Si se invierte la curva de tipos… ¿de cuánto tiempo dispongo para prepararme para una recesión y un mercado bajista?

Reloj
Alan Cleaver, Flickr, Creative Commons

El pasado verano, la curva de tipos de interés en Estados Unidos estuvo a punto de invertirse. Fue un momento en el que sonaron todas las alarmas. Históricamente, cuando los tramos cortos tienen una tir más alta que los tramos largos, ha sido sinónimo de recesión y de mercado bajista. Sin embargo, esto no es algo automático. Es decir: una curva invertida no significa que la recesión se vaya a producir de la noche a la mañana, ni que la renta variable vaya a empezar a caer de manera inminente. Existe un margen de tiempo para que las cosas comiencen a cambiar. Si se invierte la curva de tipos… ¿de cuánto tiempo disponen los inversores para prepararse para una recesión económica y un mercado bajista?

En J.P.Morgan Asset Management lo han analizado. La primera conclusión a la que han llegado es que, efectivamente, la forma de la curva ofrece información relevante a la hora de predecir una contracción de la economía y una caída de las bolsas. Esa percepción generalizada de que una curva invertida es sinónimo de recesión y correcciones de la renta variable es cierta. La segunda reflexión a la que han llegado es que los inversores disponen de un cierto margen para prepararse para este nuevo escenario macroeconómico y de mercados. Manuel Arroyo, director de Estrategia de J.P.Morgan AM para España y Portugal, explica exactamente cuál ha sido la metodología empleada por la firma americana en su análisis.

En la gestora han cogido la serie histórica de los últimos 40 años para identificar los periodos en los que la curva llegó a invertirse y han medido el número de meses que trascurren desde ese momento hasta que la bolsa toca máximos. “La media es de 17 meses”, afirma. Es decir: desde el mismo momento en el que se invierte la curva de tipos en Estados Unidos hasta que las bolsas alcanzan su punto más alto pasa, de media, un año y medio. En las dos últimas ocasiones en la que los tramos cortos pagaban más que los tramos largos –en mayo de 1998 y diciembre de 2005- la bolsa siguió subiendo durante 22 meses, en ambos casos.

En lo que respecta a la entrada de la economía en recesión, tampoco existe un efecto inmediato entre la inversión de la curva y un escenario de contracción de la actividad económica. También transcurre un tiempo que, históricamente, ha sido de media de 22 meses. Del mismo modo, los máximos del mercado tampoco suelen coincidir con el inicio de la recesión. En el caso del S&P 500, desde que el índice bursátil toca máximos, suelen transcurrir de media cinco meses hasta que la economía se empieza a contraer.

“Todo esto nos lleva a concluir que una curva de tipos invertida sí que puede ser una forma de anticipar un mercado bajista o una recesión económica si bien, en contra de lo que muchos inversores creen, lo hace con mucha más antelación de lo que se piensa. Durante este pasado verano, cuando la curva estuvo a punto de invertirse, muchos participantes en el mercado hablaban de que eso significaba que se avecinaba una recesión inminente. Ni mucho menos. Históricamente, puedes tener una curva invertida y la recesión no llega hasta prácticamente dos años después”, señala Arroyo.

Al contrario del escenario que se vivió en verano, ahora mismo la curva está algo más lejos de invertirse porque los tramos largos han vuelto a subir, con el bono del Tesoro de Estados Unidos en el entorno del 3,2%. Sin embargo, en el futuro esta situación en la que los tramos cortos pagan más que los largos se volverá a repetir. Ahora, cuando eso ocurra, los inversores ya saben cuáles son los márgenes de los que disponen para preparar sus carteras para afrontar el nuevo entorno tanto macroeconómico como de mercados.

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