Repunta la incertidumbre en Europa: las gestoras analizan las implicaciones de una victoria antieuropea en Grecia

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PIAZZA DEL POPOLO, Flickr, Creative Commons

El pasado 12 de diciembre se publicaba en Funds People un análisis en el que se especulaba si Grecia podría volver a revivir la pesadilla de la crisis de la deuda soberana si el guante que le echaba Antonis Samaras al electorado para cimentar la elección como presidente del conservador Stavros Dimas no caía en el lugar adecuado. Tan solo dos semanas más tarde, una vez agotadas las tres vueltas previstas por la Constitución helena para esta clase de comicios, se ha tenido que disolver el Parlamento y adelantar al 25 de enero las elecciones generales, previstas para junio de 2016. Las reacciones no se han hecho esperar, especialmente la del FMI: ante la probabilidad de que Syriza gane los siguientes comicios, la entidad que preside Christine Lagarde ha suspendido las negociaciones para entregar el siguiente tramo de ayuda financiera a la espera de que hablen las urnas.

“Tras su peor crisis económica de la historia, Grecia sólo está empezando a emerger de seis años de recesión. Ahora afronta más incertidumbre y, en el peor de los casos, una posible salida de la eurozona”, advierte Stevenson. El experto de Fidelity Worldwide Investment recuerda que, con compromisos pendientes de pago de 5.000 millones de euros en el primer trimestre de 2015, “la amenaza de un impago desordenado está volviendo a acechar al país otra vez, reavivando los miedos que mandaron ondas sísmicas a los mercados financieros en 2011 y 2012”.

El representante de Fidelity va más allá al afirmar que “la inminente elección griega y su potencial impacto sísmico sobre la eurozona y los mercados financieros significa que la política permanece firmemente en los radares de los inversores”. Recuerda así la fuerte influencia que han tenido sobre los mercados los procesos electorales que se celebraron en 2014 en India, Indonesia y Brasil, así como el referéndum por la independencia de Escocia. “Parece que 2015 no va a ser menos político, con el voto de Grecia seguido por las elecciones generales en Reino Unido en mayo”, indica Stevenson, aunque por otra parte puntualiza que “si las cosas van mal después de las elecciones griegas, puede que el resultado de las elecciones en Reino Unido sea el menor de nuestros problemas”.

¿Y si gobierna Syriza?

El posible triunfo de la formación de izquierdas que lidera Alexis Tsipras (en la imagen) es lo que más preocupa a los inversores, dado que este partido antieuropeo lleva como promesa electoral no seguir pagando el rescate a la Troika en las condiciones en que se está haciendo actualmente. Holger Sandte, jefe de análisis europeo en Nordea, pone en duda sus posibilidades de ganar los comicios: “Una victoria de Syriza en estas repentinas elecciones está lejos de la certidumbre. Puede que otros partidos encuentren suficientes puntos en común para formar una coalición anti-Syriza. También sería muy probable que Syriza necesite un compañero de coalición, posiblemente el partido de centroizquierda Pasok, socio del gobierno actual. Puede que sean necesarias semanas de negociación para formar un nuevo gobierno y puede que salga uno inestable”.

Una vez expresadas estas dudas razonables, Sandte pasa a deconstruir algunas de las etiquetas que se han puesto sobre el partido heleno: “Syriza suele ser caracterizada como anti rescate. Sin embargo, esto no significa que un gobierno presidido por Syriza pudiera o quisiera hacer pedazos todos los acuerdos con la Troika. Son mucho más probables las negociaciones”. El experto añade que “en realidad el presidente del partido, Alexis Tsipras, no quiere que Grecia salga del euro, quiere deshacer reformas fiscales poco populares y negociar una quita con los acreedores internacionales”. Así, la visión con la que están trabajando desde Nordea contempla que una coalición presidida por Syriza se encontraría rápidamente con un reducido margen de maniobra “y por tanto sería obligada a acordar un nuevo programa de reformas con los acreedores de Grecia”.

Desde J.P.Morgan AM, el estratega de mercados globales Alex Dryden considera que no volverá a repetirse la catástrofe de 2012 –el tumultuoso proceso electoral que se produjo entonces dio lugar a un Parlamento ingobernable y a un segundo rescate-, pero afirma que “la situación de Grecia ilustra el daño político que ha ocasionado la lentísima recuperación europea a los partidos tradicionales prácticamente en todas partes”. Dryden establece una serie de comparaciones entre 2012 y la actualidad, empezando por Syriza, partido fundado hace dos años: “Muchas de las posturas que Syriza adoptó en un primer momento eran inviables y perturbadoras, si bien la formación ha evolucionado y madurado y la retórica de sus líderes es en la actualidad más conciliadora”. Explica que “ya no defienden la salida de Grecia del euro, sino que afirman estar dispuestos a trabajar con la comunidad internacional para renegociar los acuerdos del rescate griego e imponer una quita para, aproximadamente, un tercio de la deuda del país”.

