Templeton Global Bond versus Templeton Global Total Return: similitudes y diferencias en el posicionamiento y estrategia de ambos fondos

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Foto cedida

El Templeton Global Bond y el Templeton Global Total Return son dos de las estrategias de renta fija más populares de Franklin Templeton. Se trata en ambos casos de productos cinco estrellas Morningstar gestionados por Michael Hasenstab, quien se encarga de decidir el destino de los 70.000 millones de dólares que actualmente atesoran conjuntamente ambos fondos (36.000 millones en el caso del Global Bond y 33.300 millones en el Total Return). En el caso del primero, se trata de un producto global centrado exclusivamente en el mercado de deuda pública, pudiendo invertir como máximo el 25% fuera del investment grade. El segundo es un producto multiestrategia que puede invertir hasta un 50% en bonos con un rating inferior al grado de inversión. Actualmente, el rating medio de la cartera del Templeton Global Bond es A- y el del Total Return de BBB.

En ambos casos se trata de productos flexibles tanto en el proceso de asignación de activos como en la gestión de la duración. El gestor se mueve en función de dónde considera que se encuentran las mejores oportunidades. El posicionamiento actual de la cartera es completamente diferente a la de hace siete años. Por ejemplo, en 2008, ambos fondos estaban invertidos en deuda de países desarrollados. Hoy, la gran apuesta son los mercados emergentes, siendo los bonos de países como México o Corea algunas de sus grandes apuestas. El mismo viraje se ha producido en términos de duración, que en ambos casos ha ido reduciéndose desde los 7 años que tenían en 2008 hasta los 0,24 años del Templeton Global Bond o los 0,81 años del Templeton Global Total Return. Esta estrategia la implementa a través de la compra de bonos con vencimientos a corto plazo y vía swaps.

Pese a ser dos fondos con duraciones muy cortas, ambos productos presentan una rentabilidad a vencimiento (yield to maturity) muy alta, que en el caso del Global Bond es del 3,8% y en el del Total Return del 5,1%. Esto lo consigue apostando por bonos de países que ofrezcan un mayor carry. De igual forma que en 2008 adquirió un paquete importante de deuda pública irlandesa cuando la TIR del bono cotizaba por encima del 11% (hoy esta posición la está reduciendo), actualmente lo hace por la deuda de países emergentes tanto de los mercados muy populares dentro de este universo (México, Corea…) como de otros menos conocidos (Polonia, Hungría, Malasia, Serbia, Uruguay, Ucrania…). Si bien algunos de ellos cotizan al borde del default, como es el caso de Ucrania, Hasenstab se muestra convencido de que el binomio rentabilidad-riesgo compensa dicha apuesta. A esto añade que el peso en la cartera de la deuda ucraniana es muy bajo (1,7%) y solo se limita al Total Return.

La filosofía que sigue Hasenstab podría definirse como oportunista. El gestor busca aprovechar valoraciones atractivas para entrar en aquellos mercados en los que considera existe una interesante oportunidad a largo plazo. Entra en los activos pensando en que se mantendrá invertido durante años y sabiendo que la volatilidad de ambas carteras será superior a la del mercado por su mayor exposición a emergentes. Lo previsible es que la volatilidad del Templeton Global Total Return sea superior a la del Global Bond. En el caso del primero, la volatilidad a tres años ha sido del 7,09%, mientras que la del Templeton Global Bond del 6,54%. Sin embargo, durante los últimos meses ha sido al revés, debido a la mayor volatilidad que ha experimentado la deuda pública en comparación con otras clases de activo en los que está invertido el Total Return, como el high yield.

Otro factor que ha contribuido a generar volatilidad en ambos fondos ha sido sus apuestas en divisas emergentes, cuya estrategia pasa actualmente por apostar por aquellas que han sufrido un fuerte castigo. Tanto en el caso del Global Bond como del Total Return, Hasenstab aplica un enfoque flexible sin restricciones. En los dos casos la principal apuesta es la de estar cortos en euros y yenes y largos en el dólar. En el Templeton Global Bond, por ejemplo, está un 42% corto en el euro y un 24% corto en el yen, lo que compensa con su posición larga en dólares (80%). En el Total Return, la posición corta en el euro es del 35% y en el yen del 23,7%, frente a su posición larga en el dólar (66%). “Esto lo hacemos para tratar de beneficiarnos de la depreciación monetaria ligada a las medidas de flexibilización cuantitativa del BCE y el Banco de Japón, y también para proporcionar protección a la baja durante los períodos de volatilidad en las divisas emergentes”, explica Hasenstab.

En lo que respecta a las divisas emergentes, su posicionamiento actual revela su apuesta por aquellas que han sufrido un fuerte castigo, como el peso, el won, el ringgit malayo, el zloty polaco o la rupia india. “Estamos enfocados específicamente en países que creemos presentan sólidos fundamentales y que consideramos pueden manejar mejor un cambio en las tipos en EE.UU”. Señala en concreto a los países que tienen un bajo apalancamiento y que se beneficiarán de un fortalecimiento de la economía americana, como México y Corea del Sur. Esta estrategia la complementa con la exposición a bonos locales en determinados mercados emergentes. Los resultados cosechados por el fondo durante los últimos años han sido positivos y superiores a los del índice. En el caso del Templeton Global Bond, la rentabilidad anualizada a cinco años ha sido del 4,9%, frente al 1,7% del JP Morgan Global Government Bond Index. La del Templeton Total Return del 8,7%, frente al 3,7% del Barclays Multiverse Index.

La gran preocupación de Michael Hasenstab

La gran obsesión de Hasenstab está siendo posicionar la cartera de cara a una subida de tipos por parte de la Fed. De hecho, espera una subida de tipos en EE.UU. para el segundo semestre. Aunque no asume duraciones negativas por el coste que un posicionamiento de este tipo entrañaría, el 61% de la cartera del Templeton Global Bond está en activos con duraciones inferiores al año. En el caso del Total Return, el porcentaje es algo inferior (48%). “La época de tipos de interés históricamente bajos en Estados Unidos podría estar llegando a su fin y, por ello, hemos posicionado nuestras carteras activamente para que puedan beneficiarse de un aumento de tipos del Tesoro estadounidense y para protegerse contra los riesgos globales”, asegura el gestor.

A principios de año incrementaron su exposición negativa al Tesoro de EE.UU. a través de swaps de tipos de interés para reducir aún más la exposición a duración en ambas carteras y aumentar las correlaciones negativas a tipos del Tesoro estadounidense. “A medida que la Fed comience a relajar su política monetaria acomodaticia, esperamos que los rendimientos de los treasuries americanos comenzarán a normalizarse y a regresar a los niveles de tipos nominales cercanos a la tasa de crecimiento del PIB nominal. Creemos que para el actual crecimiento del PIB estadounidense serían coherentes unos tipos nominales cercanos al 4%. Los inversores se enfrentan en la actualidad a riesgos asimétricos. Nuestro objetivo es invertir este conjunto de riesgos asimétricos tomando exposición negativa a EE.UU. Treasuries para poder ganar cuando los tipos suban”, reconoce.