El gestor del M&G Optimal Income considera que “la política monetaria sí está funcionando, la economía no es tan débil y la deflación no supone una amenaza tan seria como el mercado cree”.
Si hubiese que resumir en una sola idea la visión de Richard Woolnough sobre el mercado actual, sería que hay que mirar hacia delante. En su último encuentro con inversores, el reputado gestor del M&G Optimal Income —fondo de renta fija flexible con cinco estrellas Morningstar y un patrimonio que ronda los 29.000 millones de euros, de los que más de 3.600 están en España— rompió una lanza a favor de Europa al afirmar que la situación que atraviesa el Viejo Continente no es tan excepcional. “Todo el mundo parece pensar que Europa está en apuros, pero los temores de recesión o de deflación se explican porque los inversores se fijan en indicadores atrasados. Como gestores, lo importante es centrarse en qué va a suceder a partir de ahora”.
Buenas perspectivas para Europa
En este sentido, Woolnough llama la atención sobre el coste de financiación de los bancos europeos, “uno de los principales factores del ciclo macroeconómico”, que se ha reducido sustancialmente desde 2011, tanto en los países del núcleo como en la periferia. “La economía real reacciona a las medidas de política económica con un retraso de al menos 18 meses”, explica. “El mal comportamiento registrado en 2013 y 2014 puede vincularse a los altos tipos de interés registrados en 2011-2012 así que, teniendo en cuenta la fuerte caída de los tipos de interés reales observada desde entonces, confío en que la política monetaria surtirá efecto, pero con retraso”.
Woolnough anticipa que esta caída de los tipos de interés tendrá, además, importantes repercusiones sobre el desempleo y la inflación. Aunque el experto no considera que la tasa de desempleo actual esté fuera de lo normal —“en media, desde 1991, el desempleo ha oscilado entre el 7 y el 12% en la eurozona”— sí que observa diferencias importantes entre los países del núcleo y la periferia que, en su opinión, no responden a mercados laborales más rígidos, a la cualificación o a la actitud de los trabajadores, sino a los tipos de interés: “Los tipos de interés han sido mucho más bajos en países del núcleo y, por lo tanto, sus economías son más fuertes y el desempleo es menor, mientras que los elevados tipos de interés de la periferia han restringido la liquidez, debilitando estas economías y generando una mayor tasa de desempleo”.
El veterano gestor de M&G Investments observa una relación similar con respecto a la inflación: “En los países del núcleo, donde el desempleo es menor, la inflación es más alta, mientras que en los países de la periferia, donde el desempleo es mayor, la inflación es más baja”. Aunque reconoce que la inflación en el conjunto de la eurozona está en niveles bajos —lo que relaciona con factores temporales, como la fuerte apreciación sufrida por el euro tras la crisis de 2011-12 o la caída de los precios del petróleo—, Woolnough no considera que exista un riesgo real de deflación. “Como los tipos de interés están tan bajos, los mercados sienten que la política monetaria ya no funciona y que el BCE no puede hacer nada por la recuperación económica, salvo adoptar medidas extraordinarias para evitar lo peor. Pero yo creo que la política monetaria sí está funcionando, que la economía no es tan débil y la deflación no supone una amenaza tan seria como el mercado cree”.
Negativo en duración europea
Preguntado por la posibilidad de que el BCE opte finalmente por aplicar medidas de expansión cuantitativa, Woolnough cree que sí acabaremos viendo algún tipo de QE a la europea. “Si lo acaba haciendo, la economía será más fuerte y, probablemente, las primas de riesgo continúen reduciéndose. Lo que me preocupa es que quiere hacerlo porque ve un riesgo de deflación que me parece exagerado. Pero creo que si le resultase fácil, desde el punto de vista legal, lo haría e incluso lo habría hecho antes”.
“Últimamente, parece que como el BCE ha rebajado sus tipos a cero, o menos, y como se habla de QE, está haciendo las cosas bien. Pero este es el mismo BCE que subió tipos en 2008 y 2011”, recuerda el gestor. Estas dudas con respecto a las acciones de la autoridad monetaria europea han llevado al equipo de renta fija de M&G a adoptar duración negativa para los activos denominados en euros del fondo por primera vez desde su lanzamiento. “Creemos que el mercado europeo de bonos descuenta demasiadas malas noticias. A nosotros no nos parece que la situación sea muy diferente a otros ciclos pero vemos sesgos en cuanto a la rentabilidad-riesgo, por lo que hemos decidido tomar exposición en bonos de EE. UU. y del Reino Unido en vez de en bonos europeos”. La duración general del fondo continúa reduciéndose y se sitúa cerca de 3,5 años.
Sin problemas de capacidad
Con un rendimiento a más de cinco años del 58,03%, en comparación con el 26,06% que ha registrado el sector (Morningstar EUR Cautious Allocation – Global Sector Average/Count), el fondo sigue siendo uno de los superventas de la gestora, como demuestran los 4.560 millones de euros captados en el primer semestre de 2014, que lo sitúan en el número dos del 'top 5' de los fondos de renta fija más vendidos en Europa, según el último informe de Lipper Thompson Reuters (leer más).
Este crecimiento constante desde su lanzamiento, en diciembre de 2006, provoca la inevitable pregunta sobre si el fondo podría estar alcanzando su límite de capacidad, algo que Woolnough rechaza: “Es cierto que el mayor tamaño dificulta algunas cosas, como la selección de títulos, pero por suerte el principal generador de rentabilidad del fondo es nuestra visión macro, que podemos expresar sin problemas en la cartera, y no tanto la selección de títulos”. Además, el gestor recuerda que “a medida que el fondo ha ido creciendo, hemos ido aumentando los recursos, y en el equipo contamos cada vez con más experiencia”.