Repaso a la evolución de la industria de gestión de activos española durante los últimos 15 años

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Foto cedida

Se cumplen 15 años desde que Sasha Evers y Ralph Elder abriesen en Madrid la que entonces era tanto por tamaño, recursos humanos y activos una modesta sucursal de BNY Mellon IM en España. Ambos fueron los encargados de poner en funcionamiento una oficina que hoy cuenta con un  patrimonio de 2.500 millones de euros y en la que -tras las últimas incorporaciones de Ana Curto como responsable de comunicación y Beatriz Barrero como apoyo al equipo de marketing que dirige Teresa García- actualmente trabajan ocho profesionales. Entre medias, Evers y Elder han sido testigos de cómo ha ido evolucionando la industria de gestión de activos en España. “El cambio más importante experimentado en este país desde el año 2000 ha sido la internacionalización de las inversiones. Entonces, decirle al cliente que invirtiese en high yield europeo era algo impensable. Lo que se vendían eran productos muy genéricos (plan vanilla)”, asegura Sasha Evers.

Según explica el director general de BNY Mellon IM para Iberia en una entrevista a Funds People, hoy la situación es muy diferente. “El inversor demanda ahora productos que invierten en renta fija emergente, hasta renta variable india… La tendencia es hacia una mayor complejidad en la utilización de los recursos que tiene a su disposición. Desde el estallido de la crisis, el due diligence sobre los fondos ha ido aumentando. El inversor institucional sabe muy bien en aquello que invierte porque ha hecho una labor de investigación sobre el producto muy importante. Eso es bueno para todos”. Pero la transformación del inversor particular ha sido más profunda. “Antes, confiaban ciegamente en el ladrillo. La crisis les ha hecho ver que el valor de los inmuebles puede bajar y que, además, se trata de un activo ilíquido. Existe un cambio de mentalidad que les impide volver a invertir en este mercado de una manera tan confiada, lo cual es otro factor positivo para la industria”.

El tercer gran cambio hace referencia a la propia estructura de la industria y, concretamente, a la figura del selector de fondos. “Ha sido otro de los grandes cambios experimentados por el sector en los últimos 15 años. Había muy pocos y los que había eran la excepción a la regla”, revela Evers. Hoy, la figura del selector de fondos ha cobrado una gran relevancia. La sofisticación y el amplio conocimiento del producto hace que la importancia de gestionar adecuadamente la información que se le aporta al cliente sea mayor. “Debe ser escueta y relevante, sin caer en la saturación. Cuando tienen posiciones significativas en la cartera, el cliente es receptivo y te agradece que le aportes información, sobre todo si el fondo lo ha hecho mal o si ha ocurrido algo en el mercado que deba conocer. No es solo una cuestión de reaccionar con rapidez, sino de ser proactivo, manteniéndole al corriente del posicionamiento y de las variaciones en la estrategia. Es clave que exista un clima de confianza entre ambos”.

¿Qué busca el inversor en estos momentos?

Los clientes de BNY Mellon IM son inversores institucionales que, según revela Evers, en estos momentos buscan sobre todo reducir la dependencia de la renta fija. “Los clientes institucionales son muy receptivos a soluciones que aporten cierta descorrelación a sus carteras, algo natural teniendo en cuenta el actual entorno de mercado en renta fija y que la renta variable ya no cotiza con los descuentos de años atrás. En concreto, empiezan a mirar estrategias de retorno absoluto, con riesgo moderado y objetivos definidos, con el objetivo de reemplazar una parte de la cartera que mantenían invertida en estrategias direccionales de renta fija. Se plantean incluso ganar exposición a activos alternativos que permitan diversificar la cartera, dada la menor correlación de estos con los activos tradicionales (acciones, bonos…), puesto que estos tienen una mayor correlación entre sí que antes. Esto es algo que vimos con el taper tantrum en 2013”, recuerda.

En este sentido, Evers ha visto cómo las estrategias de retorno absoluto se han ido ganando el favor de los inversores. “No es una solución mágica, pero sí una solución interesante en términos de rentabilidad ajustada al riesgo. Sin embargo, a la hora de seleccionar las estrategias conviene ser muy cuidadoso puesto que existe una mayor dispersión de rentabilidades entre gestores buenos y malos. Son estrategias cuyo resultado depende más de la habilidad del gestor. La gestión del riesgo es especialmente importante cuando tu benchmark es la liquidez y no puedes abrazarte al índice. A este respecto, el fondo de la gama más vendido por la oficina ha sido el BNY Mellon Absolute Return Equity.

