Los ETF han tenido un crecimiento espectacular en la última década. Tanto en términos de activos bajo gestión como en número de productos, los ETF, son, sin duda, uno de los productos financieros más exitosos del comienzo de siglo.
Dado el éxito de los ETF son muchos los profesionales de la inversión que se preguntan si realmente los ETF puede suponer una amenaza para los fondos de inversión tradicionales. En las siguientes líneas trataré de dar mi opinión a este respecto.
En primer lugar, cuando se analiza la competencia que los ETF pueden suponer a los fondos creo que hay que diferenciar entre el mercado minorista y el mercado profesional (o institucional).
En el mercado minorista la competencia de los ETF creo que será muy escasa. Básicamente los ETF cuentan con dos grandes desventajas. La primera es la imposibilidad de remunerar adecuadamente a los comercializadores, y la segunda (que a mi modo de ver es la más importante) es que existiendo aproximadamente 2.500 ETF (y elevándose anualmente esta cifra) los inversores minoristas necesitará un profesional o un vehículo de inversión (como un fondo) que selecciones dichos ETF y realice un asset allocation entre los diferentes tipos de ETF. Por tanto, y en mi opinión, los ETF se van a convertir en una especie de clase de activo, y los fondos de inversión los utilizarán para hacer su distribución de activos. La existencia de ETF no podrá en peligro los fondos, como tampoco pone en peligro los fondos la existencia de acciones cotizadas de compañías. El concepto de fondo de inversión, con sus características de diversificación, gestión profesional, fiscalidad, etc sigue siendo plenamente válido para la inversión en ETF.
En el mercado profesional (planes de pensiones, compañías de seguros, etc) pienso que los ETF pueden ser, en cierto modo, sustitutos de algunos de fondos de inversión. No obstante, este hecho hay que matizarlo por varias razones. En primer lugar muchos ETF son adquiridos en las carteras institucionales en lugar de comprar cestas de valores o futuros, lo cual no genera competencia a los fondos. En segundo lugar, la existencia de ETF puede incluso motivar el lanzamiento de productos que inviertan parcialmente en fondos tradicionales. Por ejemplo, en España, donde los fondos de pensiones tienen limitadas sus comisiones al 2%, existen fondos de pensiones donde se invierte parcialmente en ETF y parcialmente en IICs, y por tanto, el mix de comisiones es reducido, y permite a la entidad gestora poder cobrar una comisión interesante sin superar el 2% legal. Si no existiesen los ETF seguramente estos productos no podrían existir, y por tanto, el volumen de fondos de inversión se vería reducido.
En mi opinión los ETF son un excelente vehículo financiero que continuará con un elevado crecimiento, pero dicho crecimiento no será a costa de los fondos de inversión, sino muy al contrario, será un crecimiento en unión a los fondos de inversión. ETF y fondos no son productos sustitutivos, sino plenamente complementarios.