La asignación de activos es el factor clave de la rentabilidad. No se basa en supuestos sobre el pasado ni en correlaciones históricas entre clases de activos
El Ruffer Total Return International es un reflejo del estilo que sigue la estrategia global de retorno absoluto y multiactivos de Ruffer: el objetivo de inversión del fondo es lograr retornos positivos en todos los entornos de mercado. Para Jonathan Ruffer, presidente de la boutique, la asignación de activos es el factor clave de la rentabilidad. No se basa en supuestos sobre el pasado ni en correlaciones históricas entre clases de activos. En cambio, es un enfoque prospectivo que considera una variedad de posibles escenarios futuros. “Es dinámico y sin restricciones y comienza con la gestión del riesgo de perder dinero, con el objetivo de brindar una protección genuina en tiempos de tensión del mercado, al tiempo que busca ser oportunista con su asignación a activos de riesgo”, explica.
Es un enfoque de inversión testado frente a los últimos 25 años en el mercado, donde no solo ha dado un retorno neto positivo, sino que lo ha logrado con una baja correlación a la renta variable y otras clases de activos. La robustez de la cartera ha capeado con éxito mercados bajistas, incluido la que precedió a la burbuja punto com, la Gran Crisis Financiera y, más recientemente, la del COVID-19 de marzo.
El fondo, gestionado por Jacques Hirsch y Alex Lennard, cuenta con el Sello FundsPeople 2020 por su doble calificación de favorito de los Analistas y Blockbuster.
Actualización de la cartera
La inflación es una de las preocupaciones de los gestores. “Una recuperación dependiente de la deuda no podrá soportar tasas de interés más altas y creemos que se tolerará una mayor inflación como precio para rehabilitar la economía”, explica Ruffer. “La manguera contra incendios fiscal global eventualmente tendrá el efecto deseado. La inflación surgirá como la quiebra de Hemingway: gradualmente, luego de repente”. Y así se moverán los mercados en reacción. Los activos de riesgo disfrutarán de lo gradualmente y odiarán lo "de repente".
Preparados para esta situación, la cartera se ha posicionado con una doble jugada: acciones value para el anuncio de la inflación y bonos vinculados a la inflación para cuando llegue. “Las expectativas de baja inflación están respaldando las altas valoraciones de muchos precios de activos y parece que 2021 podría ser el año en que esto se desmorone”, vaticina. Así, y desde el verano, han realizado una lenta rotación hacia la temática de la reflación. Por dos motivos, explica Ruffer.
En primer lugar, por los eventos sucedidos. “Podemos tener una certeza razonable de que para fines del primer trimestre de 2021, la narrativa generalizada del miedo habrá cambiado”, sentencia. Las elecciones estadounidenses estarán fuera del camino; es muy probable que hayamos visto entonces un estímulo fiscal adicional significativo por parte de Estados Unidos, que una vacuna haya sido aprobada y esté en proceso de implementación. El Brexit incluso puede resolverse. En su opinión, todo esto auguraría tipos más altos, una rotación cíclica, la reducción o cierre del descuento de acciones del Reino Unido y, a la inversa, un precio del oro más bajo.
En segundo lugar, en cuanto a las valoraciones, en los mercados actuales, las coberturas efectivas y asimétricas son muy difíciles de conseguir, nota el experto, especialmente con el régimen de volatilidad restablecido mucho más alto desde el primer trimestre. En ese contexto, el dólar puede funcionar en momentos de caída de los breakevens mientras que el yen debería funcionar en momentos de tensión en el mercado de activos y en China. “Nuestra protección crediticia debería funcionar en varios escenarios diferentes (como lo hizo a fines de octubre), pero estos no pueden igualar los una protección muy poderosa que obtuvimos de nuestro VIX, opciones de venta de acciones y posiciones crediticias en el primer trimestre de 2020”, comenta.
En ese contexto, han estado rotando lentamente la cartera para reflejar la primera certeza, con una mayor asignación al value y acciones cíclicas, asignación reducida a los mineros de oro y oro y duración reducida. “Pero haciéndolo con cautela porque tenemos en cuenta el segundo punto”, matiza.