El presidente de Abante defiende su fórmula de fondos de fondos ante MiFID II. La boutique ha cerrado un acuerdo tecnológico con Indra y lanzado el fondo Abante Quant Value Small Caps, gestionado por el astrofísico Narciso Benítez.
La próxima entrada en vigor de MiFID II está poniendo sobre la mesa la revisión de los modelos de negocio de las entidades que prestan asesoramiento financiero sobre inversiones. Pero no en el caso de Abante, que defiende el modelo de arquitectura abierta que ha aplicado desde su fundación. “La industria ha vilipendiado nuestros fondos de fondos durante los últimos años, pero ahora se da cuenta de que, con MiFID II, es el formato más eficiente para implementar la arquitectura abierta”, señala Santiago Satrústegui, su presidente.
No obstante, a pesar de la entrada en vigor de la directiva europea, Satrústegui considera que “aún seguimos sin resolver lo que es asesoramiento financiero”. A su juicio, el asesoramiento actual es una capa más de gestión. “Se gestionan productos para la persona, qué fondos meter en cartera y cómo introducirlos, pero no a la propia persona y sus necesidades y objetivos”, critica.
Para mejorar la calidad del asesoramiento que ofrece, la boutique española ha cerrado un acuerdo tecnológico con Indra para elaborar un proyecto interno y externo durante los próximos tres años. Gracias al apoyo de Indra, Abante avanzará en una relación digital más eficiente con los clientes, hará más eficaz el trabajo de sus equipos y, sobre todo, será capaz de llegar a clientes de menores patrimonios que, según su máximo responsable, se quedarán descubiertos de asesoramiento a partir del año próximo. “En el rango de clientes más pequeños podemos crecer gracias a los avances de la digitalización y la tecnología, pero siempre con profesionales y personas detrás que comprendan las emociones del cliente y sepan gestionarlas”, puntualiza.
Con MiFID II, el asesoramiento en Abante quedará articulado en dos vías distintas: la EAFI, Abante Consejeros Financieros Independientes, donde el cliente paga por asesoramiento y la entidad no cobra retrocesiones de los productos que recomienda, y la gestora, Abante Asesores Gestión, encargada de los fondos de fondos. La primera de las vías quedará configurada como independiente bajo los parámetros de MiFID II, aunque la segunda, a priori, no seguiría ese camino. A pesar de ello, “somos independientes accionarialmente y nuestros fondos de fondos son nuestra solución integrada, pura arquitectura abierta, aunque la norma después los etiquete como quiera”, pone de manifiesto Satrústegui.
Nuevo fondo global de small caps
Independencia, asesoramiento, arquitectura abierta… pero también gestión de autor. Todo esto es Abante, que acaba de reforzar esta última línea de negocio lanzando el fondo Abante Quant Value Small Caps, gestionado por el astrofísico Narciso Benítez.
De derecho español (y con comisiones del 1,35% por gestión y 9% sobre resultados), se trata de un fondo de renta variable global que utiliza técnicas cuantitativas para aprovechar las anomalías del mercado. Benítez se apoyará en un algoritmo propio y combinará la selección de acciones value con momentum, dando prioridad a la robustez de los resultados. Sólo las acciones chinas se quedan por ahora fuera del universo invertible, al no ser fiables totalmente muchos de sus parámetros de negocio, “aunque las anomalías se pueden dar igualmente en estas compañías”, subraya Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Gestión.
Utilizando “la sofisticación matemática justa”, Benítez analiza 45 indicadores de 12.000 compañías en los principales mercados mundiales, de las que “sólo el 1% se consideran oportunidades de compra”. El fondo tendrá en cartera de media unas 50 compañías e intentará separarse del índice de referencia, el MSCI World Total. “Donde más se dan las anomalías de los mercados es en las empresas que menos sigue la gente, y esas son las small caps”, razona Casasús en referencia al Abante Quant Value Small Caps, que tendrá un techo de inversión en los 10 millones de euros al principio para probar el funcionamiento de la estrategia de Benítez. Si funciona, asegura Satrústegui, se abrirá a más volumen.