El BSF European Absolute Return es un fondo que busca generar rentabilidades absolutas positivas, con baja volatilidad y baja correlación con otras clases de activos. Stefan Gries, cogestor de este producto que destaca por ser uno de los productos de gestión alternativa con más activos en el mercado español, lo hace a través de una cartera diversificada, invirtiendo en acciones, tanto en la pata larga como en la corta.
“En la cartera larga, tratamos de encontrar empresas que mejoren el rendimiento del capital invertido, con excelentes equipos de gestión, un atractivo flujo de caja libre y escasas posibilidades de importantes y permanentes pérdidas de capital. En otras palabras, la cartera larga suele centrarse en empresas que pueden ayudar a proteger el capital con márgenes más resistentes”, explica el gestor a FundsPeople.
Visión de mercado
El fondo se basa en los conocimientos fundamentales del equipo de 22 profesionales de BlackRock centrado en la renta variable europea. Su visión macro es que Europa sigue inmersa en el debate en torno a la recesión, con un sentimiento más negativo tras el verano. “Aunque vemos claramente una normalización de la demanda, con importantes ajustes de inventarios en diferentes mercados, también observamos un panorama económico estructural subyacente más sólido. Las empresas y los consumidores europeos se han desapalancado y los márgenes de beneficio se acercan a máximos históricos, mientras que el desempleo se sitúa en mínimos”.
Esto les lleva a creer que una recesión podría ser más superficial en caso de producirse. “Desde el punto de vista de la inversión long/short, el cambio en el entorno de tipos, así como la normalización de los mercados tras el impacto del Covid y la invasión rusa de Ucrania, arroja dispersión en el comportamiento de las empresas. Nos centramos en identificar a las que son capaces de mantener mejor los márgenes durante una desaceleración y, con el tiempo, beneficiarse del apalancamiento operativo al alza, y a las que tienen márgenes insosteniblemente altos que se vieron aplastados por la inflación y es probable que se restablezcan a la baja”, señala.
Posicionamiento actual
Tal y como indica Gries, en la actualidad, la cartera está diversificada por mercados. Las exposiciones largas abarcan desde valores defensivos de alta calidad con potencial de crecimiento significativo en los mercados de atención sanitaria hasta marcas de lujo que están más aisladas de un ciclo de consumo gracias a bases de clientes acomodados y fieles. La cartera larga también está expuesta a empresas que se benefician significativamente de las tendencias en torno a la digitalización, la automatización, la deslocalización y la inversión verde.
Por otro lado, la pata corta sigue centrada en empresas afectadas por tipos más altos frente a elevados volúmenes de deuda; sectores con riesgo de fijación de precios, en los que los precios recientes han sido sustancialmente superiores tanto al IPC como a las tendencias a largo plazo; y áreas con cambio competitivo, en las que los competidores han estado fuera del mercado por alguna razón pero ahora están regresando, o en las que es probable que un cambio competitivo estructural provoque menores beneficios realizados.
“Recientemente, la cartera se ha movido marginalmente a una exposición neta corta en el mercado, lo que refleja una creciente oportunidad cíclica en el lado corto a medida que los beneficios se ven presionados por la normalización de las existencias y los pedidos, las crecientes presiones competitivas y, selectivamente, los mayores costes de financiación”, revela Gries.