El Schroder International Selection Fund Asian Local Currency Bond ha demostrado la consistencia de su proceso al situarse en el primer decil de su categoría a uno, tres y cinco años. Julia Ho, gestora del fondo, nos repasa los principales motores del mercado.
El Schroder International Selection Fund Asian Local Currency Bond cuenta con el Sello FundsPeople 2020 por su calificación de Consistente. La consistencia de su proceso le ha llevado situarse en el primer puesto de su categoría, renta fija asiática en divisa local, a uno, tres y cinco años. Detrás de esas cifras no hay receta secreta, afirma Julia Ho, gestora de la estrategia desde 2012; solo una búsqueda de las mejores oportunidades en bonos asiáticos.
Este fondo de Schroders invierte en deuda local de Asia. La cartera se construye principalmente con emisiones de los 10 mercados asiáticos clave, incluyendo China, que lidera como tercer mercado de bonos más grande del mundo. El fondo también invierte en los mercados de Hong Kong, Malasia, Singapur, Indonesia, Tailandia, Filipinas y Corea del Sur, pero el mandato también les permite libertad para invertir en mercados frontera como Vietnam o Sri Lanka.
Y aunque el fondo es de divisa local, tiene margen para apostar por emisiones en dólar estadounidense si ese papel tiene mejor valor relativo. “Siempre comparamos la valoración de los bonos en divisa local y en moneda fuerte y nos quedamos con el bono con la mejor propuesta de valor”, afirma la gestora. En su opinión, invertir en esta clase de activos exige valorar de manera separada el riesgo de duración y el de la divisa. “Porque los factores que a las divisas no necesariamente son los mismos que afectan a los bonos”, defiende. También toman en cuenta en su análisis la inflación del país emisor para obtener el yield real.
En ese análisis del mercado se toman en cuenta tres elementos: el crecimiento del país, la inflación, las políticas fiscales y monetarias, y el balance externo (si hay déficit o superávit). Para la gestora, este último punto es quizás el más importante. Porque muchas veces es lo que marca más el rumbo de la divisa que, por ejemplo, los tipos de interés. Si el país presenta un déficit por cuenta corriente alto la moneda local tiende a estar bajo presión.
Estamos ante un fondo que parte del análisis macroeconómico del mercado para buscar oportunidades de inversión. Dicho lo cual, el análisis se complementa con una perspectiva de abajo a arriba. “Queremos tener una idea de cómo se están comportando las empresas, para lo cual trabajamos en estrecha colaboración con nuestros especialistas en crédito para el análisis, ya que al final del día las tendencias corporativas en conjunto influyen directamente en la realidad de la macro”, explica Ho. “Es como una segunda comprobación”.
¿Y qué les están transmitiendo las compañías en Asia? Pues para cómo comenzó el año, los activos asiáticos han terminado ser entre los más resilientes del ejercicio. Y los bonos asiáticos no son una excepción. Por comparar entre mercados de renta fija, las emisiones de bonos soberanos chinos se comportaron casi como un activo refugio durante la crisis provocada por la pandemia. “Apenas vimos un ensanchamiento del spread bid/ask en esas semanas de pánico y el mercado local chino se comportó relativamente mejor que los demás mercados de bonos durante esas semanas de pánico. Ni el Tesoro americano se libró de las fuertes ventas”, cuenta la experta. Desde que los mercados se han estabilizado, incluso los mercados tradicionalmente más ilíquidos como el de Indonesia, que vivió fuertes salidas de capital durante el periodo de estrés, han vuelto a la normalidad y han recuperado la mayor parte de sus pérdidas gracias a la agresiva política monetaria de flexibilización de los bancos centrales de todo el mundo.
Dado que China fue el primer mercado importante afectado por la crisis de la pandemia, los gestores de los bonos asiáticos se pudieron adelantar a la hora de anticipar el posible impacto de la pandemia en los mercados. “Estar en Asia nos permitió ver antes del resto el verdadero impacto de esta pandemia en las tendencias económicas”, cuenta Ho. Así, antes de la fuerte corrección de marzo redujeron la exposición del fondo a crédito. Desde entonces han reconstruido la exposición a bonos corporativos. Además, los buenos datos de crecimiento de varias regiones asiáticas y el mandato de la Reserva Federal de mantener los estímulos monetarios, reforzado con un generoso programa QE que incluía créditos, crea una suerte de barrera para el mercado de crédito estadounidense, que termina a su vez influyendo positivamente en el asiático.
Además, las compañías asiáticas aprovecharon la recuperación del sentimiento del mercado desde abril para emitir deuda. Y a Ho no le preocupa los elevados niveles de nuevas emisiones en el mercado. Al contrario. “No es una muestra del deterioro del crédito, ya que el coeficiente de deuda neta no se ha deteriorado de manera significativa. Muchos de los negocios actuaron temprano para tener un colchón de caja importante. Ahora los balances están en mejor forma que antes”, defiende.