Este año se celebra el 30 aniversario del nacimiento del ETF como vehículo de inversión. Desde 1993, el producto en sí ha experimentado una evolución muy significativa, tanto por clases de activos representados como por estilos de gestión. Pero, lo más importante es que el fondo cotizado se ha ido ganando poco a poco la confianza de los inversores, sobre todo en momentos de mercados convulsos. Lo vimos en la crisis financiera, la crisis del euro y nuevamente el año pasado, cuando los ETF se anotaron captaciones netas de 80.000 millones de euros en Europa, frente a los 244.000 millones de salidas que registraron los fondos de gestión activa.
Esta fue una de las reflexiones que se comentaron en el evento El Futuro de los ETF, organizado por FundsPeople, en el que proveedores de ETF (como J.P.Morgan AM, Fidelity, State Street o BNP Paribas AM), clientes (como BBVA Quality Funds, Fonditel y la gestora de patrimonios portuguesa Golden Wealth Management), plataformas digitales (Trade Republic y MyInvestor) y proveedores de índices (S&P Dow Jones Indices) analizaron, desde sus respectivos ángulos, el momento que vive una industria que se ha agarrado con éxito a la máxima de “tú sabes lo que tienes y lo que vas a obtener” sin haber dado importantes quebraderos de cabeza a los inversores. Empezaron penetrando a través del mercado de acciones y ahora lo han hecho a través del de bonos.