Stéphanie Bobtcheff (La Financière de l’Echiquier): "Como el momento continúa muy fuerte y las valoraciones menos atractivas, vemos menos potencial alcista"

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La Financiere de L'Echiquier

 “Lo que nos gusta cuando invertimos en el universo de las empresas de pequeña y mediana capitalización es que estamos apostando por el crecimiento del beneficio por acción (BPA). No apostamos por factores macroeconómicos, factores geopolíticos, tipos de interés... es puro stock picking. Estamos completamente centrados en las empresas, en sus negocios, en sus equipos directivos". Este es para Stéphanie Bobtcheff, gestora de pequeñas y medianas capitalizadas de La Financière de l’Echiquier, el gran argumento para invertir en esta clase de compañías. Ella y su equipo han desarrollado muy bien la estrategia de Echiquier Entrepreneurs, uno de los fondos estrella de la firma de inversión francesa, también calificado como Consistentes Funds People.

Estos resultados se han reflejado en la demanda de los inversores por este producto, que eventualmente llevó a la entidad a poner el fondo en soft close, con cerca de 400 millones de euros de activos bajo gestión. Se trata de un valor relativamente pequeño, pero refleja las visicitudes de una clase de activo compuesta por empresas pequeñas y menos líquidas, y de un límite de capacidad impuesto por la entidad para proteger la génesis de las estrategias y a sus inversores. Hablamos de un fondo que tiene como universo de inversión empresas europeas de entre 50 y 1.000 millones de euros de capitalización de mercado (capitalización media de 600 millones de euros) y que aglutina a más de 2.000 emrpresas en las que pueden invertir.

“Nuestro fondo se centra en acciones con un perfil growth y nos gusta comprarlas especialmente en momentos en las que el mercado las ha penalizado. Si conseguimos invertir en nuestra selección de activos después de que el mercado las penalizara entre un 15 o un 20% nos sentimos muy satisfechos”, explica. Un ejemplo concreto que Stéphanie Bobtcheff apunta es la italiana Technogym, un fabricante de equipamiento para gimnasios. “No sólo la empresa presenta una posición muy fuerte en el segmento premium, centrada en segmentos profesionales como gimnasios u hoteles, sino que además ha hecho patente su ambición de crecer en un mercado enorme como el de Estados Unidos y en el segmento de softwares de monitorización deportiva y equipamiento doméstico. Es una historia de crecimiento muy atractiva”, comenta.

Proceso robusto y sistematizado

El proceso está, según Stéphanie Bobtcheff, muy bien definido y sistematizado. En primer lugar, aplican un filtro cuantitativo cada mes que selecciona para el equipo entre 10 y 15 empresas para analizar. Estas compañías derivan de un filtro de liquidez del mercado, rentabilidad operativa, crecimiento de las ventas y márgenes de beneficio bruto y, flujo libre de caja, entre otros, además de las valoraciones. “Es un primer paso que no es especialmente activo”, comenta Stéphanie.

“Después entramos en el segundo paso, que es verdaderamente el centro de nuestro proceso de inversión,  el análisis fundamental. En este punto del proceso nos centramos mucho en la empresa, en su posición de mercado y estrategia e ignoramos lo que dice el mercado”, explica. El equipo lee bastantes informes y explora la página web de la empresa, pero esencialmente entra en contacto con la directiva. “Nos reunimos principalmente con los consejeros delegados y directores financieros. Es muy importante en la inversión en small caps estar en contacto con los equipos directivos. Sólo así tenemos una visión completa del posicionamiento de la empresa y de su estrategia de crecimiento, lo que resulta clave conseguir tener visibilidad acerca de lo que la empresa quiere alcanzar a medio y largo plazo”, afirma la gestora. 

El resultado de los dos primeros paso es una opinión positiva o negativa sobre la compañía. En caso de que sea positiva, pasa a la última fase del proceso: la construcción de la cartera. “Nuestra cartera tiene cerca de 40 títulos que son seleccionados de una lista de cien empresas de las que tenemos una opinión fundamental positiva. Las ponderaciones se deciden en función de dos métricas principalmente. Una de ellas es el perfil de rentabilidad/ riesgo de la acción – o potencial de subida comparado con el potencial de caída- y la otra el momento”, explica la gestora.

La poderación por momento tiene en cuenta diferentes factores, como las revisiones de las estimaciones de BPA por parte de los analistas, las valoraciones históricas o los indicadores técnicos, entre otros. Es en este punto en el que el equipo presta finalmente atención a lo que dice el mercado sobre cada acción. “Escuchamos las opiniones de los analistas optimistas y pesimistas, para tener conciencia de los dos lados de la historia”.

Valoraciones

Stéphanie Bobtcheff ve en el actual contexto de mercado una mayor dificultad para encontrar oportunidades y eso se refleja en dos de las características de la cartera actual. Primero, los niveles de liquidez del fondo están bastante elevados, cerca del 15%. “No es que no queramos estar totalmente invertidos, es sólo el resultado de nuestra política de selección de acciones. Y hoy en día tenemos menos ideas, de ahí que tengamos una mayor asignación a liquidez”, comenta. Otro reflejo es el hecho de que la mayoría de las posiciones de la cartera tienen una ponderación semejante. “Como el momento continúa muy fuerte y las valoraciones menos atractivas, vemos menos potencial alcista en cada acción y vamos aprovechando las subidas para recoger beneficios”. 

Sin embargo, Stéphanie Bobtcheff confía en el potencial del fondo: “Invertimos en acciones cuya valoración es importante, pero no esencial, porque son historias de crecimiento a largo plazo y con bastante visibilidad”. “Si tuvieramos que pagar un poco más por ellas no habría problema porque merecen esa prima”, concluye.