Stuart Dunbar (Baillie Gifford): “Si quiere saber cómo invertir exitosamente en los próximos 12 meses, no podemos decírselo”

Stuart Dunbar (Baillie Gifford)
Foto: cedida por Baillie Gifford.

Es muy complicado prever con exactitud las tendencias del mercado en un periodo de 12 meses, independientemente de la astucia del inversor y de su capacidad de predecir las condiciones económicas. A diferencia de lo que podríamos pensar, resulta mucho más sencillo realizar previsiones más acertadas sobre lo que ocurrirá en los siguientes diez años que en los siguientes 12 meses. Así lo asegura Stuart Dunbar, socio en Baillie Gifford, quien destaca que esto se debe a que existen ciertos desarrollos tecnológicos y cambios en algunos modelos de negocio que ya podemos ver en marcha y que, inevitablemente, se impondrán a las prácticas existentes en la próxima década. 

“Este tipo de planteamiento no pretende adivinar lo que sucederá con las valoraciones en los siguientes 12 meses, pero, como se trata de tendencias inevitables, podemos basar nuestras decisiones de inversión en las mejoras operativas que producirán”. Se trata de un progreso que no depende del crecimiento económico general, ya que simplemente se circunscribe a proporcionar soluciones mejores y más asequibles, que respondan a las necesidades y los deseos de la sociedad de manera más eficiente que las que existen hoy en día. “Se puede constatar que las empresas que aprovechan estas oportunidades tienen muchas probabilidades de que, en consecuencia, sus acciones suban a largo plazo”.

Grandes tendencias

Así pues, reconoce no saber qué va a suceder en 2023, pero sí conocer ciertas tendencias que van a cambiar determinadas industrias radicalmente. Cita, por ejemplo, el coste de la atención sanitaria, que está aumentando de forma insostenible en todo el mundo. A su juicio, lo único que podría mitigar esa presión de forma realista es un aumento drástico de la eficiencia de los tratamientos y un cambio profundo en su ejecución gracias al diagnóstico y la prevención en fases tempranas. 

“Por suerte, estamos a las puertas de una revolución sanitaria: la confluencia de la caída de los costes de la secuenciación genética, el aumento de la potencia de procesamiento informático y la inteligencia artificial están multiplicando nuestra capacidad para comprender realmente las enfermedades y desarrollar avances que suponen una disrupción del actual sector sanitario”, explica. 

En segundo lugar, señala el sector de pagos, el cual ha experimentado pocas disrupciones durante décadas, pero ahora está listo para sufrir una transformación. “Todo está cambiando: a través de nuestros teléfonos móviles, podemos gestionar nuestros servicios bancarios, mantener varias divisas en una aplicación y los pequeños negocios minoristas pueden vender a todo el mundo con sistemas de logística integrales y proveedores de pagos internacionales”.  

Lo tercero a lo que hace referencia es al trabajo flexible, el cual considera ha llegado para quedarse. “Esto implica un crecimiento en áreas obvias, como las herramientas de comunicación y la infraestructura de internet, pero también en la transición a redes basadas en la nube y la necesidad de un software de seguridad más local y resiliente”. 

Cuarto: el cambio climático, que a su juicio es real. “El mundo necesita reducir las emisiones netas de carbono a la atmósfera. Contamos con la mayor parte de la tecnología necesaria para lograr este objetivo, pero aún no podemos aplicarla a escala”, afirma.

En este sentido, subraya que, para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de carbono en el 2050, es necesario cambiar el mix energético y modificar los sistemas de almacenamiento y distribución, algo que apenas se ha comenzado a hacer. “Por supuesto, conlleva nuevos desafíos y oportunidades: baterías con almacenamiento adaptable, proveedores de cable de alta calidad para llevar la energía eólica marina a los centros urbanos, y tecnologías de captura y almacenamiento de carbono”.

Foco en el progreso

Todo lo anterior le lleva a una conclusión obvia: “si quiere saber cómo invertir exitosamente en los próximos 12 meses, no podemos decírselo. ¿Sabemos con exactitud cuándo tendrán lugar las citadas innovaciones disruptivas?  No. ¿Tenemos la certeza de que estamos buscando en los lugares adecuados?  Sí. ¿Durante el camino se multiplicarán los precios de las acciones de las empresas de estos sectores para después pasar a valer la mitad porque los inversores se estén centrando en las noticias a corto plazo?  Probablemente”.

Según Dunbar, lo más complicado es olvidarse de lo que pasará los próximos 12 meses con el mercado para centrarse en lo realmente importante: la evolución operativa de las compañías. “Como demuestran los datos, a medio y largo plazo (cinco años y en adelante) los precios de las acciones de una compañía siguen a los beneficios de la misma”. Así pues, su previsión es la siguiente: “no sabemos qué sucederá con nuestras carteras de renta variable durante 2023, pero tenemos la certeza de que su valor será mucho mayor en 2033”.