¿Son suficientemente fuertes los cimientos de la renta variable europea? EDM AM responde tras un verano de corrección

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Procsilas Moscas, flickr, Creative Commons

Las bolsas han caído en verano, pero los fundamentales de las empresas no han cambiado. Desde EDM Asset Management se muestran tranquilos. “La selección de compañías de calidad que componen nuestras carteras han sufrido descensos en sus cotizaciones de similar magnitud al del resto de compañías”. Sin embargo, apunta Ricardo Vidal, director de Inversiones de la boutique, “esto supone una oportunidad para invertir, pues las compañías capaces de mantener un crecimiento de beneficios estable y predecible se deberían beneficiar de la recuperación de manera más significativa”.

El descenso de las bolsas chinas, la incertidumbre sobre la futura subida de tipos oficiales por parte de la Fed, la convocatoria de nuevas elecciones en Grecia o la caída del precio del petróleo son algunas de las causas que han provocado el desplome de la renta variable. Estos factores, no obstante, son matizables, en especial en lo que respecta a sus efectos colaterales en los parqués europeos.

Las caídas del mercado chino han venido precedidas de fuertes subidas durante los meses anteriores. Además, recuerda Vidal, “es un mercado dominado por los inversores domésticos, por lo que el impacto directo de las caídas no debería ir mucho más allá de sus fronteras”. Por otro lado, “si bien el crecimiento del PIB chino no va a superar el 7% en 2015, tampoco pensamos que vaya a frenarse de manera brusca”, tranquiliza el director de Inversiones de la gestora independiente.

Más allá de China: Fed, Grecia y petróleo

EDM considera “perfectamente posible” que la Fed aplazara su subida de tipos en el actual contexto, puesto que existen divergencias sobre cuál es su nivel adecuado, dentro del marco general de modesto crecimiento de la economía mundial. Por otra parte, el Grexit parece aparcado y las nuevas elecciones en Grecia, con el programa de ayudas aprobado por el Parlamento heleno, se realizarán “previsiblemente” en un entorno de mayor estabilidad que el que había a principios de mes.

La caída del petróleo tiene un doble efecto: negativo para las compañías energéticas aunque positivo para el resto de empresas, cuyos costes de producción se abaratan. “El hecho de que la caída se deba a un exceso de la oferta no es tan preocupante como si se debiera a un brusco descenso de la demanda”, contextualiza Vidal.

Este “cóctel favorable” -como lo denomina EDM- de tipos de interés reducidos, política monetaria expansiva, dólar fuerte y precios del petróleo bajos favorece el crecimiento de beneficios, sobre todo para las compañías españolas y europeas, defiende Vidal.