Ronda de expertos: ¿cuáles son los activos ideales para obtener retornos absolutos?

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Fuente: Noslifactory-Uunsplash

En un momento en que los fondos de retorno absoluto están atravesando unas semanas complicadas, ante la dificultad en algunos casos a la hora de obtener rentabilidades positivas en entornos de mercado como el vivido en agosto, el activo en el que se invierte podría ser una de las claves para lograr el éxito y obtener retornos independientemente de las condiciones de los mercados. Pero para lograr ese objetivo, los expertos creen que no hay un activo estrella: algunos señalan a la renta fija, otros a la variable y otros se decantan por los activos más líquidos en contraposición a los que creen que los activos más volátiles –y en ocasiones también los menos líquidos- son los que ofrecen mayores oportunidades. Pero si hay algo en común entre estas divergencias es la conclusión de que, en general, lo ideal es hacer una clara apuesta por la flexibilidad y diversificación de las carteras entre varios activos y también una cuidada selección del gestor, que resulta incluso más importante que el activo en sí.

Así, Sasha Evers, director de la oficina de Madrid de BNY Mellon AM, defiende la idea de que la generación de retornos absolutos de forma consistente en el tiempo tiene menos que ver con éstos que con las capacidades de los gestores individuales. En esta misma línea, Manuel Yutaro Rubio, responsable de selección de fondos de Allfunds Bank, afirma que cualquier activo es válido para lograr estos objetivos, igual que Carlos Fernández, responsable de Análisis de Fondos de Inversis Banco, que deja las variables al gestor. “Dependerá de las habilidades y el conocimiento del mercado que tenga, de sus capacidades únicas para gestionar posiciones tanto largas como cortas en dicho o dichos activos y de elementos como los controles de riesgo y el apalancamiento”, afirma. Por eso cree que en formatos regulados donde el apalancamiento es limitado y la liquidez exigida a los productos es alta hay más limitaciones para estrategias alternativas como las orientadas a eventos, el arbitraje de renta fija o de convertibles. Sin embargo, considera que “para estrategias como el long short en renta variable o global macro, la volatilidad de las estrategias y las restricciones del formato regulado no son excusa para poder desarrollar, si se quiere y se puede, track records comparables a los de la industria hedge”.

Stefano Fiorini, responsable de las estrategias global macro de Generali Investments, también cree que la capacidad del gestor es lo que marca la diferencia, pero se decanta por los activos más líquidos para lograr rentabilidades absolutas: “En teoría, en teoría cualquier clase de activo ofrece la oportunidad de crear alfa y sobreponderar el Eonia, pero los fondos de retorno absoluto necesitan garantizar liquidez diaria y por ello, sólo los mercados y estrategias más líquidos pueden usarse para este tipo de productos”.  Por ejemplo, los mercados de renta fija y renta variable. Así, Ángel Olea, CIO de Abante Asesores, señala estos dos mercados argumentando otro motivo: cuentan con más soporte fundamental y menos macro que otras estrategias, como divisas y commodities, que cree las más difíciles por su alta vinculación macroeconómica.

David  Fernández, analista de Tressis, cree que aunque la teoría parte del punto de que sería más sencillo alcanzar retornos absolutos con activos líquidos, por la idiosincrasia de las posiciones cortas, la práctica demuestra que no existe un activo en el que constantemente sean alcanzados. “Desde el estallido de la crisis financiera, con su cúspide en la caída de Lehman Brothers, los fondos de retorno absoluto en crédito han sido los que mejor comportamiento han tenido. A más largo plazo, han sido los fondos sistemáticos, CTA, los que han expuesto rentabilidades positivas en casi todos los entornos de mercados, excepto en los que carecían de una tendencia clara. En este sentido, los fondos multiestrategia poseen los ingredientes para alcanzar retornos absolutos”.

Frente a las preferencias por los activos más líquidos, otros expertos mencionan precisamente los activos más volátiles, como Ricardo Gil, director de inversiones de Bankinter Gestión de activos: “
Ganar dinero de forma sostenible no es fácil con ningún activo, y  lo que sí que es cierto es que con activos que tienen volatilidades más grandes es más sencillo conseguir retornos más importantes”. También de  materias primas habla Juan Ramón Caridad, responsable de Swiss&Global España: “Cuando se habla de retorno absoluto en commodities creo que es sanísimo preguntarse cómo se piden prestado fanegas de trigo, cuántos depositarios conocemos de esta materia prima en el mundo y comparar el volumen negociado estimado con lo que pensamos que tienen los custodios conocidos almacenados.  Dicho esto, siempre y cuando dejemos claro que el riesgo de contrapartida existe y es necesario (se puede diluir, diversificar pero no erradicar), gracias a los total return swaps es fácil en todas las estrategias. Por la alta correlación existente, los productos de rentabilidad absoluta en renta variable americana son los más complejos y exigen un importante apalancamiento para dar alegrías”, apostilla.

