Schroders acelera el crecimiento de su división inmobiliaria con la adquisición de Algonquin

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Images_of_Money, Flickr, Creative Commons

Schroders anuncia que ha alcanzado un acuerdo para la adquisición de Algonquin, una entidad especializada en gestión e inversión hotelera con presencia en toda Europa y activos gestionados por valor de 1.800 millones de euros. A través de esta operación, la gestora también adquiere varias inversiones realizadas conjuntamente con los clientes actuales de Algonquin.

La adquisición de Algonquin acelera el crecimiento del negocio inmobiliario de Schroders y complementa sus capacidades y sus áreas de especialización. Esta adquisición supone un avance en el crecimiento de la división activos privados e Inversiones alternativas, un área de negocio a la que la entidad confiere una gran importancia estratégica, al gestionar actualmente 38.000 millones de euros. Esta área engloba los créditos titulizados, el capital riesgo, la financiación de infraestructuras, los valores vinculados a seguros y los préstamos a pymes, además del negocio inmobiliario, que es el componente de mayor peso gracias a unos activos con un valor superior a los 15.000 millones de euros.

Fundada en 1998, Algonquin comenzó su andadura invirtiendo en hoteles con su propio capital y gestionándolos directamente. Actualmente, el grupo gestiona en toda Europa activos que suman más de 7.500 habitaciones de hotel y un valor total de 1.800 millones de euros. Estos hoteles se gestionan principalmente a través de las propias marcas de Algonquin o de enseñas de prestigio internacional, como Sheraton, Marriott, Hyatt, Radisson y Sofitel.

Según Duncan Owen, responsable del área inmobiliaria de Schroders, "esta adquisición complementa la actividad actual del equipo de Real Estate de Schroders, que apuesta por sectores como oficinas, superficies comerciales, naves logísticas, activos de almacenamiento y grandes proyectos de usos múltiples. Nuestra estrategia ha sido concentrarnos en lo que definimos como ciudades ganadoras, que son las que se benefician de tendencias estructurales clave como la urbanización, los cambios demográficos, la innovación tecnológica, los cambios de la demanda en Asia y el desarrollo de las infraestructuras".