Aunque el estratega ve improbable que la Troika acepte el último punto, afirma que “el cambio en el discurso y la disposición a alcanzar acuerdos apuntan a semanas de negociaciones en caso de que Syriza forme el nuevo gobierno”. Por otra parte, señala que esta formación podría ser la fuerza más votada, pero no por ello lograría una mayoría parlamentaria amplia. “Tener que gobernar en coalición con uno o más partidos podría moderar todavía más sus posturas, si bien la necesidad de formar una coalición ahondaría en la incertidumbre y la volatilidad de los mercados griegos tras las elecciones”, concluye.

Efectos sobre los mercados

El experto compara también la reacción de la renta fija y la renta variable helena en la actualidad con respecto a 2012. En primer lugar, recuerda que hace dos años el miedo de los inversores a un impago se reflejó en la fuerte correlación de la renta fija de los países de la periferia. “Sin embargo, la reciente ruptura de dicha correlación indica que los mercados de bonos perciben actualmente que los acontecimientos en Grecia son aislados y que el riesgo que implican para otras economías periféricas es limitado”, concluye en este punto.

En el terreno de la renta variable, Dryden asegura que “la exposición directa a Grecia de los principales mercados europeos es muy limitada”, dado que a 30 de diciembre de 2014, el Stoxx 600 incluía únicamente seis empresas griegas (un 0,18% del conjunto del índice). En cuanto a un posible impacto indirecto reflejado –como ya sucedió en 2012- en un fuerte castigo a los bancos, el experto indica que “las instituciones financieras europeas han reducido a menos de la mitad su exposición al endeudamiento de los sectores público y privado griegos desde 2011”, por lo que tampoco habría que esperar un fuerte impacto en este frente.

Estudiando todas las posibilidades: tres posibles escenarios

Para que el inversor pueda hacerse una idea de cómo reaccionar ante un país que políticamente ha sido un hervidero en el último lustro, los expertos de AXA IM han trazado tres posibles escenarios. El central contempla un acuerdo entre el nuevo Ejecutivo y los acreedores internacionales para aliviar el peso de la deuda griega bajo una serie de condiciones. 

“Al comienzo, la retórica del Gobierno griego sería bastante radical, pidiendo el perdón de la deuda y rechazando las condiciones aceptadas”, indican desde el plano político. En el plano financiero, predicen que “los prestamistas de la UE están abiertos a reestructurar otra vez los créditos extendidos a Grecia en los programas de rescate, bajo la condición de que Grecia complete su programa de reformas y devuelva la deuda al BCE”.

“Después de mucha polémica, incluyendo la posposición de los estipendios de la UE y el FMI y un alza significativa de la rentabilidad de los bonos, se acuerda suavizar las condiciones de reembolso del primer tramo del rescate (la parte de la UE aportada a la Facilidad de Préstamo Griega), que es políticamente menos sensible que el segundo tramo, que implica al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) y al Mecanismo de Estabilidad Financiera (ESM) y por tanto a la calidad del rating”, continúan desde la gestora.

Sus expertos creen que, adicionalmente, el ESM podría abrir una línea de crédito de emergencia con la que comprar tiempo para permitir que el país pueda financiarse en el mercado. ¿La conclusión? “La parte griega clama que es una victoria nacional mientras que los acreedores se dan un respiro”. De hecho, desde AXA IM creen que los líderes helenos se pueden volver más conciliadores gracias “al anuncio del BCE de un gran programa de compra de bonos soberanos (llámelo QE), que incluya deuda griega y por tanto haga más fácil de financiar el déficit griego y ayude al país a volver al mercado a tipos no exorbitados”.

La última conclusión dentro de este escenario es que se anularía la tímida recuperación helena, hasta el punto de creer que los primeros brotes verdes no se verían hasta finales de 2016. Este escenario aprecia que no se producirá un efecto de contagio al resto de la zona euro.

El segundo escenario que barajan los expertos de AXA IM es que no haya cooperación entre los políticos helenos y la Troika. Como consecuencia, las negociaciones se alargarían más de lo esperado, hasta el punto de que un primer acuerdo no llegaría hasta ya mediados de 2015. “Es malo para Grecia y este escenario implica algo de efecto contagio sobre otros mercados financieros de la zona euro, pero no sobre la economía real”, concluyen.

Finalmente, el caso más extremo –que clasifican como muy remoto- contempla que se produzcan eventos políticos exagerados y altamente impredecibles que arrastren al país a un impago de la deuda que le debe al BCE y que incluso pueda salirse del euro. “Prevenir el contagio y las consecuencias de su propia naturaleza estará en manos de los gobiernos de la zona euro y del BCE”, concluyen desde la firma… un escenario que ciertamente recuerda a 2010.