Otra de las grandes tendencias que Evers aprecia es el mayor interés por los fondos multiactivo y donde la demanda la perciben en el BNY Mellon Global Real Return, fondo que busca rentabilidad limitando las correcciones. “Antes, la demanda iba en función de la clase de activo. Eso sigue siendo así en carteras discrecionales, pero cada vez más vemos carteras por tipo de solución. Se está empezando a incluir los mixtos en algunas carteras discrecionales como un elemento central de la cartera. Lo que se hace es colocar a este tipo de productos como un elemento central y luego realizar en torno a ellos apuestas puntuales. Esto significa delegar la asignación de activos. La percepción de los inversores es que la tarea de hacer la asignación de activos se está volviendo más difícil”. Este mayor interés de los inversores por los productos multiactivo es uno de los factores que explica el crecimiento que está experimentando la industria de fondos en España, que actualmente buscan alternativas de inversión a los depósitos bancarios.

Cambio radical del entorno

“Hace apenas cinco años estábamos en un entorno muy adverso para la industria de gestión de activos, de mal comportamiento de los mercados y de necesidad de los bancos por reforzar sus balances. Ahora estamos justo en el punto contrario. Los mercados se han comportado bien y las entidades están apostando por el producto fondo. La clave para que el crecimiento de la industria de gestión de activos en España sea sostenible es que el trasvase del depósito al fondo se esté haciendo de acuerdo con el perfil de riesgo del inversor. Será fundamental para el sostenimiento de la industria a medio-largo plazo y para que, cuando suban los tipos de interés, no asistamos a una reversión de la tendencia. Para el inversor que estaba en depósitos y ahora invierte en un fondo de renta fija, por ejemplo, es fundamental que comprenda que, al dar ese paso, está asumiendo determinados riesgos, como el de tipo de interés o de crédito. Es básico dedicar mucho tiempo a formar al cliente sobre esto”, asegura.

En suma, esto significa que los españoles están pasando de ser ahorradores a inversores. “Es algo novedoso en España, pero que también estamos viendo en otros países como Alemania y Francia. El inversor tiene que incrementar el nivel de riesgo asumido o conformarse con la rentabilidad de prácticamente el 0% que le ofrece el depósito. Las políticas monetarias están causando una gran complicación para los ahorradores. Son políticas orientadas a crear inflación y a reducir la deuda, lo que favorece a los endeudados, no a los ahorradores. El QE puesto en marcha por el BCE es un factor que sirve de apoyo a unos mercados que, aunque con sustos, se han comportado bien”. También a la industria de gestión de activos en España, cuyo volumen de activos se ha incrementado de manera muy significativa durante los últimos años. 

La estructura multiboutique evoluciona

“La industria históricamente ha estado muy enfocada en el crecimiento de los activos bajo gestión. Sin embargo, si tengo 3.000 millones en monetarios, eso no es muy interesante desde el punto de vista del negocio. Ahora está más por medir los ingresos que los activos bajo gestión. El objetivo que nos hemos fijado en la oficina es crecer a un ritmo anual del 10%”, apunta Evers. Buscará dicho crecimiento ofreciendo soluciones de las diferentes boutiques que integran el grupo, un modelo que –según indica- está vivo. “La estructura multiboutique no es algo estático, sino dinámico. Va evolucionando. Lo vimos con la venta de Meriten, una entidad excelente en la gestión de renta fija europea. Con Standish e Insight teníamos muy bien cubierto este ámbito. Por otro lado, a finales del año pasado compramos Cutwater AM, experta en la gestión de renta fija americana. Nos añade recursos en la parte de crédito. Tienes que buscar aquellas boutiques que te permitan complementar tu oferta”.

Según Evers, el modelo multiboutique les permite ofrecer soluciones distintas y especialización. “Ha sido el periodo de más diversificación de las ventas a nivel de producto. El inversor se interesa por fondos de muy distinta índole”, asevera. Uno de los que están levantando una mayor expectación es el BNY Mellon Absolute Insight EM Debt. “El inversor tiene la percepción de que en los mercados emergentes se está produciendo una gran divergencia entre buenos y malos, lo que genera una oportunidad de inversión. Si te equivocas en el market timing a la hora de entrar en este tipo de mercados, puedes tardar mucho tiempo en recuperar la inversión, de manera que esta estrategia está siendo vista como una solución para acceder a esta clase de activo de una manera más controlada. Es otro buen ejemplo de que el inversor se está sofisticando y de que sus demandas son cada vez más específicas”, concluye el director de BNY Mellon IM para Iberia.