Expectativas para las principales variables macro y para los distintos activos de inversión en un escenario marcado por los shocks de la oferta.
Regístrate en FundsPeople, la comunidad de más de 200.000 profesionales del mundo de la gestión de activos y patrimonios. Disfruta de todos nuestros servicios exclusivos: boletín matinal de noticias, alertas con las novedades de última hora, biblioteca de revistas, monográficos y libros.
Un panorama muy incierto. Así define, Sebastian Vismara, economista y estratega senior de BNY Mellon IM el escenario macroeconómico.
“Por una parte, mientras en EE.UU., el crecimiento económico está mostrando una mayor resistencia a la desaceleración, en Europa y China hay más debilidad, pero menor de la anticipada”, afirma. Sin embargo, hay riesgos de un escenario de menor crecimiento. “Los efectos retardados del endurecimiento monetario serán cada vez más visibles en la economía en 2024” apunta. El crecimiento de los beneficios empresariales se está debilitando y “podríamos empezar a ver como las empresas empiezan a despedir empleados para proteger sus beneficios y mejorar los márgenes”, añade.
Inflación
En el frente de los precios, Vismara constata que las noticias sobre la inflación van mejorando en los últimos meses, sobre todo por la evolución de la energía. Ahora bien, en su opinión “hay que prestar atención a los precios de producción chinos, se han moderado mucho, pero últimamente están mostrando un repunte que podría suponer un freno al impulso bajista de los precios de cara al 2024”. Más preocupante le parece la inflación subyacente, que está demostrando ser más “pegajosa y difícil de controlar”.
En consecuencia, el estratega considera que “las subidas de tipos pueden haber llegado a su fin, pero no parece que los recortes vayan a llegar pronto y tampoco hay que descartar totalmente el riesgo de políticas más restrictivas en el corto plazo”.
Perspectivas para los activos
En este escenario, según Visnara “el cash proporciona un rendimiento atractivo y es una fuente de opcionalidad para invertir cuando llega la debilidad económica”. Asimismo, defiende una sobreponderación en deuda soberana debido a un perfil de rentabilidad riesgo muy favorable.
El panorama para la renta variable se presenta más complicado. En el corto plazo, el estratega propone un infraponderación táctica, pero se muestra más positivo en el largo plazo y prefiere EE.UU. a Europa. “Esperamos cierta debilidad en los próximos 12 meses, no podemos descartar caídas de entre un 10% y un 15% en los mercados de acciones”. La razón de este ajuste se debería a que por ahora “la renta variable se ha mostrado desvinculada de los fundamentos macroeconómicos”.
Más volatilidad
Para Vismara, vamos hacia un régimen económico más volátil y más inflacionario “porque los shocks están siendo originados en el lado de la oferta”. Los efectos de esta evolución en la distribución de activos “ponen en evidencia la importancia que los activos reales deben tener en las carteras de inversión para compensar esas presiones en los precios”.
“La transición energética, el empeoramiento de la demografía y la situación de China son perturbaciones importantes que están creando un entorno macroeconómico más volátil” señala. Una asignación tradicional de 60-40 tendrá dificultades si la inflación es más alta en media, ya que en esos períodos suele aumentar la correlación entre renta fija y renta variable. Ahora bien, será “un buen entorno para la selección de valores”.
El estratega no olvida señalar que en este cambio de régimen hay que analizar muy de cerca el papel que la IA va a tener en el desarrollo de la economía. En su opinión, “va a ser un fenómeno tan disruptivo como la electricidad o la computación. La inteligencia artificial podría aumentar considerablemente el crecimiento de la productividad en los próximos diez años, incrementando a largo plazo la rentabilidad esperada de los fondos propios”.