¿Tendrá el recorte de la producción de la OPEP un impacto real sobre el equilibrio actual entre oferta y demanda?

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geoftheref, Flickr, Creative Commons

Las gestoras internacionales siguen digiriendo el anuncio por parte de la OPEP de un recorte en la producción superior al esperado por el consenso, con la difícil misión de contextualizar este movimiento con los fundamentales y técnicos para la clase de activo en el corto a medio plazo. Un breve repaso sobre el acuerdo: recorte de 1,2 millones de barriles por día a partir del 1 de enero de 2017, manteniéndose el límite de producción de 32,5 millones de barriles al día. Se espera que países no miembros de la OPEP también recorten la producción en 600.000 barriles al día, de los cuales la mitad correspondería a la producción rusa.

“Al tiempo que se calma la situación y se digiere la nueva noticia, esperamos que los mercados de crudo no devuelvan mucho de las ganancias. Y más importante, esto conllevará un cambio estructural en el mercado de futuros del petróleo al cambiar de una situación de “contango”, en la que el precio futuro es más elevado que el precio al contado, hacia “backwardation”, en la que el precio al contado actual excede al precio futuro, a medida que se reducen los inventarios”, pronostican los expertos de Vontobel AM.

Éstos destacan que el cambio a “backwardation” fortalece al cártel, porque “crea desincentivos a la inversión para la producción y cobertura futuras, lo que tendrá impacto en los productores estadounidenses de esquisto”. En segundo lugar, explican que “los vientos en contra para los retornos en materias primas han procedido de la rotación de rendimiento negativa causada por el “contango”. Dado que éste desaparece, da lugar a un entorno más positivo para los retornos de las materias primas y atraerá el interés de los inversores”.

Como ha sucedido con los intentos anteriores de comunicación del cártel durante este año para manejar las expectativas del mercado, el reciente recorte en la producción ha sido recibido por los expertos – que no los inversores, que han movido al alza el precio de las principales referencias. David Lafferty, estratega jefe de mercado de Natixis Global AM, afirma que “un cártel requiere cooperación interna entre entidades y algo de control sobre la producción y/o sobre los precios. No está claro que la OPEP cumpla hoy con estos criterios”.

Con independencia del impacto que tenga esta medida sobre el mercado del petróleo, Lafferty advierte que “los miedos a que la demanda toque máximos han creado una mentalidad de “úsalo o piérdelo”, con sólo unos pocos países miembro dispuestos a recortar la producción”. En este sentido, el experto prevé “algo de recuperación de los precios, basados en referencias vagas a “coordinación”, pero parecen improbables recortes reales a la producción o que se impongan límites significativos”.

Por todos estos datos, el experto sitúa el equilibrio de largo plazo entre oferta y demanda global entre los 55 y los 65 dólares el barril para el WTI (de referencia en EE.UU.), y espera que se sitúe en esta horquilla de precios en 2017 y 2018.

Perspectivas para el largo plazo

Enmanuel Martin, analista de renta variable de Amundi, se fija primero en el equilibrio entre oferta y demanda, para afirmar que la segunda “debería seguir relativamente fuerte, expandiéndose en aproximadamente 1,2 millones de barriles al día tanto para 2016 como para 2017”. El experto considera que el impacto negativo provocado por la caída de la demanda en China y una serie de países de la OCDE ha sido compensado por la sorpersa positiva de demanda procedente de otros países no miembros de la organización, especialmente India, que con una cifra de consumo anual estimada en 4,3 millones de barriles al día y un crecimiento de aproximadamente el 7,5% respecto a 2015 “está emergiendo como un nuevo gran consumidor a nivel global”.

En la parte de la oferta, Martin indica que la caída en la inversión en upstream ha conducido a una fuerte caída de la producción de países no miembros de la OPEP, especialmente de los productores de petróleo de esquisto en EE.UU. Según datos publicados por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), habría caído de media 900.000 barriles al día en 2016, pero podría recuperarse en otros 400.000 barriles en 2017. 

Para el periodo 2017- 2020, el analista afirma que “la demanda debería continuar al alza cada año, con una subida media de cerca de un millón de barriles al día hasta el final de la década”. En este sentido, indica que “el rápido crecimiento del inventario global de coches eléctricos no ha impactado sobre el perfil de crecimiento de la demanda global”. En cuanto a la oferta, Martin afirma que “la producción de petróleo de esquisto debería continuar con su tendencia de crecimiento en el primer trimestre de 2017, expandiéndose a una tasa ligeramente más moderada que antes de la reciente crisis”.

Sin embargo, añade, los productores estadounidenses han conseguido mejorar su productividad en este periodo, de tal manera que “se espera que el volumen de producción de petróleo de esquisto estadounidense crezca aproximadamente un millón de barriles al día a partir de 2018, asumiendo un precio para el Brent (de referencia en Europa) de 60 dólares el barril”. Aún así, el experto aclara que “esto no significa que esta fuente sea suficiente para seguir el ritmo de todo el crecimiento en la demanda, a medida que la tasa de caída de los depósitos convencionales maduros tengan un impacto de largo plazo sobre la oferta”. Precisamente por este motivo cree que se necesitarán otras fuentes adicionales de oferta para satisfacer la demanda, particularmente depósitos offshore convencionales, “o al menos los que sean más rentables”.

El escenario para el petróleo de Amundi prevé un precio medio para el Brent de 55 dólares en 2017, 60 dólares en 2018 y 65 dólares en 2019.