El responsable de gestión de carteras del equipo Liquidity Solutions de Goldman Sachs AM para EMEA explica por qué sigue teniendo sentido la renta fija a corto plazo incluso con los tipos al 0%.
Con los tipos de interés en niveles del 0% en Europa y sin visos de que esta situación vaya a cambiar a corto plazo, quizá sean muchos los inversores que se plantean hasta qué punto puede tener sentido tener fondos de renta fija a corto plazo en sus carteras teniendo en cuenta la menguante expectativa de rentabilidad que presentan en términos generales. Sin embargo, existen muchas razones para mantener este tipo de inversiones en un contexto de mercado que sigue estando dominado por la incertidumbre.
Richard Mulley, responsable de gestión de carteras del equipo Liquidity Solutions de Goldman Sachs Asset Management para EMEA, al mando de fondos como GS ESG- Enhanced Euro Short Duration Bond Plus, fondo que cuenta con Sello FundsPeople 2021 por su clasificación de Consistente, explica algunas de esas razones.
"En primer lugar, ofrecen una prima de rentabilidad en comparación con el efectivo o los fondos monetarios. Los fondos del mercado monetario tradicional están dando un -0,67% de rendimiento mientras que aquellos inversores que no tengan una necesidad inmediata de liquidez, pueden obtener una rentabilidad del 0,34%" afirma. Y es esa rentabilidad la que, según Mulley "ofrece la posibilidad de una revalorización estable del capital, mientras que las rentabilidades negativas de los vehículos monetarios pueden provocar una disminución del capital".
Otra de las razones es el carácter de corto plazo que presenta el fondo que le permite contar con una menor volatilidad y sensibilidad a los tipos de interés en comparación con fondos de mayor vencimiento. “Con la recuperación económica europea pasando de ser una previsión a ser una realidad, los instrumentos de mayor duración son más sensibles a un aumento en los tipos, mientras que los valores a corto plazo se mantienen anclados”, explica.
Clara preferencia por la deuda BBB
En concreto, el GS ESG-Enhanced Euro Short Duration Bond Plus presenta una duración media inferior a los tres años con una volatilidad a tres y cinco años de apenas el 2% y 1,7%, respectivamente. Cuenta además con una cartera muy diversificada en donde se incluyen más de 200 posiciones con una clara preferencia por el crédito corporativo en general y a las emisiones BBB en particular.
"El universo de inversión con calificación BBB, que comprende aproximadamente la mitad del mercado corporativo europeo a corto plazo, ha experimentado una mejora en la calidad crediticia en los últimos años debido a una ola de ángeles caídos que abandonan el mercado de grado de inversión y entran en el sector de high yield", explica.
Además, valora especialmente que este tipo de compañías han sido más conservadoras que otras en el despliegue de sus balances y no solo debido al COVID-19 sino también antes de que estallara la pandemia.
Su clara apuesta por este tipo de crédito corporativo contrasta con su visión sobre el universo de deuda gubernamental, al que destina apenas el 9% de la cartera. Al fin y al cabo considera que los bajos rendimientos en este segmento se mantendrán a corto plazo debido a la continuidad de la política acomodaticia del BCE. "Nuestra modesta asignación de 9% a la deuda pública está sustancialmente infraponderada en relación con el universo en la parte frontal de la curva e incluye una exposición limitada a bonos italianos y otros bonos soberanos no estratégicos. Para mayor contexto, el universo de inversión de uno a tres años es de un 50% de instrumentos gubernamentales".
Cómo seleccionan las emisiones
Este fondo presenta además una peculiaridad y es que es que su enfoque de ESG le ha permitido ser calificado dentro del artículo 8 según el reglamento de SFDR. "El enfoque ESG Enhanced que aplicamos es una combinación de integración de consideraciones ASG en el análisis fundamental, filtros a nivel actividades económicas y productos, incorporación de puntuaciones ASG propias de Goldman Sachs Asset Management como elemento de construcción de la cartera, y el establecimiento de objetivos ASG a nivel fondo", afirma. Y calcula que la aplicación de estos criterios ESG excluye a un 10% como mucho del universo del fondo.
Además de estos criterios ESG, a la hora de seleccionar las emisiones que tiene en cartera tiene en cuenta otros aspectos fundamentales para analizar la idoneidad de las mismas en función de una serie de factores a los que han incorporado uno nuevo tras el COVID. "A principios de marzo de 2020, establecimos un nuevo campo para examinar la sensibilidad de los mercados crediticios globales y europeos al virus COVID-19", afirma. En concreto, ese nuevo campo se centró, según explica "en extraer oportunidades idiosincrásicas en compañías expuestas al COVID-19 cuyos balances saludables ayudarían a preservar las calificaciones crediticias y donde los spreads compensarían los riesgos percibidos relacionados al virus".