmo del 0,51% al año ciñéndose estrictamente a la apreciación del capital, mientras que el retorno total ascendería a un 6% al año. “En otras palabras, las rentas aportaron un 91% del retorno total medio anual del Barclays Global Aggregate durante este periodo”, señalan desde la gestora. 

Dicho esto, los expertos de Deutsche AWM recomiendan no menospreciar el papel de la apreciación del capital aplicado a la renta variable. Para justificar su tesis realizan un ejercicio similar, pero tomando como referencia la evolución del índice MSCI World desde 1969. El principal hallazgo es que, quien invirtiese 1.000 dólares en una cartera que replicara la composición del MSCI World en diciembre de 1969 habría obtenido un retorno vía apreciación de las acciones de 17.356 dólares en junio de 2015. Si se le añade el pago de dividendos, entonces la suma ascendería a 46.644 dólares, por lo que se puede observar que, en el caso de la renta variable, la contribución es más equilibrada: los dividendos aportaron un 62% a los retornos obtenidos, mientras que la apreciación del capital aportó el 38% restante. En términos anualizados, el MSCI World habría registrado un retorno anual del 6,47% sólo vía apreciación, y del 8,81% incluyendo los dividendos. 

“En comparación con la rentabilidad de los bonos, los dividendos suponen un componente del retorno a largo plazo relativamente más pequeño, pero todavía importante”, concluyen los autores del informe a la vista de estos resultados, matizando que “sin embargo, la apreciación del capital ha jugado históricamente un rol más importante en la rentabilidad total return de las acciones”. 

¿Qué lección puede extraer el inversor de estos hallazgos? Según la gestora alemana, que “un acercamiento multiactivo para la construcción de una cartera de generación de rentas debería por tanto centrarse no sólo en la rentabilidad principal, también en la potencial apreciación del capital y las métricas de riesgo asociadas, como la volatilidad y el potencial máximo de caída”