Renta fija: lo más parecido al activo estrella

Desde Popular Gestión y Schroders se decantan principalmente por renta fija. Así, Rafael Hurtado, CIO de la primera gestora, confiesa que tradicionalmente con renta fija ha sido más sencillo, si bien matiza que el retorno absoluto se puede lograr mediante muchos instrumentos, incluidos los derivados. “Los fondos garantizados, en cierto modo, se pueden considerar como fondos de retorno absoluto”, comenta. Óscar Álvarez, socio de Financial Lab, cree que “fundamentalmente se debe utilizar la curva de la Estructura Temporal de tipos de interés, agregando diversas categorías de crédito.  A partir de ahí son claves 3 filtros para incorporar nuevos activos, ya sean estos commodities, divisas o hedge Funds, u otros a estudiar. El primer filtro es una matriz de correlaciones entre dichos activos y con la cartera seleccionada; el segundo, el momentum a corto plazo de dichos activos; y el tercero, las ventanas de volatilidad implícita aceptadas. Incorporar un activo a la estrategia supone que introduciéndolo previo cumplimiento de dichos filtros no se perjudique la rentabilidad-riesgo ( ratio de Sharpe) del conjunto”.

Desde Schroders, Carla Bergareche, directora general de España y Portugal, apunta la renta fija y los fondos multiactivo. “Cuantas más herramientas y mayor universo haya a disposición del gestor, más fácil es lograr ese retorno absoluto. Eso sí, según nuestra definición de no perder en 12 meses, las estrategias donde más fácil resulta lograrlo son la de multiactivos y la de renta fija”, confiesa. La experta distingue del caso en los fondos de “retorno total”, que son para ellos los que tratan de no perder en un ciclo, pero pueden hacerlo anualmente. “En ese caso nuestra gama se extiende a la renta variable y a los fondos hedge regulados incluidos en nuestra plataforma UCITS GAIA. De hecho, para muchos este tipo de fondos forman parte del retorno absoluto, ya que contribuyen a suavizar los ciclos, pero no según nuestra definición. En ese caso, habría que ver si hay gestores de hedge funds que pretender ganar en periodos de un año”, explica.

Combinación: la clave

Desde Pioneer Investments destacan también tanto de estrategias multiactivos como de uno solo, en línea con la oferta de la gestora de productos UCITS clasificados por riesgo de la gestora. “Las distintas estrategias que cubren un único tipo de activo persiguen rentabilidad absoluta generando alfa además de una exposición activa a la beta, buscando mantener una baja correlación con los mercados subyacentes. Por su parte, los fondos multiestrategia buscan rentabilidades absolutas positivas invirtiendo en un amplio rango de estrategias diversificadas y descorrelacionadas y utilizando posiciones tanto largas como de valor relativo”.

En esta línea multiactivo, Fernando Luque, analista de Morningstar, también niega que la estrategia dependa de un único activo. “Teóricamente se debería poder conseguir una rentabilidad absoluta con cualquier tipo de activo”, mientras Javier Saenz de Cenzano matiza que, de hecho la combinación de los diferentes tipos de activos es lo que permitirá alcanzar el objetivo de rentabilidad absoluta a lo largo del tiempo. “Utilizar un solo tipo de activo complica mucho la consecución de dicho objetivo”, asegura. 

Al igual que Rubén García Páez, responsable de Threadneedle en España, que apuesta por combinar tanto activos como instrumentos: “Creo que depende del ciclo. Por eso, apostamos por una diversidad o combinación de diferentes activos dentro de las estrategias de retorno absoluto y además una flexibilidad de instrumentos que faciliten la gestión, como la duración negativa en renta fija, el uso de derivados o la posibilidad de apalancamiento. Y en este sentido, la normativa UCITS III es bastante permisiva”, asegura.

Manuel Arroyo, de JP Morgan AM, se muestra de acuerdo que no hay un activo con el que sea más fácil lograr retornos absolutos y recomienda diversificación: hay que diferenciar el entorno de mercado, pues dependiendo del mismo, unos funcionan mejor que otros. Así, no hay ninguna estrategia de retorno absoluto que funcione siempre bien, pues están muy vinculadas a su activo en términos de liquidez, correlación o evolución del mercado -que ofrece más o menos oportunidades-, aunque la esperanza es que todas ofrezcan rentabilidades positivas a largo plazo.

Apuestas de futuro: estrategias de arbitraje  

“En los últimos años han ido muy bien las de renta fija, debido a que las vondiciones del universo de inversión tras la crisis de 2007 y 2008 eran muy positivas. Sin embargo, las de renta variable long short o mercado neutral sufrieron mucho el año pasado, pues las correlaciones aumentaron en gran medida. Para 2011, las que presentan mayor atractivo con las de arbitraje de fusiones o aquellas que puedan beneficiarse de movimientos entre compañías, así como las de arbitraje estadístico (una estrategia de renta variable sofisticada). Guillaume Abel, responsable de la división de márketing y desarrollo de negocio de Amundi, explica sus estrategias con distintos activos, incluida la volatilidad: “La fuente de alfa o el motor de rentabilidad, como nosotros le llamamos internamente, puede extraerse de bonos, divisas o renta variable. Además, Amundi también utiliza la volatilidad del mercado como una clase de activo para producir alfa, así que los gestores pueden combinar estos diferentes activos y estrategias”.

Olivier Neau, responsable de inversiones de Edmond de Rothschild IM cree que, en definitiva, la solución es combinar flexibilidad y diversificación: “El punto crucial es antes razonar por presupuesto de riesgo lo que sugiere que se limita la exposición a las clases de activos más volátiles. Así, las commodities presentan un nivel de volatilidad elevado en comparación con las otras clases de activos, mientras la renta fija ofrece con el monetario el nivel de volatilidad más bajo, pero con una rentabilidad inferior”. Para el experto, la solución a esta ecuación consiste en combinar flexibilidad y diversificación en los mercados (a menudo renta variable y renta fija) para obtener una relación atractiva entre riesgo y rentabilidad usando instrumentos de inversión líquidos.