SIG: Aumenta la presión para invertir en deuda emergente

El último movimiento tectónico en la inversión global llegó recientemente y augura nuevos flujos estructurales hacia la deuda de mercados emergentes.

Puede que el cambio no haya movido los sismógrafos de la escala Richter, pero la decisión tomada por el gobierno noruego de reenfocar su influyente fondo soberano, que maneja 600.000 millones de dólares, hacia la deuda de mercados emergentes, tiene proporciones épicas para los que nos dedicamos a invertir en los mercados de renta fija.

El principal damnificado de la decisión noruega sigue siendo Europa, puesto que el fondo reenfoca su asignación a bonos del 60% al 40%, y a bolsa del 50% al 40%. No es algo que sorprenda ya que nuestros colegas del Financial Times publican que Noruega ha perdido cerca de 15.000 millones de libras en su portafolio europeo debido a la crisis de deuda.

Técnicamente, los noruegos están siguiendo los pasos de gestores más avispados, indexando su fondo en función del PIB, en lugar de hacerlo por capitalización bursátil. Esto otorga un sesgo natural a los mercados emergentes en su portafolio, en particular por la parte de la deuda donde los índices de renta fija globales existentes están distorsionados por el peso de los países altamente endeudados.

La decisión noruega es un importante indicador para la deuda emergente, pero lo más interesante es que, según nuestros contactos en la industria del manejo de fondos mundial, los europeos –incluyendo los noruegos-, van por delante del mercado a la hora de reasignar sus portafolios hacia deuda emergente.

El próximo “elefante en la habitación” seguramente sea Estados Unidos, cuyo tsunami de dólares posiblemente eclipsará incluso el modesto esfuerzo noruego.