Solvencia II pone en peligro a las aseguradoras pequeñas

Los supervisores de Luxemburgo temen que el nuevo aluvión regulatorio sea difícil de soportar, sobre todo para las empresas de menor tamaño. Victor Rod, presidente de la comisión de supervisión del sector asegurador en Luxemburgo destaca los problemas que la entrada en vigor de Solvencia II supondrá para las pequeñas y medianas aseguradoras en Europa.

“Hemos apoyado la entrada en vigor de Solvencia II, pero tiene complicaciones. Tememos que las nuevas reglas sean difíciles de implementar para las compañías pequeñas y medianas. Se trata de normas hechas a medida de las grandes empresas”, asegura.

Según Rod, hay que crear instrumentos para ayudar a las pequeñas empresas a cumplir con los nuevos requisitos. Y señala que las dificultades se notarán especialmente en países como España e Italia, donde todavía perviven una gran cantidad de empresas aseguradoras de menor tamaño.

Hay muchas mutualidades en España que necesitarán apoyo. Hay que ayudarlas a externalizar y procurar no hacerle las cosas más difíciles a las empresas pequeñas. La aplicación de la nueva norma debe ser proporcional al tamaño de las empresas. Uno de los objetivos no explícitos de la regulación es impulsar la concentración en el sector”, afirma el supervisor.

Rod comenta que las aseguradoras pequeñas “cumplen un papel importante de servicio al consumidor”. “Y puede que no se les deje más opción que ponerse en manos de grandes competidores”, añade.

Presión sobre las gestoras
De igual modo, Danièle Berna-Ost, secretaria general de la Comisión de Supervisión del Sector Financiero (CSSF) de Luxemburgo, advierte de un peligro similar en el negocio de la gestión de activos. “La regulación puede traer más concentración. A muchas gestoras pequeñas le tienes que aplicar los mismos requisitos que a las grandes y eso resulta de difícil cumplimiento para ellas. Todas las medidas a favor de la protección del inversor son bienvenidas, pero también tienen que dejar espacio para el negocio”, comenta.

Berna-Ost, por ejemplo, señala que Mifid II implicará más adaptaciones y más costes. “Hay una aceleración en términos de regulación. Necesitamos mejor regulación, pero es más importante la calidad que la cantidad”, añade Philipp von Restorff, responsable de comunicaciones de la asociación bancaria de Luxemburgo (ABBL).