“Si no puedo explicar por qué tengo una compañía en cartera, no la tengo”

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Eliminados los temores apocalípticos sobre el devenir del euro, la estigmatización que ha acompañado a los países periféricos, y que ha propiciado un fuerte castigo a las compañías españolas, abre una amplia ventana de posibilidades de inversión dentro de este universo. Así lo afirma José Ramón Iturriaga, uno de los pilares de la gestión de autor de Abante, y que maneja en la actualidad 96,6 millones de euros en Okavango Delta, en Kalahari, y desde abril el fondo de derecho luxemburgués Spanish Opportunities.

Desde un punto de vista macro, y después de que los últimos años hayan proporcionado amplio material en materia de behavioural finance, asistimos a un ambiente más constructivo desde tres puntos de vista: financiero (moderación de la prima de riesgo), macro y microeconómico, en el que muchas compañías siguen cotizando por debajo de su valor en libros. La tormenta ha dejado un escenario en el que se siente cómodo con su estilo de inversión basada en el análisis fundamental y la selección de valores.

Inversores y casas de análisis internacionales han empezado a mostrar interés por la renta variable española, fundamentalmente por el atractivo que ofrece en términos de valoración. “Pero este interés no ha hecho más que empezar”, señala José Ramón. “Ahora estamos en un entorno de business as usual en el que las preocupaciones de los inversiones son las normales (China, el precio del petróleo…), más allá de la ruptura del euro, tema que rompía la baraja”

“En el tiempo que llevo gestionando no había visto una ventana de oportunidades de entrada por valoración tan clara”, afirma Iturriaga, oportunidades que se extienden, según su estilo, más allá del Ibex. “Tengo la suerte de cubrir la segunda fila de valores que no cubre casi nadie, principalmente porque no todo el mundo sabe  explicarlas”. Su proceso de inversión radica en estar cerca de las compañías y hacer sus propias tablas de valoración para conocerlas bien, y que simplifica bajo la máxima de “si no puedo explicar por qué tengo una compañía en cartera no la tengo”.

Su fondo más representativo, el Okavango Delta, que acumula una rentabilidad de más del 30% en el año, concentra su cartera en 20 valores con sesgo a pequeñas y medianas compañías españolas, en base a su estilo de inversión focus y unconstrained. Y a pesar de ser un producto mixto y flexible, está invertido al 100% en renta variable española, activo en el que ve mayor potencial de revalorización. Por sectores, el grueso de su cartera son bancos y aseguradoras, valores muy penalizados por el miedo a una quita de la deuda y la incertidumbre en cuanto a las necesidades de financiación de la banca española, y que aunque a día de hoy están más cerca de su valor en libros, aún siguen baratas.

Ello se debe a que en el mercado “aún prima el pesimismo”, pero, según su opinión “tanto desde el punto de vista micro como macro puede haber sorpresas, por lo que cabe esperar unos buenos años para la renta variable española”.